Cómo gestionar una mudanza con niños
Mudarse puede ser un proyecto muy ilusionante pero también un gran desafío, sobre todo si tenemos hijos pequeños o no tan pequeños, porque sea como sea mudarse implica tener muchas cosas en cuentas y, obviamente, a todos los miembros de la familia. Es por este motivo que hoy desde Mamá Psicóloga Infantil plantee esta cuestión: cómo gestionar una mudanza con niños y qué hacer para que nos resulte más cómodo y menos doloroso enfrentar este cambio de casa.
Los niños se encuentran mejor en entornos que conocen, en la estabilidad de sus rutinas. Los cambios les desestabilizan porque todavía no han adquirido los recursos emocionales para hacer frente a las emociones intensas que conlleva la pérdida de sus lugares conocidos. De ahí que cuando les planteemos tales cambios puedan reaccionar de forma negativa y mucho más si ello implica cambiar de barrio o de ciudad, y el consiguiente cambio de escuela y amigos. Para reducir el impacto podemos tener en cuenta las siguientes pautas o consejos.
Consejos para facilitar una mudanza con niños
1.- Conversa y expón la situación a tus hijos
Cuando estés planeando cambiarte de domicilio ten en cuenta siempre a los niños. Habla sobre los planes que tenéis y por qué.Muchas veces los adultos creemos que nuestros hijos son demasiado pequeños para comprender las “cosas de los mayores” pero la mejor forma de preparar a nuestros peques para afrontar una mudanza es hablarles sobre ello pronto y de forma frecuente. Hazlo de un modo comprensible para su nivel de edad y madurez, con los niños pequeños funciona muy bien apoyarnos en los cuentos y/o películas infantiles que traten este tema.
2.- Escúchales para entenderles
Escucha para entenderles y no tanto para responder. Escúchales para saber cómo se sienten, qué piensan sobre ese cambio de domicilio y cómo creen ellos que les va a afectar. Escúchales para saber qué les preocupa, inquieta, enfada o temen.Valida sus emociones sin restar importancia porque todo lo que sienten es válido y totalmente normal. Lo desconocido puede generar sensaciones de gran la inseguridad o miedo. Y perder la estabilidad de lugar en el que han crecido no es fácil, todo lo contrario, por lo que puede que también es totalmente lícito que se enfaden o se entristezcan.
Ofréceles toda la comprensión que puedas darles, empatizando con sus sentimientos, respetando sus emociones y dejando que se expresen con libertad.