La notícia, que puedes leer aquí, me alegra especialmente porque mi hijo pequeño fue prematuro y su hermano mayor sufrió mucho mis ausencias provocadas por mis idas y venidas del hospital. Un niño de 2 años y medio, edad que tenía el mayor, no entiende nada. No entiende por qué mamá se marcha tantas horas al hospital, su mente fantasea y cree que ya no se le quiere como antes, que solo nos preocupamos por el bebé, ese bebé que no viene a casa.
Es una situación difícil para los hermanos de hijos prematuros, pero también para las madres. Hablo con conocimiento de causa. No obstante, nosotros fuimos afortunados, solo pasamos dos semanas de ingreso. Otras famílias pasan meses en la UCI con sus vidas revueltas, sumidas en un ir y venir del hospital pendientes de las vidas de sus bebés, esos bebés tan frágiles.
Esta iniciativa permitirá reducir el estrés de las familias ligado a la evolución del neonato aplicando la filosofía Nidcap. Una forma respetuosa de cuidar al bebé en el hospital teniendo en cuenta el estrés de los padres que intenta favorecer al máximo la relación familiar ya que ayuda al desarrollo cerebral del bebé.
Cómo me alegro de esta notícia, de que por fín nos demos cuenta de lo importante que es para el bebé estar al lado de su madre, por más cuidados que necesite. Cómo me alegro de que tengan en cuenta a la familia: a la madre, al padre y los hermanitos de ese bebé indefenso.
Cuántas veces le habré dicho a mi marido que en el hospital me hicieron sentir más como la cuidadora de mi propio hijo y no como su madre! Una hora de visita pautada cada tres, con unas enfermeras que te echaban de neonatos con malas caras e incluso antes de acabarse la hora. Aún hoy cuando recuerdo esa experiencia me pongo de mal humor. Me cabrea, si, me cabrea porque esa es la palabra. Porque con sus métodos dificultaron la creación de un vínculo fuerte e intenso con mi hijo. Porque no pude sostener a mi bebé hasta pasadas 48 horas sin ser un caso crítico, porque olvidaron que ese pequeño necesitaba el contacto piel con piel para desarrollarse correctamente. Porque no se tuvo en cuenta al hermano mayor que lloraba tras los cristales porque quería conocer a su hermano, … Pero eso pasó hace ya 5 años. Lo superamos y aquí estamos, con nuestros más y con nuestros menos, felices de estar juntos, aprendiendo cada día los unos de los otros.
Pero debo decir que me alegro que las cosas estén cambiando, espero que muchas familias puedan beneficiarse de este programa del servicio de neonatos del Hospital de la Vall d’Hebrón.
Foto http://www.canstockphoto.es/
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