El ritmo de vida y la rutina nos van consumiendo día a día y muchas personas no nos damos cuenta que esto perjudica negativamente a otras parcelas de nuestra vida. Un ejemplo: tenemos un mal día en el trabajo y estamos desesperados por volver a casa, y cuando llegamos a casa estamos irritados, cansados, malhumorados y esto nos puede traer discusiones o como llamo yo "encontronazos" con nuestros seres queridos, bien sea pareja, hijos o padres.
Ante esta situación lo que solemos responder es "he tenido un mal día" y eso como que nos da la razón o el derecho de estar mal humorados o comportarnos de mala manera con los que nos rodean. Sin embargo esta no es la actitud más favorecedora, pero en ese momento cómo adoptar otra actitud si realmente estamos mal y solo quisiéramos detener el tiempo para respirar, descansar y ponernos bien. Si bien es cierto que no podemos detener el tiempo sí podemos anunciar a nuestros seres queridos que hemos tenido un mal día y necesitamos de "nuestro momento" que es lo más parecido a detener el tiempo. Consiste en tener un momento propio, que nos ayude a desconectar, a relajarnos tanto física como mentalmente y de esta manera poder tranquilizarnos, mimarnos para así poder tener una actitud más positiva para con los demás.
Si es cierto que solemos poner muchísimas excusas para decir que no podemos tener ese momento porque aún tenemos muchas cosas que hacer al llegar a casa: preparar la cena, ordenar y limpiar la cocina, bañar a los niños, terminar algo del trabajo, preparar las cosas para el día siguiente, etc? La lista sería interminable, porque siempre tenemos algo que hacer. Y es aquí donde surge la importancia de las prioridades, qué es más urgente hacer? Evidentemente hay que cenar, bañar a los niños, preparar las cosas, etc. Pero muchas veces hacemos cosas que no son totalmente urgentes y nos olvidamos de nosotros mismos.
¿Acaso cuidarnos y mimarnos no es prioritario? Es aquí donde muchas personas cometemos errores ya que no le damos prioridad a nuestras necesidades como persona, y como empecé este post el día a día y la rutina nos va consumiendo y nos vamos olvidando de nosotros mismos y esto va haciendo bola y bola hasta que puede explotar por algún lado y las consecuencias pueden ser mucho más graves.
De esto la necesidad de que todos nos pongamos como prioridad nuestro propio bienestar e intentar disfrutar de un momento propio, no tiene por qué ser horas y horas. Puede ser una actividad de quince minutos o de media hora como por ejemplo: una ducha o baño tranquilo y relajante, un rato en el sofá escuchando nuestra música preferida, un rato de lectura agradable, salir a caminar un rato, sentarte a tomar un café con un dulce tranquilamente, etc.
Tú momento tienes que escogerlo tú y como ves en mis ejemplos no hablo de actividades o cuestiones extraordinarias, hablo de actividades que encajan perfectamente en nuestro día a día pero convertirlos en un momento especial, hacernos conscientes de que ese es nuestro momento para querernos, para mimarnos, para relajarnos y de esa manera poder sentir que en el día has dedicado cierto tiempo a ti, a hacerte consciente de ti y de la importancia que tiene tu propio bienestar para llevar a cabo las labores del día a día.
Muchas personas ya aplican esto a su vida y comparten su momento con todos nosotros en las redes sociales con el hashtag: #mimomento . Te animo a que practiques esto si no es día a día un par de veces a la semana y si quieres compártelo con nosotros.
Viviana Villamayor Fleitas
www.vivianavillamayorfleitas.com