Pero… ¡ya veo la luz al final del túnel!
Poco a poco estoy empezando a ser yo de nuevo, he vuelto a recuperar mi paciencia, veo a la piccola con mis ojos de madre enamorada de nuevo y nos hemos hecho tan amigos con Olivier que ya reconozco perfectamente a cada momento que es lo que le pasa o lo que necesita. Y es que a pesar de que la bimaternidad es realmente maravillosa, debo decir que no es para nada fácil.
En 3 meses hemos pasado varias fases, todas ellas cortas y han pasado de una forma rápida… pero hasta que no hemos llegado a adaptarnos un poco los unos a los otros, han sido meses intensos. Algunas fases que hemos pasado:
Mi “rechazo” por la piccola
Cuando me quedé embarazada de Olivier pasé un tiempo muy agobiada con miedos sobre como me comportaría con la piccola cuando llegara el segundo… ¿Dejaré de dedicarle tiempo? ¿Podré ser una mama igualmente presente? ¿Me comportaré igual con uno que con el otro? También me preguntaba cosas respecto a él ¿Le querré igual que a la piccola? ¿Le compararé siempre con su hermana mayor?
Al llegar Olivier mi miedos se confirmaron… Me centré tanto en Olivier que a veces la piccola me “molestaba” (léase que no es que no la quisiera) pero es que con él era todo tan fácil, y ella tan complicado… que me ofuscaba cada vez que ella tenía una rabieta, chillaba o se enfadaba conmigo. En más de una ocasión tuve que dejar al papi que lidiara con ella… yo no tenía fuerzas. Por suerte esto ya ha pasado… y he vuelto a ver a mi piccola como lo que es, mi niña de los ojos bonitos que me tiene in love.
Debo decir que durante este tiempo me sentía super en culpa. Pero como siempre decía el papi “es normal que te sientas así, ahora que acabas de dar a luz, todo tu cuerpo y sentidos están para proteger al pequeño y ella es un peligro para él, así que la rehuyes.” Si es que al fin y al cabo, somos animales también nosotros.
La piccola y sus celos
A pesar de que al principio no parecía para nada celosa, de repente un día estos aparecieron por la puerta y parecía que no iban a dejarnos nunca más… Por suerte, como en muchas ocasiones con nuestros piccolos, se ha tratado solo de una fase. Una prueba por la que debía pasar ella y nosotros como padres y educadores. Yo lo he vivido bastante mal porque como siempre, te acabas echando la culpa de ciertos comportamientos sin recordar que ciertas cosas suceden sin más, sin necesidad de darle la culpa a nadie…
Ahora, después de 3 meses con Olivier en casa puedo decir que lo tenemos bastante superado, y que día a día muero de amor al ver dos piccolos que se buscan, intentan “jugar juntos” y se cambian miradas ¡que ni los más enamorados! Sé que habrán momentos de celos tarde o temprano, ya sea por parte de él o de ella, pero estoy feliz de saber que son cosas normales y que como ya hemos hecho, lo superaremos.
La falta de tiempo
Donde comen dos comen tres, y donde comen tres comen cuatro. ¿O al menos así de sencillo parece no? Pues no… desde que somos 4 me cuesta llegar a todo. Antes éramos tres y más o menos lograba tener tiempo para la piccola, para mi, para estar con el papi, para mi trabajo o mi blog… Ahora no sé ni como lo hago que lo más pronto que logro empezar el trabajo son ya las 10 y el día que tengo que salir de casa no logro hacerlo hasta las 11! Por las tardes ya no hablemos, porque entre uno y el otro en casa… me pasan en un suspiro. Solo decir que la única forma de poder dedicarle tiempo a algo que me interesa es por la noche cuando ellos duermen… y claro yo también estoy KO. Así que imagínate…
La logística
Si la falta de tiempo ya es un problema, la logística no es que te ayude mucho a recuperar algo de tiempo… Todo se complica, sobretodo si no cuentas con unos abuelos presentes y molones que te echen una mano (y eso que yo no soy de contar mucho con ellos, pero reconozco que a veces pueden ayudar). ¡En este punto es cuando ser equipo es im-pres-cin-di-ble! Yo he tenido la suerte de contar con el mejor jugador en mi equipo, el papi, que con su amor incondicional y paciencia me ha ayudado mucho durante estos 3 meses. Ha sido un punto de apoyo único.
Preparar los niños por la mañana, recoger todas las habitaciones, cocinar, hacer duchas por separado (Olivier es todavía un poco pequeño), ir a recoger la piccola a la escuela con Olivier, llevarla a ballet (el día que le toca), jugar en el parque, amigas que vienen a jugar, ir al super a comprar algo que falta… ¡Todo se hace, no hay duda! Pero hay días que acabo el día y me pregunto ¿como lo he hecho? Y es que aunque digamos que no… hay días en que una madre/padre somos superhéroes!
AHORA… ¡TODO ESTA BIEN!
Dicen que después de un bajón siempre hay un subidón, siento que ahora estoy por llegar al máximo de mi subidón. Vuelvo a sentirme YO. Juego con mi piccola de nuevo, le dedico tiempo y vuelvo a tener mi PACIENCIA de nuevo, algo que me hace sentir mucho mejor!
La piccola juega con su hermano y piensa siempre en él, la he pillado en varias ocasiones contándole cuentos, explicándole lo que ha hecho en el cole e incluso, diciéndole “Eres mi amor Olivier”. Él por el momento se limita a mirarla con ojitos de enamorado y sonreír… Por lo que yo no puedo hacer más que morir de amor.
¿El tiempo? Bien, parece que a día de hoy esta sobrevalorado… porque al fin y al cabo, casi siempre se logra hacer todo lo que necesitamos. Eso sí, cuando los niños se hagan mayores y me necesiten cada vez menos, tendré una super lista de cosas por hacer… que no sé si me dará tiempo de acabarlas antes de jubilarme!
Y por ultimo, tema logística… todo se aprende, y la organización es como todo, cuanto más practicas más cosas logras hacer.
Así que en general me siento bastante optimista en este nuevo mundo de la bimaternidad. Hay días de todo, pero lo peor ya ha pasado… mi túnel esta terminando y esta dejando espacio a un cielo claro y lleno de luz.
¿Y tu mami como llevas esto de la maternidad? ¡Si eres madre de dos espero ansiosa tus consejos en los comentarios! Y si solo tienes un hijo/a, también me gustaría oír cualquier consejo que creas que me pueda venir bien!
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