La ausencia de gluten en las harinas de legumbres es una de las principales razones de su creciente popularidad en los últimos años, siendo perfecta para la dieta de las personas celiacas. Pero son muchos más los motivos por los que esta clase de harina cuenta cada vez con una mayor número de adeptos.
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De todos es sabido que las legumbres se encuentran entre los alimentos más completos de nuestra dieta. Muy ricas en vitaminas del grupo B, minerales como el hierro y el magnesio, fibra y proteínas, las legumbres conservan todas sus propiedades nutricionales al ser molidas y convertidas en harina.
Aunque existe la creencia de que las legumbres engordan, lo cierto es que son más proteínicas y cuentan con un grado menor de grasa que los cereales, por lo que su inclusión en dietas de adelgazamiento es muy aconsejable.
Las legumbres molidas son muy apreciadas en la cocina por su gran versatilidad: rebozados muy saludables, ligazones de albóndigas o croquetas, espesantes de caldos y salsas…
Cada tipo de legumbre se puede moler, dando como resultado diferentes tipos de harina, cada una de ellas con sus propias características. Veamos algunas de las más populares en la actualidad.
Harina de garbanzos
Aunque el uso de este tipo de harina de legumbres es más generalizado en el subcontinente indio, donde es la base de platos tan tradicionales como la pakora, cada vez está más extendida su empleo en la culinaria occidental.La harina de garbanzos está cada vez más implantada en las dietas veganas (mezclada con agua es un sustitutivo del huevo), en dietas para celiacos, en la elaboración de pan sin levadura (también conocido como pan ázimo) y en muchos productos de confitería.
La zona de España donde la harina de garbanzos es más popular es Andalucía, donde se utiliza para elaborar frituras de pescado.
Aunque se puede comprar en casi cualquier tienda de alimentación, es muy sencillo preparar una harina de garbanzos casera. Solo necesitarás una licuadora, un colador y un molinillo o procesador de alimentos. Veamos los ingredientes y los pasos a seguir.
Ingredientes:
Garbanzos secos: 1 kilogramo.
Elaboración:
Muele los garbanzos en cantidades pequeñas hasta que veas que te ha quedado un polvo fino.
Cuela los garbanzos por el colador al menos un par de veces.
Guarda la harina resultante en un recipiente totalmente hermético en la nevera.
Harina de lentejas
La harina de lentejas es una de las más versátiles. Sirve como ingrediente de un sinfín de recetas, aportando un delicioso sabor y unas propiedades nutricionales extraordinarias.Veamos cómo elaborar harina de lentejas casera.
Ingredientes:
Lentejas crudas: 1 kilogramo.
Elaboración:
Introduce las lentejas en un molinillo o trituradora, poco a poco, evitando que la máquina se sobresaliente.
Tritura las lentejas las veces que haga falta hasta conseguir un fino polvo.
Finalmente, pásalas por un colador.
Harina de guisantes
Los guisantes son uno de esos alimentos que reciben diferentes nombres según la zona geográfica de España: arvejas, arveyos, chícharos… Sea cual sea su definición, lo cierto es que se encuentran entre las legumbres más apreciadas por su sabor y por su enorme versatilidad, sirviendo de acompañamiento en infinidad de recetas.Su gran concentración de vitaminas del grupo B, C y K (y también, en menor medida, del grupo A) y su alto contenido en minerales como el fósforo, el hierro y el magnesio hacen recomendable su inclusión en cualquier tipo de dieta.
Perfecta para hacer pan y crepes, su forma de preparación casera es muy similar a la de las harinas de legumbres mencionadas anteriormente.
Ingredientes:
Guisantes: 1 kilogramo.
Elaboración:
Tritura los guisantes durante alrededor de un par de minutos.
Pásala por el colador 3 o 4 veces hasta que quede un polvo fino.
Harina de alubias
Al igual que los guisantes, las alubias reciben diferentes nombres según las zonas geográficas: judías, caraotas, habichuelas, frijoles, fréjoles…, y, para liar aún más el asunto, en algunas comarcas andaluzas reciben el nombre de chícharos, al igual que los guisantes.La harina de alubias es muy utilizada en productos de panadería, bollería, pastelería y en la elaboración de platos congelados. Su consumo está recomendado para personas con problemas de colesterol y cardiovasculares.
Una de las grandes ventajas de la harina de alubias es su prolongada vida útil. Si la guardas en algún recipiente hermético puedes congelarla y se mantendrá fresca por muchos meses.
La preparación casera de harina de alubias es muy sencilla.
Ingredientes:
Alubias: 1 kilogramo.
Elaboración:
Tritura las alubias en un molinillo o trituradora.
Utiliza un colador hasta conseguir un polvo fino.
Harina de habas
Las habas son muy conocidas por sus muchas propiedades nutricionales, con un alto contenido en vitaminas de los grupos A y B y en minerales como el fósforo, el calcio, el potasio y el hierro. Su consumo contribuye a disminuir el nivel de colesterol en sangre.A continuación te mostramos cómo elaborar harina de habas casera.
Ingredientes:
Habas: 1 kilogramo.
Elaboración:
Remoja los granos alrededor de 5 minutos y deja que se sequen.
Introdúcelos en el horno durante una hora y media más o menos (hasta que se tuesten).
Deja que se enfríen los granos, limpialos y muélelos en un molinillo.
Pasa el polvo por un colador hasta que quede bien fino.
Harina de soja
Muy popular en Oriente, poco a poco se está abriendo un hueco en la cocina occidental. Este tipo de harina se obtiene moliendo granos de soja tostados. Es excelente para espesar salsas y rebozar diferentes alimentos.Su sabor recuerda sutilmente al de las nueces y, aunque es una delicia, hay que consumirla con moderación porque es la más calórica entre las harinas de legumbres y nos podemos llevar un susto con la báscula.
Para prepararla en casa necesitarás lo siguiente.
Ingredientes:
Porotos de soja: media taza.
Elaboración:
Muele los porotos hasta que se conviertan en polvo.
Pásalos por un colador.
Vuelve a moler una vez más, buscando que el polvo sea lo más fino posible.
Las excelentes propiedades nutritivas de las harinas de legumbres, así como el exquisito sabor que aportan y su gran versatilidad entre los fogones, explican en buena medida el creciente entusiasmo de los amantes de la buena mesa por este producto.
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