Sin duda la alimentación es uno de los pilares básicos y fundamentales para conseguirlo ya que juega un papel importantísimo en la salud de las personas junto con la actividad física y otros estilos de vida saludables. Si crecen siendo niños sanos tienen más posibilidades de ser adultos sanos.
Igual que enseñamos a nuestros hijos a caminar, a hablar, a dormir, unas pautas de comportamiento, entre otras muchas cosas, debemos enseñarles a comer. Y nos referimos especialmente a inculcarles unos hábitos alimenticios saludables que les proporcione un estado de salud óptimo.
Este es el mensaje que a través del 1er Carnaval de Nutrición y Dietética queremos trasmitir a la población coincidiendo con la temática para este año de FESNAD para el día Nacional de la Nutrición.
Crear unos buenos hábitos de alimentación no tiene por qué resultar difícil si los introducimos de manera adecuada en nuestra vida diaria y los transmitimos a nuestros hijos como algo normal.
Algunos buenos hábitos de alimentación:
Los alimentos los repartiremos en 5 comidas al día, para evitar ayunos prolongados y no llegar a la siguiente comida con mucha hambre.
No puede faltar en nuestro día a día un buen desayuno. Todos sabemos que el desayuno es la comida más importante del día por ser la primera y porque con ella reajustamos nuestro metabolismo. AQUÍ podéis ver más información sobre cómo hacer un desayuno completo.
Es importante planificar los menús semanales y hacer un buen repartimiento de todos los alimentos para que nuestra alimentación sea variada. Además esto nos ayudará a hacer la lista de la compra.
Los menús tanto de la comida como de la cena tienen que estar compuestos por:
Alimentos del grupo de los cereales, tubérculos y legumbres: como pasta, arroz, patata, lentejas, garbanzos...
Alimentos del grupo de las verduras y hortalizas: podemos cocinarlas de mil maneras con las que atraer a los niños y evitar que sean rechazadas.
Alimentos proteicos: carne, pescado o huevo donde tenemos que aumentar el consumo de pescado frente al de carne y evitaremos carnes rojas y grasas.
Como postre no hay nada mejor que una fruta de temporada.
¿Y para beber? La respuesta es agua. En el mercado podemos encontrar una amplia variedad de refrescos, zumos... todos ellos azucarados y con gas que no aportan ningún beneficio. Y aunque existen muchos refrescos light que no aportan calorías, la mejor bebida que podemos ofrecer a nuestros hijos es el agua.
Deberemos evitar darles a los niños bollería industrial, pasteles, dulces, caramelos... Todos ellos aportan azúcares y grasas saturadas nada beneficiosas para la salud.
Aquí no acaban las recomendaciones para seguir una alimentación saludable, son sólo unos puntos básicos con los que podemos empezar a reflexionar y modificar aquellos hábitos que no estamos haciendo correctamente tanto en nuestra alimentación como en la de nuestros hijos.
Que sigan unas pautas saludables de alimentación les beneficia tanto en el crecimiento como en el desarrollo intelectual y evitaremos posibles consecuencias negativas.
La experiencia nos dice que no hay mejor modelo que dar ejemplo, hay que tener paciencia para incorporar todos los cambios y que estos se adhieran a nuestra vida cotidiana, incorporando cada semana un nuevo cambio. Tenemos que dedicarles nuestro tiempo y empeño para que así sea.
"Esta entrada participa en la 1a Edición del Carnaval de Nutrición"