¿Cómo podemos evitar que nuestro hijo tenga sobrepeso? Lo importante es tener claro la diferencia que hay entre cuánto pesa mi hijo y cuánto debería pesar. Para muchas familias, tener un hijo gordito es una señal de que está bien, fuerte y lleno de salud, sobre todo para la gente mayor, de los que siempre hemos podido escuchar frases llenas de satisfacción, como 'qué hermoso está este niño'. Sin embargo, puede que ocurra todo lo contrario y nuestro hijo vaya a desencadenar futuros problemas de salud, por lo que si creemos que nuestro hijo puede tener problemas de peso, lo mejor es llevar un control constante por el pediatra.
Una vez que hemos confirmado que el niño tiene sobrepeso, el siguiente paso es ver qué tenemos que hacer, ¿ponemos a nuestro hijo a dieta? A veces no es necesario una dieta estricta. Los niños suelen realizar muchas actividades a lo largo del día, queman bastantes calorías, por lo que puede que simplemente cambiando sus hábitos alimenticios, logremos que llegue a su peso saludable. Restringir el consumo de alimentos precocinados (pizza, hamburguesas...), chucherías, refrescos y sustituirlos por lácteos, fruta y verduras es una buena opción. Por otra parte, el pescado y las legumbres son alimentos muy importantes, que la mayoría de los niños rechazan y deben comer.
También es vital que los niños hagan ejercicio. Actualmente, hay muchos factores que influyen en que los niños tengan menos actividad que antes. El exceso de horas de televisión y videojuegos, el autobús que le lleva al colegio, actividades extraescolares sedentarias, hacen que el niño no desgaste energía, por lo que hay que hacer que el niño realice alguna actividad física. Y por último, no obligar a comer al niño hasta que termine el plato. No existe una cantidad exacta de comida que deba consumir un niño. Cada niño es un mundo y tiene unas necesidades distintas, por lo que no se le debe obligar a comer en exceso.
Independientemente de esto, antes de modificar cualquier aspecto de la alimentación de vuestros hijos es muy importante que consultéis siempre al pediatra, que es quién realmente os puede decir qué le hace falta al niño y cuánto debe comer.
¿Conoces el caso de algún niño obeso?
Fuente: Caloricius y Wellbeing