Sí, otra educación es posible
Cada vez son más esos profesionales educativos que quieren formar parte de la transformación de un sistema educativo completamente obsoleto. Y cada vez son más personas que abren su mente y amplían horizontes. Lo hacen para darse cuenta que el tipo de educación que tenemos en la actualidad no está adaptada, ni mucho menos, a las necesidades reales de los alumnos.
Se ha tardado bastantes años (muchos más de los que me hubiera gustado), en pensar que en las aulas algo va mal. Hemos tardado una eternidad en ver que los estudiantes no disfrutan del tiempo que pasan en los colegios, que para algunos es un auténtico sufrimiento. Y que prefieren mil veces más quedarse en casa que ir a la escuela.
Alejando la metodología tradicional de las aulas. ¡Ya era hora!
Se ha tardado mucho en comprobar que sentar a los alumnos en las sillas, y que el profesor imparta el temario sin poder hacer nada más, no es lo más adecuado para quiénes se están formando. ¡Y por fin una gran parte de la sociedad está empezando a creer en la educación emocional!
Ó por lo menos, ya son menos los que dicen que eso es solo una teoría y una moda. No puedo evitar sonreír. Y lo hago al leer casi todas las mañanas artículos que hablan de que cada vez más centros educativos se suman a una educación diferente, que son muchos colegios los que deciden educar para la vida a los alumnos.
Afortunadamente, algo está cambiando. Después de tantos años de metodologías tradicionales se decide ir aplicando otras alternativas. Metodologías innovadoras que profesores, pedagogos, psicólogos y demás profesionales de la educación, creen que son las más adecuadas. De esta manera, los docentes se centran en los alumnos, en sus habilidades, en sus talentos, y en sus necesidades.
Parece que nos alejamos de una educación que no se adaptaba a maestros ni estudiantes
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Perspectivas educativas que alejan a los maestros a desempeñar el rol obsoleto de “llegar a clase, abrir el libro de texto y empezar a contar la lección”. que dicen y confirman que los docentes son mucho más que eso. Que deberían ser mucho más que oradores y personas que transmiten conocimientos sin más. Y metodologías que involucran a los estudiantes en su propio aprendizaje y les hace conscientes de su día a día en las aulas.
Nadie dijo que el cambio fuese fácil pero sí que se puede conseguir
Muchos centros educativos se llevaron las manos a la cabeza al pensar en una educación sin exámenes, ni notas, ni asignaturas. Muchos centros creían que eso no sería posible nunca. Pensaban de forma equivocada (a mi parecer), que las pruebas y el boletín de calificaciones era la única manera de saber si los alumnos habían adquirido los conocimientos. Cuando realmente aprobar un examen y una asignatura no significa haber aprendido.
Algunos profesores se llevaban las manos a la cabeza al leer cosas del aprendizaje por proyectos, de fomentar y potenciar la creatividad y los talentos de los alumnos. Estaban convencidos de verdad, que las aulas debían ser un espacio de autoridad infinita en la que los estudiantes asistían únicamente a hacer problemas y operaciones matemáticas. Hoy por hoy, se está comprobando que otra educación es posible.
Los resultados: estudiantes motivados y llenos de ilusión por aprender
Y no solo que es posible, sino que los resultados de aplicar metodologías alejadas de los exámenes, de las materias, de los deberes, de las presiones, y de los agobios está siendo todo un éxito. Está siendo todo un éxito porque los alumnos disfrutan y están siendo conscientes de su aprendizaje. Se sienten más libres, más felices y más activos. Más emocionados y más motivados.
Trabajar en equipo, debatir, aprender herramientas para el día a día es algo muy valioso. Y de esa forma, se dan cuenta de que ir a colegio ya no es un puro sufrimiento. Que ya no se quieren quedar en casa haciendo cualquier cosas. Que ahora, desean volver a su clase al día siguiente a seguir disfrutando de su jornada. Ahora son felices y están motivados. Ahora todo merece la pena.
Esperemos que “otra educación es posible” sea el lema de todos los colegios
Parece ser que tras muchos años de fracaso. Tras muchos años de no hacer nada para mejorar la calidad educativa. Y tras muchos años de aplicar unas metodologías que no favorecen ni a alumnos ni a maestros, la educación tendrá un final feliz. Finalmente, los artículos que inspiraban al cambio educativo están creando conciencia. Por fin, muchos centros educativos se están alejando de la inflexibilidad y de la excesiva autoridad.
Por fin todas las luchas de padres y profesores tendrán sentido. Parece ser que sí, que 2017 nos trae una renovación pedagógica. Una renovación pedagógica que ya era hora que se llevase a cabo. Pero como dicen por ahí, mejor tarde que nunca. Esperemos, que este solo sea el principio. El principio de una educación que inspire, emocione, motive y escuche. Una educación, que tenga en cuenta la vida. Sí, otra educación es posible pero está que no está fácil. Pero merecerá la pena, seguro.
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