Nuestra cultura no facilita el contacto con partos reales, y al final lo que nos queda son relatos de madres o abuelas que a su vez han dado a luz en el hospital. La mayor parte de las historias son tremendas: cesáreas sin razón, fórceps, episiotomia, oxitocina por rutina, obligación de tumbarse…De hecho, son cosas acabamos viendo normales por ser situaciones tan comunes.
Por qué elegimos el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles
Yo tenía claro que quería otro tipo de parto, y por suerte hoy en día la corriente está empezando a cambiar y a humanizarse. Leí varios libros sobre partos preciosos y respetados, donde la mujer y el bebé son los protagonistas. Os recomiendo mucho muchísimo a Ina May y este maravilloso libro, o a la matrona Consuelo Ruiz y sus memorias
Nuestro hospital de referencia era Alcorcón, pero finalmente hacia la semana 30 hicimos el traslado de expediente allí. Ya sabéis que si sois residentes en Madrid tenéis derecho a elegir libremente tanto hospital como centro de salud y médico. El papeleo no es muy complicado aunque si lleva unas horas hacerlo. Me informé sobre los hospitales que más respetaban en Madrid (Torrejón de Ardoz y Puerta de Hierro, sobre todo), y tras muchas visitas y mucho pensarlo, decidimos dar a luz en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles.
Lo elegimos por varias razones:
Cercanía: está literalmente a 5 minutos de casa.
Parto en el agua: tienen una piscina en uno de los paritorios que se puede usar si (OJO) está disponible cuando tú llegas.
Alivio del dolor con óxido nitroso.
Posibilidad de usar pelota de pilates y taburete de parto.
No es obligatorio colocar vía si es un parto normal de bajo riesgo y sin medicación.
Permiten comer y beber si lo necesitas y tu idea es dar a luz sin epidural (bajo riesgo)
La matrona que nos enseñó el hospital era encantadora.
Tras haber dado a luz ahí, y habiendo tenido una mala experiencia, puedo deciros a grandes rasgos que las desventajas de ese hospital son:
No es público. O es público ”camuflado. Es de gestión privada, y se nota tanto para bien como para mal. Instalaciones y equipos estupendos, preocupación por el paciente pero trabajadores saturados.
No tienen walking epidural
No tienen liana con anilla
Sólo hay 6 paritorio
No tienen habitaciones libres en planta
Están sobre saturados
Nuestra experiencia en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles
Así que llegó el gran día, y allí que fuimos a dar a luz, con todas las esperanzas puestas en un hospital que, supuestamente, respeta a las parturientas. Quizá más adelante escriba un post contando mi parto al detalle. Sinceramente, no me apetece revivirlo completamente ahora mismo. Aunque ya han pasado 8 meses desde ese día, todavía siento tristeza, ansiedad e impotencia cuando pienso en ello.
Hoy quiero compartir con vosotras por qué mi parto no fue respetado por tres razones: denunciar lo sucedido, informar a futuras madres que quieren dar a luz en este u otros hospitales y visibilizar la violencia obstétrica. Esto último me parece lo más importante. Yo estaba convencida de que en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles podía pasar cualquier cosa menos ser víctima de violencia obstétrica. Y es necesario que se sepa que eso SÍ pasa, y depende mucho del profesional que te atienda, sus condiciones laborales y lo saturado que esté.
Por qué mi parto no fue respetado
Antes de todo, es necesario aclarar que mi parto fue una inducción con oxitocina por rotura de bolsa sin dilatación. Fue un parto duro, muy largo y doloroso. Tenía claro que quería intentar dar a luz sin epidural y así lo hice. Llevaba un Plan de Parto detallado pero NADIE lo leyó, consultó ni hizo caso de NADA de lo que había escrito. Entiendo que en casos como el mío hay que seguir protocolos y rutinas por no ser un parto que ha iniciado normalmente, pero aún así creo que es importante que un hospital que respeta lo tenga en cuenta, al menos para después del expulsivo.
Mi parto no fue respetado porque:
Se me monitorizó inalámbricamente y el cinturón se caía y despegaba todo el rato. Esto daba fallos en los monitores porque se perdía la señal. Para evitar que esto pasara, se me obligó a permanecer acostada todo el tiempo. Mientras me dejaron moverme libremente, a pesar de la oxitocina, podía soportar el dolor. Una vez me obligaron a tumbarme, todo empeoró. El dolor incrementó y la dilatación quedó estancada. Se empezó a registrar sufrimiento fetal, algo muy habitual en postura horizontal.
Supliqué que me dejaran estar a cuatro patas, era la única forma que podía aguantar las contracciones. Se me negó. Y finalmente tuve que pedir la epidural durante más de 10 horas con oxitocina.
Debido al punto anterior, fue necesario colocar un electrodo interno en el cuero cabelludo de mi bebé. ¿Y si hubieran cambiado las correas que me monitorizaban por otras que no se despegaran cada vez que me movía? Quizás se habría evitado esto y el parto habría sido más llevadero.
La matrona que me atendió gran parte del tiempo, hacía comentarios descalificadores, resoplaba al hacerme tactos y me decía que ”así no vamos a ningún lugar” (con la escasa dilatación).
Cada vez que entraba y salía del paritorio daba portazos.
Aumentó la dosis de oxitocina sin informarme o pedir mi consentimiento. Creo que es muy necesario avisar de qué está sucediendo, por qué se va a llevar a cabo esa acción y cuáles son las consecuencias (que el dolor va a aumentar, por ejemplo).
Llegados a este punto, me era imposible preguntar o manifestar mis miedos o inquietudes porque las respuestas eran secas o con ironía.
Otro punto importante fueron los tactos vaginales reiterados y realizados por diferentes personas. Llegué al hospital un martes y di a luz un jueves. Os podéis imaginar cuántas personas ,e hicieron tactos. Mi matrona era una especialista en hacerlos: no podía esperar ni un minuto a que pasara la contracción para hacerlos.
Una vez llegó el momento del expulsivo (seguía tumbada, obviamente ya con epidural), pedí que incorporaran la cama un poco para estar semi acostada. Se me volvió a negar. Al final acabé haciendo uso de los tiradores para levantarme un poco, y a día de hoy pienso que gracias a eso no tuve ningún desgarro y mi bebé salió en cuestión de 20 minutos. La matrona que me atendía (era otra, del siguiente turno), 5 minutos antes decía que el bebé no parecía salir y que quedaba atascado.
Estos puntos resumen muy brevemente el maltrato que recibí durante mi parto. Mi postparto fue muy duro, rozando la depresión. Estuve varias semanas llorando y llorando, sin saber qué me pasaba. Hasta después de dos meses no fui capaz de hablar abiertamente sobre el tema y escribir sobre ello.
Yo, queriendo dar a luz en el agua y sin epidural, llena de cables, con oxígeno y tumbada. ¡Nada más lejos de mis expectativas!
Qué hacer ante un parto maltratado
La carta que escribí a mi matrona llegó lejos, y ha sido publicada por El Parto es Nuestro. Me contactó la jefa de matronas del Hospital, acompañada de Esther, la matrona que me recibió en el paritorio y estuvo con nostros las primeras horas. Ella no fue el problema. La persona que me maltrató sigue en el anonimato, y después de reclamar en el hospital y pedir las notas de enfermería sigue sin aparecer su nombre. Obviamente, la jefa de matronas sabe quién me atendió, pero afirma poner la mano en el fuego por todas sus trabajadoras. También me dijo que mi parto fue muy duro y muy largo y que probablemente esté confundiendo las cosas. Por suerte, mi pareja estuvo ahí en todo momento y puede constatar mis ”alucinaciones”.
Por último, me gustaría que esta exeriencia ha sido LA MÍA. Creo que este hospital está intentando hacer las cosas bien. También pienso que a falta de personal (por ahorro de costes) y debido a las malas condiciones laborales, es fácil encontrar a gente amargada, estresada y que le importa poco si vas a dar a luz o a hacerte una radiograía. Conozco casos estupendos de partos super respetados, tanto aquí como en muchos otros hospitales no tan famosos.
Al final, tu parto va a ser único y va a depender de decenas de factores: la experiencia que tienes que vivir, el momento del día, las personas que te atiendan, tu miedo, tu control mental, tu flexibilidad…Probablemente cualquier otro día de la semana, en otro paritorio o en otras circunstancias, mi parto habría sido totalmente diferente.
Lo que sí creo necesario es compartir mi caso para hacer reflexionar a hospitales y sanitarios. Un parto maltratado debe ser la excepción y no la regla. También quiero dar voz a todas aquellas mujeres que han pasado por una situación parecida. Si te gustaría saber si tú también has sido víctima de violencia obstétrica, puedes hacer este test fácil de El Parto es Nuestro.
Me encantaría saber cómo ha sido tu parto, tanto en este hospital como en otro. ¿Me lo cuentas?