Hoy es 28 de diciembre y solo quedan 3 días para acabar el año. Para algunos de nosotros significa que solo quedan 3 días para enfrentarnos a nuestro particular reto deportivo: la carrera popular San Silvestre. Delante de nosotros 10 km que nos darán para hacer balance de nuestro año, superarnos a nosotros mismos y buscar nuevos retos para el año entrante.
Nos hemos estado preparando, algunos más que otros, pero los excesos con la comida de los últimos días, las cenas de empresa/amigos, los vinos de más, la falta de entrenamiento por el sueño y/o el frío hacen que nos entren miedos y dudas. Y entonces nos provoca buscar soluciones rápidas para mejorar nuestro rendimiento, algo que nos de alas. Si, estoy hablando de las mal llamadas bebidas energéticas.
Estos brebajes no son mas que un refresco con mucho azúcar suplementado, con aminoácidos como la taurina, hidratos de carbono, plantas con el guaraní o el ginseng e ingentes cantidades de cafeína. Para que nos hagamos una idea, una lata de cualquiera de estas bebidas equivaldría a la cafeína de 4 tazas de café o 6 tazas de té.
Los estudios disponibles hasta ahora demuestran que los efectos atribuibles a las bebidas energéticas se limitan a los efectos de la cafeína y la glucosa.
Esto significa que más que alas, un consumo excesivo de cafeína acarrea una cantidad importante de efectos secundarios: aumento de la tensión arterial, palpitaciones, nerviosismo, falta de control mental e, incluso, está descrito el aumento de riesgo de hemorragias dentro de la retina.
Estos efectos se potencian cuando de mezclan con alcohol. Ademas de ocultar los síntomas de embriaguez, la cafeína camufla el efecto del alcohol. Pero el efecto del alcohol y sus niveles en sangre son los mismos que sin tomar la bebida energética. Se produce una falsa sensación de control.
En 2012 la FDA (la agencia americana de medicamentos y alimentación) abrió una investigación por una posible relación entre el fallecimiento de varias personas y las bebidas energéticas.
Así que si os entran los miedos que no os tienten "las alas". Es una carrera para disfrutar, para pasárselo bien y para sufrir, pero solo un poquito. Y no para hacer marca para los juegos olímpicos.
Espero que los que corráis como yo, lo paséis en grande.
Me despido de vosotros hasta el año que viene. Sed moderados con la comida y con la bebida y seguid haciendo deporte. Y el año que viene os seguiré dando consejos cono madre y médico de familia.
Doctora Sin Zapatillas
¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!