1.-Esterilizar todo hasta que el bebé cumple un año
Una buena higiene en los bebés es fundamental, sobre todo durante las primeras semanas de vida, pero no hay que obsesionarse. Lo que hay que intentar es que sus objetos estén bien limpios para que el bebé entre en contacto con un número determinado de bacterias que le ayuden a desarrollar sus propias defensas, pero no las suficientes como para que le provoquen una infección. Otra cosa son los niños prematuros, con ellos hay que extremar la higiene, sobre todo las primeras semanas de vida.
recién nacidos tienden a enfriarse, pero si les abrigamos demasiado sudan mucho. Además, se ha comprobado que aumenta el riesgo de asfixia y muerte súbita. Si la temperatura de la casa ronda los 20-22º el niño puede estar vestido con un body y un pelele entero de algodón, que le cubra los pies. Podemos saber si tiene frío si sus manos y pies están fríos o un poco amoratados. En ese caso conviene abrigarle más. Si suda por la parte del cuello y la cabeza, es que tiene calor y le quitaremos algo de ropa.
mamá también aprovecha ese ratito para dormir y descansar, estupendo, pero si no, no es aconsejable hacerlo. Al cumplir el mes y medio, los patrones de sueño del bebé empiezan a relacionar los ciclos de luz-oscuridad y el pequeño está más predispuesto a dormir más tiempo por la noche. Por eso debe percibir la luz del sol y habituarse a los ruidos cotidianos de la casa durante las siestas para saber cuándo es de día. Además, si hay un silencio absoluto cuando el niño duerme, cualquier ruido le sobresaltará. Parar la actividad del resto de la familia durante el sueño del bebé no es bueno ni para el niño, ni para los padres.
bañar a los bebés dos o tres veces a la semana es suficiente. Sobre todo en los que sufren dermatitis atópica, puesto que el manto graso de la piel se altera con el baño y pueden empeorar los síntomas. Si después de cada cambio de pañal limpiamos bien el culete del bebé con una esponja y le lavamos las manitas no es necesario usar la bañera a diario, y menos usar jabón (aunque sea muy suave) salvo que al pequeño le relaje el contacto con el agua calentita para dormir.
primerizas. Sin embargo, es de sentido común saber que si alguien está enfermo, no debemos llevar cerca de esa persona al pequeño para evitar contagios. También es normal que no queramos que le cojan desconocidos. Si la persona es sensata, no tiene por qué ofenderse.
lactancia adecuada debe mamar y vaciar ambos pechos.
pediatra es la persona que más conocimientos tiene sobre lo que es adecuado o no para nuestro hijo. En principio no deberíamos dudar de sus recomendaciones, ni sustituirlas por otras.
parto e inmediatamente después el cuidado de nuestro hijo requiere un enorme esfuerzo físico, mental y emocional. Es normal que existan bajones en los que la madre cree que no puede con todo.
Tirar para adelante aun cuando no estamos bien por miedo a que piensen que no somos buenas madres no es bueno ni para la madre ni para el niño.
Admitir nuestras limitaciones, reconocer que estamos cansadas, que el cuidado del bebé nos agobia y nos angustia por la inexperiencia, y sobre todo, ser capaces de pedir ayuda cuando una situación nos desborda, ayuda a superar la situación y no nos hace más débiles. Al contrario, demuestra que somos humanas y sobre todo sensatas.
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