Una de las preocupaciones que a todos los padres nos trae de cabeza cuando tenemos un pequeño en casa es qué hacer cuando el bebé no duerme por la noche. Ante esta situación, existen métodos para todos los gustos y habremos leído de todo tanto en revistas o libros especializados como en la red. Unos te instan a dormirles en brazos, otros dormir con ellos en la misma cama, lo que conocemos por colecho, mientras que otro grupo de “expertos” propone que les dejes llorar hasta que aprendan a dormirse solos.
Sea como sea el método que sugieran o planteen se pueden resumir en dos grandes corrientes:
Dejar llorar al pequeño
Dormir sin lágrimas
La técnica que elijamos finalmente dependerá de nuestra forma de ser y de las características personales de nuestro bebé, algo que nunca debes perder de vista.
Sin embargo, y teniendo en cuenta que cada bebé es diferente y único, lo ideal sería que todos los niños aprendieran a dormir solos sin que ésto les causara estrés a la vez que nosotr@s pudieramos descansar tranquilos para poder estar al 100% al día siguiente. Combinar todo esto requiere tiempo, paciencia y algunos trucos de los que te hablo en este post.
Pero antes de pasar a las propuestas concretas se y entiendo, como madre de dos niño que soy, que en muchas ocasiones lo que en realidad nos preocupa más es dejar a nuestro bebé solo durante mucho tiempo. Si es así, la solución es tan sencilla como dejar un un vigila bebés en su habitación para saber en todo momento cómo está. En esta guía de vigila bebés puedes elegir el que mejor te se adapte a tus necesidades.
Establecer rutinas antes de acostarse.
Aunque cada bebé es diferente, al igual que lo es la familia en la que nace, seguir unos buenos hábitos y establecer ciertas rutinas antes de acostarse van a convertirse en las mejores aliadas de cualquier padre o madre con niños pequeños.
Sabemos bien que seguir unas rutinas saludables ofrecen seguridad a los más pequeños y les ayudan a estar más tranquilos y sosegados cuando llega el momento de dormirse. Al reducir su estrés y aportándoles bienestar les estaremos preparando para que descansen tranquilamente durante más horas.
Puedes establecer fácilmente algunas de las rutinas que te propongo a continuación:
Tardes de paseo. A los bebés les encanta salir a la calle, observar el mundo y relajarse con el traqueteo del cochecito. Aunque haga frío en inverno no dejes de salir con él durante buen rato, estas salidas le resultan muy beneficiosas para su desarrollo físico y cognitivo.
La hora del baño. El momento del baño es otro de los momentos más agradables para nuestro bebé porque no se trata solo de mantener su higiene, es también un momento de gran contacto físico, donde nuestras caricias le relajan y le calman.
Masajes relajantes. Tras el baño te recomiendo que dediques unos minutos a realizar un masaje relajante a tu bebé mientras canturreas o hablas con él. No hay nada que les calme más.
Una buena cena. Un bebé con la barriguita llena es un bebé tranquilo. Procura que tu bebé coma lo suficiente y no se quede con hambre porque éste suele ser uno de los motivos por los que suelen despertarse a mitad de la noche.
Culitos secos. Antes de dejarlo en la cuna asegúrate que lleva el pañal limpio y seco.
El momento del cuento o la canción de cuna. Algunas familias tienen por costumbre explicar un cuento a sus hijos antes de dormir. Cuando son muy pequeños puedes empezar con canciones de cuna o nanas mientras le acunas y relajas, pero sin que llegue a dormirse puesto que si se duerme es probable que en cuanto lo dejes en la cuna se despierte y llore.
A la cama y a dormir. Mantener nuestra propia calma y no dar señales de querer que se duerman rápido es imprescindible dado que los bebés captan enseguida nuestros estados emocionales y esto dificulta que se tranquilicen y se duerman sin problema.