En esta última semana han sido muchos los papás y mamás que me han contado que sus niños tienen vómitos. Debe de haber algún virus suelto. Así que creo que es el momento de que cuente algo sobre los vómitos.No voy a explicar qué es el vómito porque, a estas alturas, todos los que somos padres ya hemos tenido que recoger alguno e incluso limpiar el asiento del coche o cambiar cunas/camas a altas horas de la madrugada. Pero sí quiero hacer una pequeña diferencia entre el vómito y la regurgitación. Algunos bebés recién nacidos, o lactantes de corta edad, tras la toma echan sin esfuerzo parte de la leche. Eso no se trata de un vómito sino de regurgitación, independientemente de la cantidad de leche que echen. La regurgitación es un fenómeno completamente normal, le ocurre a la mayoría de los bebes y solo te debe preocupar si el niño baja de peso.
Aclarado esto, vamos a lo que nos ocupa.
¿Por qué vomitan los peques? Pues aquí depende un poco de la edad del niño. En recién nacidos, las causas mas frecuentes suelen ser malformaciones digestivas, obstrucciones intestinales, enfermedades metabólicas e infecciones. Sin embargo, en lactantes son más frecuentes las infecciones (gastroenteritis, otitis, infecciones respiratorias, infecciones urinarias) seguidas del reflujo gastroesofágico, errores dietéticos a la hora de preparar los biberones e intolerancia alimentaria, como a la lactosa. Y en niños más mayores las causas más frecuentes son las infecciones aunque también pueden vomitar por apendicitis, intoxicaciones o por causas psicológicas.
Cuando el niño vomita es importante que mires las características del vómito, porque a los médicos nos da mucha información para poder saber la causa. Así que deberás observar si es mucha o poca cantidad (los niños con vómitos muy abundantes tienen más riesgo de deshidratación), el color, sin tienen sangre roja o un color como los posos de café o si es verde. También es interesante que le cuentes al pediatra si hace esfuerzo al vomitar. Hay vómitos que se producen sin ningún tipo de esfuerzo, lo que indica que pueden ser regurgitaciones; otros con poco esfuerzo, en ese caso la causa puede ser un reflujo gastroesofágico; o por el contrario vómitos que salen como un proyectil, sin nausea y con mucha fuerza. A ese tipo de vómitos, los médicos los llamamos vómitos en escopetazo.
¿Y cómo tratamos los vómitos? Lo primero, y mas importante, es ver el estado general del niño. Si el estado general es bueno y no tiene signos de deshidratación grave lo fundamental es mantener esa hidratación.
Se debe ofrecer pequeñas cantidades de líquidos, zumos, o sueros de rehidratación con una cuchara cada 5 minutos. Si el niño siguiera vomitando, se debe espera más tiempo para intentar de nuevo la tolerancia. Si el niño es mayor o tiene muy buen estado general se puede esperar hasta una hora para volver a intentarlo. Si los líquidos son bien tolerados se puede aumentar la frecuencia y la cantidad y cuando haya tolerado los líquidos durante 2-3 horas se puede ofrecer pequeñas cantidades de algún alimento suave que le guste, evitando alimentos con mucha grasa o azúcar. Y siempre sin forzar.
Para hidratar al niño no se deben usar limonadas alcalinas caseras ( sí esa de agua, una puntita de bicarbonato, sal… ) ya que la cantidad de ingredientes no es exacta y se pueden cometer errores en la preparación, pudiendo tener consecuencias negativas para el niño. Y por supuesto no utilizar bebidas isotónicas para deportistas, sí esa que estás pensando. Son bebidas diseñadas para después de hacer deporte y no para tratar la deshidratación. Hay muchísima diferencia en la composición de las bebidas isotónicas y los sueros de rehidratación, empezando por la cantidad de colorante y glucosa.
Una vez tratada o prevenida la deshidratación debes valorar si hay alguna circunstancia que le puede estar ocasionando los vómitos, si hay fiebre, si has introducido un alimento nuevo, si has comenzado con lactancia con fórmula y, en la medida de lo posible, tratar esa causa.
Existen fármacos para cortar los vómitos, pero siempre deben ser prescritos por el pediatra debido a lo posibles efectos secundarios de estos fármacos.
¿Cuándo tengo que ir al pediatra o acudir a urgencias? En la mayoría de los niños los vómitos se resuelven en 1 ó 2 días, así que no es necesario que lo valore el pediatra.
Las ocasiones en las que se debe consultar con el pediatra o acudir a un servicio de urgencias son:
• Si presenta signos de deshidratación: tiene mal estado general, esta muy irritable o está decaído, con mucho sueño, no juega, tiene mucha sed y orina poco, si tiene los ojos hundidos, lengua seca o llora sin lágrimas
• Si es recién nacido y no tolera más de 2 tomas o tiene fiebre
• Si el niño no tolera líquidos
• Si son vómitos con sangre, o oscuros como los posos del café o son de color verdoso.
• Si son vómitos en escopetazo
• Si se acompaña de dolor abdominal continuo e intenso y el abdomen está duro o hinchado.
• Si las cacas tienen sangre roja o son negras
• Si se acompaña de dolor de cabeza importante, con fiebre alta y/o manchas rojas en la piel.
• Si tiene un antecedente de traumatismo craneal y vómitos repetidos
• Si ha ingerido algún tóxico o medicamento
• Si hay una importante pérdida de peso
Estos son algunos consejos que os doy como médico de familia y como mamá, pero recordad que el mejor ojo clínico que hay es el de una madre. Y la mejor opinión, la del pediatra.
Doctora Sin Zapatillas
(Mi Otro Yo)
¡¡¡FELIZ JUEVES!!!