Mucho se habla del suelo pélvico antes, durante y después del embarazo y poco en la menopausia. No nos debemos conformar con las pérdidas de orina, al más puro estilo Concha Velasco, como algo inherente a la menopausia. No, me niego en rotundo. Si que es cierto que en esta etapa el suelo pélvico se ve afectado, pero se puede poner remedio. Vayamos por partes.
Como ya te conté la semana pasada, la falta de estrógenos afecta directamente a la formación del colágeno, presente en los tendones que nos ayudan a mantener firme el suelo pélvico. Eso, unido a la pérdida de masa muscular y que la elasticidad de los ligamento de la zona va en aumento, por el paso de los años y los posibles embarazos, hace que el suelo pélvico pueda llegar vapuleado al climaterio.
Esa situación conlleva algunos efectos secundarios que pueden afectar notablemente a nuestra calidad de vida. Estos son incontinencia urinaria, molestias, desprendimiento de los órganos intraabdominales (prolapso), e incluso disfunciones sexuales, de las que ya hablaré más adelante.
Llegado a este punto, ¿se debe dar una por vencida y abonarse a las Tena Lady de turno? No. En alguno casos, desgraciadamente, esa o la intervención quirúrgica son las únicas soluciones para resolver el problema. Pero para no llegar a ello es vital fortalecer el suelo pélvico a lo largo de tu vida fértil y más si cabe en la menopausia. Pero ¿cómo? Te voy a dar algunos ejercicios que a mi me van muy bien:
1- Ponte tumbada en el suelo, con las piernas ligeramente flexionadas y separadas y lo pies apoyados completamente en el suelo. Coloca las manos sobre el vientre y contrae el suelo pélvico. Si notas cómo se cierran los esfínteres (uretra, vagina y ano), cómo se elevan la parte inferior del abdomen y sientes cómo se levantan los órganos de la zona, es que lo estás haciendo bien. Mantén esa contracción durante 5 segundos mientras respiras pausadamente.Para que sea efectivo, deberás repetir ese ejercicio 10 veces.
2.- Subimos la intensidad haciendo lo mismo que el ejercicio anterior pero levantado la pelvis y separando los glúteos del suelo mientras separamos un poco más las piernas, en cada una de las contracciones. En esta ocasión también serán 10 repeticiones de 5 segundos. En este punto, si le quieres das más intensidad todavía, puedes ayudarte de una pelota (tipo pilates). Entonces apoyarás los pies en lo alto de la pelota y te atarás los muslos con una cinta. Recuerda que los muslos deben estar separados. El ejercicio se realizará igual, pero con la dificultad de no perder el punto de apoyo en la pelota, lo que hará trabajar más el suelo pélvico.
3.- Es posible que me digas que no tienes tiempo para hacer ejercicio. Pero para eso están los ejercicios de Kegel, tan fáciles como efectivos y se pueden realizar en cualquier parte porque lo que trabajamos es la musculatura interna. Te explico cómo hacerlo. Debes sentarte con la cadera en una posición neutra, ni echada para atrás ni muy hacia delante (no dejes caer los hombros hacia delante ni saques chepa) y la columna vertebral elongada (como si fueras una marioneta y te estuvieran tirando de una cuerda situada en la cabeza). En la postura correcta, realizamos el movimiento de la musculatura del suelo pélvico en tres fases: contraemos y elevamos la musculatura de la zona de la pelvis (como si quisiéremos retener el pis), mantenemos unos segundo esa posición y regresamos a la posición inicial.
Y ya para terminar, te doy unos cuantos consejos:
- Ojo cuidado con realizar los clásicos abdominales ( tumbada con piernas flexionadas y los pies apoyados y elevar el torso hacia las piernas) porque en esta etapa debilita el suelo pélvico
- Durante la menopausia recurre al pilates y al yoga como deporte de cabecera, Sin duda te ayudará a mantener el suelo pélvico a raya.
- Las bolas chinas pueden ser unas grandes aliadas para fortalecer tu suelo pélvico
- No dudes en consultar a tu médico de familia/ginecólogo si ves que no te haces con tu suelo pélvico.
¡¡FELIZ MARTES!!