Efectivamente todo cambia desde los sueños ilusiones que tenías cuando eras adolescente, por ejemplo ahora veo que mis hijos les ilusiona mucho los conciertos, las fiestas, los viajes con amigos y todo lo que tenga que ver con estar lejos de casa y no porque aquí sean infelices sino porque es la ley de la vida y están en la etapa de que los amigos son su primera familia y aunque cuesta mucho entenderlo creo que todas ya pasamos por ese momento que dura muy poco pero que se disfruta mucho.
Las expectativas y los sueños que tenías cuando estudiante de universidad muchos ellos se han cumplido y hasta se han rebasado, otros sólo se quedaron en planes o cambiaron de objetivo, tal vez en el camino te diste cuenta que tu vocación al final fue otra y eso está bien porque quiere decir que tu capacidad va más allá de lo que tú pensabas que podías dar.
También los ideales de pareja cambian, desde aquellos preparativos de boda, Las despedidas con los amigos en la fiesta y la luna de miel, todo aquello se va transformando de ilusiones a realidades, descubres que vivir juntos no es el cuento de hadas que te contaron y comienzas a encontrar una comunión muy diferente así como una comunicación nueva en la que juntos en pareja comienzan realmente una relación basada en un amor real objetivo y con intereses en común.
Si todo sale bien y realmente llena tu corazón comienzas una familia y ahí es cuando de nuevo tu vida comienza cambiar ya que tienes vidas nuevas en tus manos a las que tienes que forjar, de ser un sueño ahora es una realidad que ya no puedes cambiar y que descubres que te llena más allá de lo que algún día pudiste imaginar.
Cada día que pasa todo cambia, te hace crecer y lo mejor de todo es que todos los días aprendes algo de personas de las que ni siquiera te pudiste llegar a pensar que tendrías algo en común, ahí es donde comprendes que estás cambiando, abres tu mente y tu corazón a situaciones de las que a lo mejor no estabas preparada para afrontar, pero que ahora desde esta nueva trinchera luchas y te das cuenta de que tienes más amor que el que pensabas podías dar.
A los 40 se me ha hecho una costumbre recapitular para ver dónde me encuentro parada pero sobre todo el poder contactar con mi interior y poder tener la oportunidad de tocar la vida y corazones de otras personas me hacen sentir bendecida y afortunada.