Para mi esta es la primera sentencia de muerte que le pueden dar a una lactancia que todavía tiene muchísima probabilidad de ser exitosa. En la mayoría de países de hecho esto no se ve, el caso tiene que ser muy extremo (bebés con sangrados ya significativos que están causando anemia) para que un médico sugiera esto.
Lo que he visto que sucede cuando se suspende la lactancia es lo siguiente:
Mamá empieza a dar fórmula a su bebé lactante y el bebé enseguida mejora y entonces mamá toma la decisión de continuar con la fórmula y no volver a la lactancia nunca puesto que tal vez no le importaba mucho la lactancia y ve mejoría en su bebé.
Mamá empieza a dar fórmula a su bebé lactante y el bebé enseguida mejora, pero aun así mamá se siente mal, culpable de que no pueda continuar la lactancia. Mamá retoma la lactancia y el bebé enseguida empieza con los síntomas otra vez. Mamá siente que “confirma que su leche le hace daño” y vuelve a la fórmula, aún con sentimientos de culpa.
Mamá empieza a dar fórmula a su bebé lactante y el bebé enseguida mejora, mamá espera el tiempo indicado para poder volver a la lactancia pero cuando quiere volver a la lactancia, mamá ya no tiene leche suficiente para su bebé y no puede.
Mamá empieza a dar fórmula a su bebé lactante y el bebé enseguida mejora, mamá espera el tiempo indicado para poder volver a la lactancia pero cuando quiere volver a la lactancia, bebé otra vez presenta síntomas. Mamá persiste con la lactancia y la dieta y logra continuar la lactancia, siempre arrepintiéndose de haber suspendido por esos días.
Y la peor opción de todas y la razón por la cual suspender la lactancia debe ser la ÚLTIMA opción. Mamá empieza a dar fórmula a su bebé lactante y el bebé no mejora, incluso empeora. Mamá intenta volver a la lactancia y ya no tiene leche. Aquí es cuando se vuelve un gran problema, mamá tendrá que probar todas las formulas del mercado hasta encontrar cual será la que “menos daño” le hace a su bebé.
Aún no escucho sobre alguien que me de el siguiente resultado: “Mamá suspende la lactancia, bebé mejora, mamá retoma la lactancia y el bebé continúa igual bien y la producción de la mamá continúa igual”. Este sería el resultado que todas queremos, y que pensaríamos que nuestros médicos buscan, pero nunca se da. ¿Por qué?
Este escenario que sería el ideal no sucede por algunas razones.
La PLV demora de 4-8 semanas en salir de tu sistema. Entonces para que la suspensión de la lactancia para desintoxicar tu cuerpo sea efectiva tendría que ser una suspensión de mínimo 4 semanas. Ningún médico va a decir esto porque una suspensión tan larga de seguro que termina con nuestra producción de leche.
Las alergias generalmente tienden a empeorar con cada exposición nueva. ¿Qué pasa entonces si eliminamos completamente el alergeno (porque estamos dando fórmula) y lo volvemos a introducir de la nada (lo volvemos a introducir porque 1-2 semanas no es suficiente para eliminarlo de nuestro sistema)? ¡Obviamente el cuerpo va a reaccionar al alergeno! No solo eso, sino muy posiblemente va a reaccionar hasta peor de lo que reaccionaba antes (por la re-introducción abrupta).
Si suspendemos la lactancia, no vamos a poder notar bien los cambios y mejorías mientras eliminamos alimentos de nuestra dieta. Un diagnostico de APLV en otros países recibe el siguiente tratamiento:
“El tratamiento para la AP [APLV] es la eliminación de las proteínas ofensivas de la dieta. Para los lactantes que amamantan, esto significa una dieta de eliminación materna. Dado que la proteína de la leche de vaca está implicada con mayor frecuencia en la AP [APLV] , se debe instruir a las madres para que eliminen todas las fuentes de proteína de la leche de vaca durante un mínimo de 2 semanas. En la mayoría de los casos, el sangrado evidente se resolverá en 72 a 96 horas. Un período de eliminación de hasta 4 semanas puede ser necesario en algunos casos, especialmente si el sangrado ha sido prolongado. Si no se observa ninguna mejoría después de 2 semanas de una dieta estricta sin lácteos, la proteína de soya también debe eliminarse.” (fuente, traducción propia)
Tenemos que darle tiempo a la dieta. Empezamos solo eliminando la PLV. Debemos hacer esta eliminación únicamente y durante dos semanas. Si no se observa ninguna mejoría, pasamos a la eliminación de Soya (el siguiente alergeno más común para los bebés APLV). Y así se van eliminando alimentos de la dieta hasta encontrar el que hace que continúen los síntomas. Pero, ¿qué pasa si es que en vez de hacer esto suspendemos la lactancia para luego retomarla? Lo único que estamos haciendo es alargar nuestro proceso, porque vamos a tener que esperar luego de retomarla mínimo dos semanas antes de empezar a ver si no hay cambios. Estamos interfiriendo con poder darnos cuenta si nuestra dieta de eliminación esta o no funcionando y necesitamos o no continuar eliminando más alimentos.
Mi pregunta siempre cuando me cuentan que les enviaron a suspender la lactancia durante X tiempo es: ¿Para qué?, ¿Buscando qué propósito? Como les expliqué, los resultados de la suspensión son casi siempre que la lactancia termina eliminándose o reduciéndose. Y los casos en los que si se logra continuar con esta lactancia exclusiva no se obtiene NINGÚN BENEFICIO de haber suspendido, sino más bien únicamente alargamos el proceso de nuestra dieta de eliminación.
Voy a graficar un ejemplo, obviamente extremo y no real, pero a manera de explicar mejor lo ilógico e innecesario que es la suspensión de la lactancia para “desintoxicar” nuestra leche.
Mañana te rompes el hueso del pie. Te duele mucho. Vas donde el médico y te dice que para que no te duela el pie van a tener que amputarlo y luego volverlo a poner. “Pero doctor, ¿no hay un tratamiento para esto?” Accedes igual. Te amputan el pie, el dolor se va. No te sientes bien, te sientes culpable de ya no tener tu pie. Te lo vuelven a poner en 1 semana, sigue roto el hueso porque tarda 4 semanas en sanar, entonces te vuelve a doler mucho. Continuas con el proceso de sanar el hueso roto y eventualmente sana. ¿Cuál fue el propósito de quitarte el pie? ¿Ayudó de alguna forma en el proceso de curación? ¿Valió la pena esa semana que sufriste porque te hacía falta tu pie? NO. La respuesta a todas estas preguntar es NO. No vale la pena, es innecesario y no justifica jamás una acción tan radical en vez de paciencia y un tratamiento.
Lo mismo aplica a la APLV. Ahora, si tu pie esta gangrenado e incurable, sería otro escenario. Pero en la mayoría de casos sabemos que no es así, los bebés están bien, no tienen anemia ni están cerca de tenerla (que es la única preocupación con los sangrados APLV), tienen síntomas, tienen un diagnóstico y lo único que falta es que empecemos el tratamiento y tengamos paciencia.