Ya ha pasado un mes desde que utilicé este medio para anunciar a todo el mundo que comenzaba mi dieta. Y tal y como me comprometí, después de estos 30 días, retomo el tema para rendir cuentas. Y lo que os puedo decir es que estoy muy orgullosa de mi misma porque he perdido un tercio de mi objetivo, en total 7 kilos. Esto significa que no es que haya sido buena, he sido ejemplar. Y no es que me lo hayan puesto fácil porque he tenido dos desayunos de trabajo, dos eventos con cóctel incluido, comida de amigos, fiestas de cumpleaños, evento con merienda... y yo me he mantenido firme.
En este mes he aprendido a decir un simple "estoy a dieta" sin avergonzarme de a quien iba dirigido el mensaje. He aprendido a valorar otras cosas de la vida como comer en familia, aunque ellos estén disfrutando de unos macarrones con tomate y yo de unos divertidos tallabacines (ya os daré la receta). He descubierto que la comida de dieta no tiene porqué ser aburrida, solo hay que ponerle un poco de imaginación. He aprendido a disfrutar de otros sentidos como el olfato, ¡lo que gocé haciendo un arroz con costillas! Porque, a Dios gracias, la comida no lo es todo. Y hoy puedo decir que estoy disfrutando de todo esto porque sigo con el click en modo on y porque estoy rodeada de gente magnífica que me anima como a los ciclistas cuando están a punto de coronar una cima. Por supuesto cuento con una familia maravillosa que me apoya y me alienta; con unos compañeros estupendos que no me saludan por la mañana porque dicen no haberme visto por lo delgada que me estoy quedando y bromean con mi ropa cuando me queda grande, y con una fuerza de voluntad que ni yo misma me la creo. Pero aquí estoy como una jabata y disfrutando de mi camino de la 46 (ya 44) a la 38.
Si yo puedo, ¿por qué tú no?
¡¡FELIZ JUEVES!!!