Mantenernos activas durante los meses de gestación es fundamental para evitar dolores de espalda y otras molestias derivadas del embarazo pero el ejercicio debe estar adaptado a esta etapa de la vida.
En qué benefician las clases de Yoga para Embarazadas
En las sesiones de yoga para embarazadas no se fuerza en absoluto el cuerpo y cada mujer realiza las asanas o posturas de acuerdo a su estado de gestación y a sus capacidades. De esta forma se consigue prevenir y aliviar molestias como los habituales dolores de espalda y de cabeza o las náuseas, además de mejorar el bienestar físico y psicológico.
Las asanas o posturas del yoga, junto con la meditación y el control de la respiración, nos ayudan a tomar conciencia de los ritmos naturales de nuestro cuerpo y de las transformaciones que se van produciendo en él a lo largo de estos nueve meses.
Los movimientos suaves, la respiración acompasada y la relajación liberan nuestra mente, lo que es especialmente útil para prepararnos para el momento del parto, aprendiendo a sentir las contracciones como un proceso natural y sin angustia. Además, este ejercicio ayuda a dar más espacio a la pelvis, con lo que se facilita la expulsión.
¿En qué etapa del embarazo conviene empezar a practicar Yoga?
El momento ideal para practicar yoga es a partir de la 12ª semana de gestación, es decir, a partir del primer trimestre.
Poco a poco las posturas se van adaptando a cada etapa de la gestación buscando los mayores beneficios en cada momento. Conforme el bebé crece y la tripa aumenta su tamaño las posturas deben ser más suaves para impedir que compriman el abdomen y para evitar cansarse durante las sesiones.
¿Cuáles son las mejores posturas de Yoga para Embarazadas?
Durante la gestación se pueden practicar un buen número de asanas o posturas beneficiosas, siempre adecuadas al trimestre de embarazo en el que nos encontremos.
Algunas de las asanas que que se suelen practicar en las clases de yoga para embarazadas son:
Baddhakonasana o postura del zapatero: Ayuda a relajar la zona pélvica donde el bebé está alojado.
Postura del gato: Sirve para liberar la tensión de la espalda y para estirar la columna.
Upavistha Konasana: Su finalidad es estirar con suavidad las vértebras y aumentar la flexibilidad de ingles y abductores.
Es aconsejable que las clases de yoga para embarazadas sean reducidas y con atención personalizada a cada mamá, puesto que cada mujer tiene unas necesidades específicas en su gestación (relajar la parte inferior de la espalda, aliviar molestias del embarazo, conectar con el bebé, relajar los nervios, lograr bienestar físico y mental…). Y todo esto se consigue trabajando de manera individual con cada embarazada.
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