Mi Otro Yo ahorra unas perrillas y en septiembre decide irse con la familia a París un fin de semana. La fecha escogida es abril y, aún sabiendo que desde septiembre a abril pueden pasar mil cosas, coge los billetes para que les salga más económico, como así ha sido. A Mi Otro Yo le aterra volar y a uno de mis sobrinos no es que le emocione, así que en cuanto ha podido han sacado su tarjeta de embarque para viajar todos juntos y el trago sea menor. ¿Y cuál ha sido su sorpresa? Que aun estando el avión vacío, le han puesto a cada uno en una punta del avión. ¿Y la respuesta de Iberia? Que si quieren ir juntos, que paguen. Así, tal cual. No importa que sean niños, que puedan pasar un mal rato yendo solos. Nada. Si quieren ir juntos, que paguen. Se lo han dejado meridianamente claro "su tarifa, al ser económica, no incluye elegir asientos y elegirlos conlleva un coste extra". Vamos, que pague. Y de ahí no se bajan. Por lo visto, ya en el avión si le pone a la azafata la cara del gato de Shrek es más que probable que le cambien el asiento. Pero ya molestando por lo menos a un par de viajeros que, amablemente, cedan su sitio. Y así, como siempre, los que quedamos mal somos los padres y, por su puesto, los niños. ¡Qué afán de ganar dinero a toda costa!
Pues avisado estás: Iberia low cost no es una aerolínea para viajar con niños (a no ser que pagues)
¡¡FELIZ JUEVES!!