Como ya les conté, estoy embarazada! Es una noticia que llena mi corazón de alegría y Joaquín y yo no podemos esperar porque llegue esa fecha en que podamos conocer a nuestro bebé que crece en mi vientre.
Joaquín y yo decidimos mantenerlo en secreto durante el primer trimestre. Unicamente la ginecóloga y los entrenadores del gimnasio lo supieron antes de la semana 13. Algunas personas consideran que no se debe realizar actividad física durante este periodo, y por esta razón les quiero contar mi experiencia.
Primero quiero dejar claro que desde que me enteré de que estaba embarazada hice la consulta tanto a la doctora como a los entrenadores. Ambas partes coincidieron que si podía seguir haciendo ejercicios funcionales, tal y como los he practicado de manera continua desde enero 2018, siguiendo algunas indicaciones importantes.
En mi caso yo hago clases de una hora de ejercicios funcionales, cinco veces por semana. En ellas hay días que se concentran en ejercicios de piernas, ejercicios cardiovasculares, tac fit, etc. Cada persona realiza los ejercicios de acuerdo a su condición y capacidades, y puede hacer pausas si considera necesario. Les comparto los cuidados que he tenido desde la semana 06 cuando me enteré:
No me recomiendan correr, pero puedo sustituirlo con bicicleta estacionaria o mountain climbers.
No debo brincar.
No debo estirarme hacia arriba (como al encestar una bola), es decir no debo hacer ejercicios como pull ups o chin ups. Puedo sustituirlo por ejercicio de remo.
No debo hacer torciones del cuerpo, como shoulders.
No debo hacer ejercicios abdominales, pero si debo fortalecer el resto del núcleo/ CORE. En este caso puedo realizar ejercicios de planchas de distintas formas.
No debo alzar mucho peso, debe ser el mínimo para mantenerme sin sobre esforzarme.
Mi frecuencia cardiaca no debería sobrepasar 135 latidos por minuto. Para esto es ideal andar un reloj inteligente.
Tampoco debería llegar a sudar. Esto porque al sudar quiere decir que el cuerpo busca enfriarse y es mejor que el bebé esté frío que caliente.
Es indispensable mantenerse bien hidratada y tomar las pausas que se crean necesarias. Incluso si piensas en dar por terminada la clase antes de tiempo. A pesar de estas restricciones y mis malestares durante el primer trimestre pude seguir asistiendo por lo menos dos o tres veces por semana en noviembre y diciembre. A mi regreso de las vacaciones ya tenía 16 semanas, ya había pasado la etapa de mayor riesgo y además las náuseas y el agotamiento van desapareciendo. Esto me ha permitido regresar y hacer hasta cuatro clases por semana.
Estoy dejando días de descanso, evitando las clases que se enfocan en la parte cardiovascular que prefiero no hacer por ahora. El hacer ejercicio ya era parte de mi rutina y mi cuerpo realmente lo necesita y lo disfruta. Además está comprobado que el practicar actividad física durante el embarazo permite tener un embarazo sano y un parto tranquilo tanto para la madre como para el bebé.
También hay estudios que dicen que los niños que nacen de madres que se ejercitan son más tranquilos y saludables. En fin yo creo que debemos aprender a escuchar nuestro cuerpo, entender sus necesidades, capacidades y limitaciones. Cada persona va a un ritmo distinto, e incluso las más experimentadas me han confesado que cada embarazo es distinto, así que llevemos cada etapa con paciencia y consciencia.
un abrazo,