¿Por qué digo que la motivación docente es cosa de todos?
Son muchos los profesores y maestros que sienten un malestar continuo cuando van a trabajar. Sienten que no son ni valorados ni respetados. Personalmente, tengo amigos que se dedican a la enseñanza que leen noticias de países vecinos (Suecia, Noruega o Finlandia) y se vienen abajo. Se vienen abajo porque teniendo la misma profesión no son tratados de la misma forma.
Está en manos de todos hacer que profesores y maestros vuelvan a recuperar la motivación docente. Podemos apoyarlos, podemos luchar con ellos por sus derechos, podemos trabajar para que ellos mantengan la emoción y la ilusión por enseñar. Hay personas que únicamente critican y miran hacia otro lado. “Es que los profesores no están motivados”. “Es que los maestros ya no tienen ilusión”.
Quizás la culpa de esa poca motivación e ilusión la tengamos todos y no solo ellos. Conozco a profesores que me dicen cada día: “Mel, yo empecé con muchas ganas. Pero la gente y el sistema me las ido quitando”. ¿De verdad vamos a seguir mirando hacia lado ante esta problemática? ¿De verdad no vamos a echar una mano a las personas que nos enseñaron un montón de cosas en nuestra infancia y juventud?
Una formación docente adecuada y asequible
Los profesores deben poder contar con una formación permanente adecuada y asequible. La motivación docente se puede recuperar (o mantener) con la comprensión y práctica de las estrategias y herramientas adecuadas. Pero claro, la mayoría de cursos o especializaciones son caros. Además, muchos de ellos tienen un contenido pobre.
¿Cuál sería la solución para mí?
Pues para empezar incorporar asignaturas en la carrera de magisterio relacionadas con la motivación docente. En magisterio se aprende mucha teoría y los estudiantes tienen que hacer muchos trabajos. Pero no tienen materias prácticas auténticas que les ayude con su trabajo diario. Algunos de mis amigos que estudian esta carrera dicen que al salir del grado se sienten vacíos. Y que las prácticas en escuelas y en colegios son realmente complicados porque no les han enseñados herramientas, pautas ni estrategias útiles.
Por otra parte, las empresas privadas que se dedican a formación docente deberían revisar el contenido que ofrecen. En muchas ocasiones, puede llegar a ser confuso y mal explicado (y os lo digo por experiencia). Son cursos y especializaciones que no son gratuitos y que los maestros que se matriculan esperan obtener una documentación de calidad y adaptada.
Las familias deberían estar más unidas a los maestros
Últimamente, he leído noticias de padres y madres ofendiendo a profesores y maestros. Les echaban la culpa de todo lo relacionado con sus hijos. Y me pregunto yo: ¿no sería mejor trabajar unidos y codo con codo en vez de criticar? De esa manera, los maestros no perderían la motivación docente ni su ilusión. Si los padres y madres les ofrecieran su apoyo todo sería mucho más sencillo. De esta manera, familias y maestros trabajarían por un bien común: la educación.
Hay que dejar de lado las acusaciones, las culpas y las ofensas para empezar a trabajar en equipo. Lo importante es conseguir una educación íntegra y completa para todos los estudiantes. Para que se llegue a dar eso, familias y docentes tienen que apoyarse y guiarse mutuamente. Tienen que acompañarse en el camino en vez de ponerse la zancadilla y llenar el recorrido de obstáculos.
El respeto a los docentes por parte de los estudiantes
Es muy importante que los alumnos respeten a sus profesores. Para eso, los padres deben fomentar una educación en valores que favorezca la empatía, la educación, la tolerancia y el respeto a los demás. Desgraciadamente, hay bastantes maestros que han sufrido acoso y agresiones por parte de los estudiantes y es muy doloroso. ¿Cómo algo así no va a acabar con la motivación docente?
Los centros educativos también podrían diseñar actividades y dinámicas para evitar cualquier tipo de acoso en las aulas. Estamos hablando de charlas, talleres, debates, conferencias… Todo es válido para que los alumnos se formen en valores importantes para el día a día. Si los profesores son conscientes que los estudiantes les respetan, vuelven a recuperar la pasión, emoción e ilusión por la enseñanza.
Apoyemos a los profesores en vez de criticar
Es mucha presión la que están sufriendo los docentes: recortes, falta de oposiciones, menos horas de materias importantes (educación musical o artística…) Y lo peor de todo es que no todas las personas se dan cuenta. Hay gente que prefiere criticar y ofender en vez de ser empático y luchar codo con codo con los profesores. ¿Si ellos estuvieran en la piel de los maestros no les gustaría recibir ayuda y apoyo?
Desde mi punto de vista, creo que la profesión docente es una de las maltratadas por el país. Y ni siquiera sé por qué. No me entendáis mal: sé que hay profesores que no tendrían que estar en las aulas. Pero no todos son así. Como decía antes, hay muchos profesionales que empezaron a trabajar con toda su ilusión y poco a poco la han ido perdiendo por situaciones externas a ellos.
¿Por qué no les ayudamos todos a recuperar la motivación docente que un día tuvieron? Creo que todo sería mucho más fácil si trabajásemos juntos en vez tirarnos piedras continuamente.
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