Y os estaréis preguntando... ¿Cómo que una madre que se jacta de dar/haber dado lactancia materna a sus hijos acude a un evento organizada por una marca de leche?. Pues por dos motivos: porque no creo que las industrias lácteas sean el enemigo a batir (sí ciertas prácticas comerciales y publicitarias usadas por algunas, todo hay que decirlo) y porque la realidad es que mis hijos, alimentados con lactancia materna -la pequeña aún sigue mamando con 3 años y 3 meses que tiene- consumen lácteos a diario. No puedo obviar esa realidad, y lo mismo que me he informado a tope sobre lactancia materna, también me interesa saber todo lo posible sobre los alimentos de consumo habitual, en este caso, los lácteos. Y porque para juzgar o criticar, primero hay que conocer.
Como madre que se preocupa por la alimentación de sus hijos, como persona curiosa a la que le gusta informarse y más si ofrecen la posibilidad de conocer más a fondo un tema de gran interés, no quise desaprovechar esta oportunidad. Y qué narices, ¿un fin de semana en Granada? ¡A nadie le amarga un dulce!.
Así que no me lo pensé, sinceramente, tras trasladar mi interés sobre el tema a la organización, al ser una madre defensora y promotora de la lactancia materna. Quiero saber de primera mano qué opinión tienen las industrias lácteas sobre la lactancia materna, qué investigaciones llevan a cabo, cómo son los procesos de elaboración de sus productos... Productos de los que mi familia somos consumidores habituales.
Creo que, como madres, padres, cuando nos iniciamos en esta andadura de la crianza, damos una importancia vital a la primera infancia, sobre todo a los 3 primeros años. Buscamos, rebuscamos, nos informamos, tenemos mil dudas y siempre preseguimos lo mejor para nuestros hijos. Bueno, esto último en realidad es algo que haremos el resto de nuestra vida.
Pero parece que conforme los niños crecen y se desarrollan, vamos restando importancia a ciertos aspectos de la crianza. Si desde que son bebés nos preocupamos por su salud y alimentación principalmente, ¿leche materna o artificial?, ¿cuál es la mejor marca de leche de fórmula?, ¿cuándo introducir la alimentación complementaria?, ¿primero la fruta o la verdura?, ¿mejor purés o trocitos?, ¿mi hijo se estará alimentando bien?. Que levante la mano quien alguna vez no se haya hecho alguna de estas preguntas.
Pues bien, como madre de dos niños que ya no son bebés, su alimentación es un tema que me sigue preocupando sobremanera. Sobre todo ahora que tienen cierto poder de decisión sobre lo que se llevan a la boca, y porque están en una etapa en la que lo que sale en la tele, lo que l@s compañer@s llevan de almuerzo al cole, lo que meriendan l@s niñ@s en el parque, lo que ve en la estantería del supermercado, lo que las madres les queremos obligar a comer (brócoli 0 - chocolate 1), todo influye en sus hábitos y preferencias. Ya no están bajo nuestro absoluto control, y para mi, toda la información que pueda tener al respecto es bienvenida.
Así que el viernes mi marido y yo cogimos, como quien dice, carretera y manta camino de Granada. Sin niños. Lo bueno de tener hijos que hablan y opinan es poder preguntarles si les apetece ir a tal o cual lugar y tener en cuenta su opinión. Así que tras explicarles nuestro plan y ver que para ellos no iba a ser divertido (si estuviéramos en temporada de nieve otro gallo nos hubiera cantado), prefirieron quedarse con los abuelos, ya que para ellos pasar dos días y dormir en casa de la abuela es el summun de la diversión. De hecho, cuando regresamos el domingo tenían el pijama puesto a ver si colaba y se podían quedar a dormir allí una noche más. ¡Tener hijos para esto!.
Bueno, vamos a hablar del evento, que es a lo importante.
El hecho de vivir en la punta del mapa y medio incomunidada con el resto de España no me lo pone fácil para asistir a este tipo de eventos, así que no estoy muy ducha en estas lides (eventos de marcas para blogueras, se entiende) y no puedo comparar. Soy de las que se muerde las uñas al ver las chuladas que se organizan en las ciudades principales, sobre todo en la capital, donde a las de provincias no se nos tienen en consideración por vivir lejos de, y mucho menos se plantean pagarnos el desplazamiento para poder acudir. Así que no puedo menos que agradecer a la organicación todos los medios y facilidades para poder participar en el #BlogTripPulevaInfantil.
Llegamos a Granada con la hora justita, porque servidora no quería marcharse sin recoger a los nanos del cole, dejarles con los abuelos a buen recaudo y darles un besote. Nos esperaban a las 7 de la tarde para reunirnos todas las blogueras invitadas y trasladarnos al lugar del coctel, en el emblemático barrio del Albaicín. Sí, me retrasé, llegué al hotel pocos minutos antes de las 7 y necesitaba urgentemente una ducha tras las 4 horas de coche y arreglarme para estar a la altura del evento. Pero ¡no fui la última en llegar!.
El cóctel fue en Las Tomasas, un precioso restaurante con unas vistas privilegiadas a La Alhambra. Si este monumento es maravilloso durante el día, obervarlo al anochecer es una delicia para la vista. Ya conocía semejantes vistas desde el Mirador de San Nicolás, a pleno día o en noche cerrada, pero nunca había visto el atardecer sobre La Alhambra. Espectacular.
Allí fue la presentación formal del evento y las asistentes tuvimos la oportunidad de conocer a los miembros de la organización, de charlar distendidamente entre nosotras, con una cerveza-o vinito- en la mano. La verdad es que, a estas alturas, puedo decir que tengo la suerte de encontrarme entre amigas, pero siempre hay gente a quien te falta poner cara o nuevas personas por conocer. Y es una suerte poder hacerlo en este tipo de encuentros. Charlas, risas, fotos, brindis, fue una velada estupenda.
Luego nos trasladaron a La Alhambra para realizar una visita nocturna con guía. Creo que es algo que todo el mundo debería hacer una vez en la vida. Yo no conocía los Palacios Nazaríes, cuando estuvimos allí de visita con los niños me equivoqué al comprar la entrada y no incluía esta visita, además en esa época aún estaba en obras el Patio de los Leones y tenía esa espinita clavada. Y, sin duda, una visita con guía es muchísimo más profunda y didáctica. Y más si el guía te cuenta la historia como si fuera un cuento. Para mi será siempre "Federico, el contador de historias". Me hubiera quedado escuchándolo durante horas. Pero la visita fue más breve, aunque intensa, me dio lugar a hacer muchas fotografías, retener datos curiosos y aprender un poco más sobre nuestra historia.
Al día siguiente tocaba jornada maratoniana así que nos fuimos a descansar al hotel, que nos hacía falta. Y es que todas habíamos viajado unos cientos de kilómetro para poder estar allí. Pero os lo contaré en la segunda parte.