Pero he descubierto algo más que tienen en común. Ambas necesitan trabajar la autoestima, por distintos motivos.
La pequeña porque quiere hacer cosas y la motricidad no la acompaña. Se frustra, se desespera, y no lo intenta más hasta que se olvida que no lo sabía hacer. Y por favor que nadie le diga que no sabe hacer algo o lo hace mal, porque entonces su autoestima se destruye como castillo de naipes y le cuesta mucho recuperarla. Nosotros nunca le decimos nada así, pero cuando enfada con su hermana…ahi ella sí le dice, y ella llora con una pena…y como su hermana, obviamente se va a encontrar con compañeros que también se lo digan.
Y la mayor porque así es ella, porque hace muchas cosas bien pero es perfeccionista y siempre quiere ser mejor. Y aun así, no se cree que lo hizo bien. Y ella siente que sencillamente no destaca, y que nadie se da cuenta que hace bien las cosas.
Así que me he propuesto trabajar la autoestima, algo que creo que es importante sembrar. Empecé con uno de los retos de Edukame, y busqué información sobre cómo trabajarla. Como creo que trabajar la autoestima y ver resultados son más de los días que dura el reto, os voy a dejar algunas ideas que he aprendido, algunas de las cuales ya hago, y en unos meses más cuento cómo nos ha ido y a ver si se ven resultados!
Ideas para mejorar la autoestima
Dejar mensajes positivos escondidos para que los niños (y los adultos!) los encuentren a lo largo del día
Tengo muchas ganas de probar esta actividad!
Dedicarles tiempo en exclusiva
Colocarse frente a un espejo para hablar de lo que más nos gusta de nosotros mismos, y lo que menos
Sobre este punto os cuento una actividad que hago yo, un poco parecida. Hay varias formas de ponerlo en practica, cada uno puede adaptar la suya.
Decir “te quiero”, y las cosas que nos gustan de los niños, como por ejemplo “me gusta tu sonrisa”
Creo que este punto no se nos debería olvidar nunca. Decir te quiero es importante, pero también decirles, sin motivo especial, lo que nos gusta de ellos: su forma de ser, sus ojos, sus sonrisa, su valentía, su risa…infinidad de cosas que nos gustan y que, a lo mejor se las decimos a los demás o las escribimos, pero también hay que decirlas a los protagonistas.
No compararles, ni entre hermanos ni con otros niños
Corregir siempre en positivo, reconociendo sus sentimientos
De esto, en parte almenos, ya hablé aquí.
Elogios reales y concretos: “has combinado muy bien los colores del dibujo”
Decir muy bien cuando nos muestran un dibujo, o hacen la voltereta, les da nuestra aprobación pero no les está diciendo lo que hacen bien. Si les contamos qué hacen bien, como vestirse solos, abrocharse los zapatos, pintar sin salirse, son elogios concretos.
Transmitirles el poder de superación, confiar en sus posibilidades
Si nosotros les decíamos y mostramos confiar en sus posibilidades, ellos van a terminar creyendo también en si mismos. Por ejemplo, si están intentando hacer la voltereta y no lo consiguen, transmitirles que confiamos en ellos y que podrán hacerla con un poco más de práctica, les ayuda a confiar y seguir intentando.
Explicarles que todos hacemos cosas bien, pero también hay cosas que no nos salen tan bien
Hacer desaparecer las etiquetas negativas (que es patoso, lento, bruto, etc…) y tampoco abusar de las positivas
El tema de las etiquetas positivas es porque no es lo mismos decirles “eres listo” pues no comprenden porqué lo son, que elogiar su comportamiento, las cosas que hace bien “qué bien haces las tareas”
Felicitarles por los avances: cuando aprenden a vestirse solos, a escribir su primera palabra
Cuando logramos algo nuevo, siempre viene bien que nos feliciten por ello ¿no? la pequeña hace pocos días, jugando con unas letras, logró montar su nombre ella sola. Y al darme cuenta la felicité! Me gusta que sepa que reconozco las cosas nuevas que aprende.
Darles pequeñas responsabilidades, acordes a su edad
En mi caso, les dejo llevar las llaves de casa cuando estamos en un lugar conocido, y últimamente (y supervisando de reojo) dejo que la mayor vigile a la pequeña mientras ésta se baña.
Tener un bote positivo: donde dejamos unos papeles con cosas buenas que hemos hecho cada día
Esta actividad la hicimos al final del curso pasado, pues terremoto mayor le tenía mucho cariño a sus profesoras y, al pasar a primaria, sabía que ya no vería a su hermana tanto como los años anteriores que compartían espacios escolares. Así que llenamos un bote con las actividades que recordaba con felicidad del curso y los guardamos para leerlos cuando lo echara de menos.
Además de estas ideas y otras que hay en el reto, una de las cosas que hago es algo parecido a lo que proponen en este juego, cuando por ejemplo a una de mis hijas le dice fea un/a amigo/a, le pongo un espejo delante y le pregunto ¿qué ves? cuando contestan “a mi”, le pregunto “¿y te ves fea?” y siempre me contestan que no. A lo que añado “da igual lo que digan los demás, lo importante es lo que tu sabes que hay al otro lado del espejo” No se si servirá o no, pero por ejemplo, como contaba hace unos días por twitter, el padre de las criaturas le dice a modo de apodo cariñoso “gorda” a la más pequeña (algo que es muy común escuchar por aquí) y ella le contestó
“Papá, no soy gorda”
“Lo sé hija, es algo cariñoso que se dice, ya sé que no eres gorda”
“ya papá, pero a mi nadie me llama gorda ya?
Bravo por ella, ojalá siempre tenga las cosas tan claras. Siempre siempre, le digan lo que le digan.
Espero contaros pronto de los frutos de implementar las ideas de este reto. Te recomiendo leer también este post de mamadedos en el que destaca la importancia de trabajar la autoestima.
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