El agua desempeña un papel muy importante en nuestro organismo, especialmente en el de los niños. Para darnos cuenta de ello, bastará con saber que el cuerpo de una persona adulta está compuesto por un 65% de agua, mientras que el de un bebé es un 80%. Y es que los niños suelen ingerir y eliminar más agua que los mayores. Este hecho se debe a que los más pequeños están sometidos a un continuo y rápido crecimiento, que requiere un constante cambio de líquidos. Un bebé, además, pierde muchos líquidos con la orina, el sudor, las diarreas o la fiebre, tan comunes en la primera infancia, lo que puede contribuir a la deshidratación. Tanto los alimentos como las bebidas regeneran continuamente los líquidos de nuestro organismo, y contribuyen a mantener el equilibrio hídrico. Pero, de todos ellos, el agua sigue siendo la bebida más adecuada y natural, y la principal fuente de hidratación del organismo.
¿CUÁNTA AGUA DEBE BEBER EL BEBÉ?
Al nacer, tres cuartas partes del peso corporal del bebé son agua.
Por ese motivo, sus necesidades diarias de agua son proporcionalme nte 3 veces superiores a las de un adulto. Los expertos recomiendan dar diariamente al bebé 150 ml de líquidos por cada kilo de peso. Sin embargo, en algunas situaciones las necesidades de agua del pequeño aumentan porque comportan una pérdida de líquidos superior a la habitual, como, por ejemplo, una elevada temperatura ambiental, la actividad física, la aparición de fiebre o los episodios de gastroenteritis.
LA PREPARACIÓN DEL BIBERÓN
En el momento de preparar el agua para el biberón, debes tener en cuenta que debe ser baja en mineralización y que debe contener ciertos minerales beneficiosos para el pequeño. Debes prestar una especial atención a las cantidades de sodio del agua, que deben ser inferiores a los 25mg/dl, y al calcio, que debe estar presente con un mínimo de 25 mg/dl y un máximo de 100 mg/dl.
En cuanto a la disyuntiva entre agua del grifo o mineral, es mejor evitar el agua de grifo por 2 motivos: porque suele tener un residuo seco excesivamente elevado y, aún más importante, porque contiene muchos nitratos, a los que acostumbran a ser muy sensibles los recién nacidos. Al utlilizar agua mineral natural para preparar el biberón, no es necesario que la hiervas. Basta con calentarla a la temperatura adecuada. Es recomendable que evites calentar el biberón en el microondas porque pueden quedar zonas de leche demasiado calientes, mientras que otras estén aún frías.
TRUCOS PARA MANTENERLO BIEN HIDRATADO
El bebé aún no sabe lo que es tener sed, con lo cual, está en tus manos mantenerle siempre bien hidratado. Te damos algunos consejos:
Respetar siempre las medidas exactas. En el momento de preparar el biberón, es importante que mantengas las medidas exactas de agua, ya que poner menos agua para que la concentración de leche sea mayor puede ser perjudicial.
Hidratarle entre toma y toma. Ofrécele agua, nunca zumos ni bebidas azucaradas.
Llevar siempre agua encima.
Ofrecer agua al pequeño, sin necesidad que él te lo pida.
Regular su temperatura. Procura no abrigar más de lo necesario al pequeño para evitar que sude en exceso. Si le tocas la nuca y está sudada, es señal de que tiene calor y, posiblemente, necesite agua.
¿CÓMO SABER SI ESTÁ DESHIDRATADO?
La causa más frecuente de deshidratación en los niños está en la gastroenteritis aguda. Esto únicamente ocurre cuando los episodios de vómitos y diarrea juntos duran más de 24-48 horas. Veamos cuáles son las señales de alarma:
No orina u orina poco.
Se encuentra bastante abatido.
Tiene la boca y la lengua muy seca, y la piel y los labios presentan un color grisáceo.
Tiene los ojos hundidos.
Si se producen todos estos síntomas, se debe acudir lo antes posible a un servicio de urgencias.
Texto: Mibebeyyo
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