Aprender a masticar
Conseguir una dieta variada
¡¡Empieza una etapa llena de novedades y retos para los niños y para los padres!!
Para aprender a masticar, al igual que con otros aspectos del aprendizaje de los niños (caminar, hablar...) hay que darle a cada bebé el tiempo que necesite. Y masticar bien significa masticar despacio y ensalivando. Los alimentos deben permanecer un tiempo en la boca, pasándolos de un lado a otro, moviendo la lengua y así aumentará la secreción de saliva. De esta manera se podrán apreciar los sabores, las texturas y aprenderán a disfrutar de la comida.
Por otro lado, también es importante conseguir y conservar una dieta variada donde el niño descubrirá los nuevos sabores, aromas y texturas de una amplia gama de alimentos.
Y entonces llega la parte práctica:
llega el momento de sentar al niño en la mesa con los mayores. Porque, ¿cuál es el mejor método para aprender? pues la observación y la imitación. El niño necesita ver como comen los mayores para luego hacerlo ellos.
Esto no significa que el niño deje de comer sus papillas, ni mucho menos, como hemos dicho el aprendizaje debe ser progresivo y no pretendamos que el niño, que todavía es un bebé, coma alimentos sólidos como los mayores.
Debemos hacer que se tome sus papillas y a continuación sentarlo en la mesa con el resto de la familia, para que pueda observar, y entonces ofrecerle pequeñas cantidades de alimentos sólidos como: trozos de verdura, pescado, carne de la misma papilla que acaba de comer u otros alimentos que se estén comiendo en la mesa, queso, tomate crudo, jamón, macarrones...
Lo que no debemos hacer es dar de comer al bebé y ponerlo a dormir para estar más tranquilos. Él forma parte de nuestra vida y debemos hacerle un lugar en ella y dejarles que la compartan.