Cuando hablamos de familia es inevitable pensar en el modelo tradicional mamá+papá+hij@/s. Pero la realidad es que actualmente hay muchos modelos de familia socialmente aceptados - cada vez más, afortunadamente -, que antaño serían impensables pero que cada vez asumimos con más normalidad.
Los Pitt-Jolie han formado una maravillosa familia poco común
¿De verdad las familias de antaño eran tan tradicionales?
Pues digo yo que habría de todo, aunque no fuera tan público y obvio como hoy en día porque desgraciadamente las apariencias mandaban, y una familia o situación familiar diferente era motivo de conversación de las cotillas del pueblo y la vieja del visillo.
Yo provengo de una familia atípica y nada tradicional. Soy hija de madre soltera, no conozco a mi padre biológico (ni ganas que tengo de ello), mi madre se casó con otro hombre cuando yo tenía 12 años, me cambiaron los apellidos y gracias a ese matrimonio tengo un hermano 15 años menor que yo.
Crecí feliz en la familia que me tocó, no me faltó de nada, ni amor, ni educación, ni mimos ni dedicación. No tenía padre pero sí una abuela que me malcrió a gusto y unos tíos con los que no me faltaban brazos, regalos, diversión, cariño a raudales.
Lo más difícil fue cuando mi madre decidió casarse porque yo no quería a ningún extraño en mi vida, y el hecho de que me obligaran a cambiar mis apellidos, perder mi identidad hasta ese momento no lo asumí bien. Me cogió en una época muy complicada, en plena adolescencia, donde lo que más te preocupa es lo que digan los demás, y tener que explicar mi nueva situación me lo hizo pasar mal durante un tiempo. Aunque, como suele pasar, al final no todo es tan tremendo como te lo imaginas y la gente le dio mucha menos importancia de la que yo elucubraba.
Pero mi familia no ha sido diferente por el hecho de ser hija de madre soltera. Mi familia fue diferente mucho antes, cuando ser diferente era motivo de crítica y comentarios de patio de vecinas, allá por los años 60.
Mi abuela fue madre soltera. Madre soltera y trabajadora. Madre soltera de nada menos de cinco hijos. Madre soltera de cinco hijos, trabajadora y ciega. Algún día hablaré a fondo de la mujer que fue mi abuela porque era única, y merece ser recordada porque vivió como quiso en una época en la que eso no estaba bien visto.
Imaginaos en plenos años 60 que una mujer soltera y con una discapacidad visual grave es madre de cuatro hijos, con una diferencia entre el mayor y el pequeño de 5 años. Que decide buscarse la vida para sacar adelante a sus hijos pese a su discapacidad. Que decide, por encima de todo, no depender de ningun hombre porque valora su independicia y su libertad por encima de todo y no consiente que ningún hombre la relegue a las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, dependiendo económicamente de él.
Esa fue mi abuela. Creó su familia al margen del modelo tradicional y la sacó adelante ella sola. La criticaron, seguro, pero eso nunca pareció afectarle, o al menos nunca lo demostró. Es más, puedo decir que la quisieron más que la criticaron, mi abuela era una mujer entrañable, respetable y muy querida en el pueblo, recuerdo lo bienvenida que era allá donde íbamos y cómo tenía amigos en todas partes. La prueba clara fue que cuando falleció con solo 58 años, la gente que la conocía, la quería y la respetaba desbordó el tanatorio, la iglesia parroquial y el cementerio.
Nací en un matriarcado, mi madre y mi abuela eran madre y padre, poli bueno y poli malo, criaron y educaron full time sin el apoyo de un compañero de viaje. Y sobrevivieron, sobrevivieron a las críticas, a una sociedad machista y conservadora por entonces, sobrevivieron a las dificultades. Las fuertes de la familia siempre fueron las mujeres, y por eso, para lo bueno y para lo malo, son mi mayor ejemplo a seguir.
Yo he formado una familia tradicional pero me siento plenamente orgullosa de haber crecido en una familia diferente, alternativa, poco común. Porque nada me garantiza que hubiera sido más feliz de otra manera. Miro hacia atrás y mi infancia solo me trae buenos recuerdos con mi madre, con mi abuela, con mis tíos. Me eduqué en la diferencia, en la diversidad, y eso me ha hecho tener una mentalidad muy abierta y respetuosa hacia lo que se sale de la norma.
Modelos de familias hay muchos. Y todos son respetables mientras la preocupación máxima de esa familia sea criar y educar a sus hijos con amor, cariño y respeto, les ofrezcan oportunidades, los cuiden y los protejan, velen por sus intereses por encima de todo, entre otros muchos valores. La familia ideal es la que un@ forma.
Hay vida después de los seis años" es una iniciativa en la que queremos implicar al mayor número posible de blogs con el fin de hacer más visibles los problemas y situaciones que viven las familias con niños que han dejado ya atrás la primera infancia. Hijos en edad escolar, preadolescentes, adolescentes... todos tienen cabida aquí. Si estás interesado en aportar tus experiencias sobre el tema propuesto, no tienes más que publicar bajo el hashtag #hayvidadespuesdelos6 el tercer lunes de cada mes.