¿Os imagináis que en vez de dedicarme a escribir me dedicara a investigar? Uff… no os creáis que no lo he pensado veces en estos dos años, y eso que hasta el día del diagnóstico no me había vuelto a acordar de este sueño de juventud.
La cosa es que, de una forma u otra, el destino se ha ocupado por si mismo de volver a colocarme en el mundo de la genética, la biología, la química y a física y ese pequeño interés de adolescencia me está ayudando mucho para comprender por qué, cómo o qué le pasa a Pablo.
De este modo, cuando me pidieron que me dedicara a hacer una guía sobre la alimentación y Duchenne lo flipé. Descubrir la importancia de unas y otras sustancias en la evolución de la enfermedad, elementos a los que nos enfrentamos cada día y cuya influencia real ignoramos hasta que vemos cuál es su función en los diferentes procesos del cuerpo humano.
Porque cuando empiezas a conocer más a Duchenne empiezas a leer cosas sobre el Urbiquinol, la Melatonina, Argininia, L-Carnitina y miles de suplementos de este tipo, su utilidad, sus beneficios y sus pero no nos damos cuenta de la gran influencia de nuestra dieta en el desarrollo de la enfermedad, en el grado de afectación y en la disminución de los efectos secundarios de medicamentos como los corticoides.
La importancia del calcio para la correcta formación de los huesos es archiconocida, pero ¿y la importancia del la vitamina D3 y la K2 en el mismo proceso?.
Todos conocemos que las frutas y hortalizas naranjas son ricas en Vitamina C y en carotenos pero ¿y las rojas, las verdes, las amarillas, las moradas? Y ¿cuáles han de tomar los afectados por Duchenne?
Podemos llegar a suponer que no han de comer grasas, ni azucar pero ¿y las proteinas? ¿han de tomar o no?
Y sobre todo ¿cuáles son los mejores alimentos? ¿qué hay que evitar? Porque no os cuento la cantidad de cosas que creemos que no debemos comer y que están llenos de beneficios.
Pues de todo esto y mucho más aprendí al hacer la guía de la alimentación de Duchenne Parent Project España y que que os dejo aquí; solo tenéis que hacer click en la foto.
Nosotros ya hemos comenzado con la re-educación alimentaria y tenemos la nevera llena de alimentos antioxidantes y antiinflamatorios, hemos cambiado la forma de comer pan y de tomar leche y hemos reformado nuestro recetario.
Ojo, no le hemos quitado nada de nada, no hemos retirado ningún alimento, porque Pablo ni tiene ninguna alergia ni intolerancia; ni le hemos prohibido comer helados o patatas fritas, porque los niños son y han de ser niños en todos los sentidos, pero sí que hemos modificado sus hábitos, incluyendo algunos alimentos y reduciendo algunos, para que su cuerpo esté siempre lo más sano posible.