Cuando yo estudiaba, hace ya la porra de años, estábamos en el colegio dos años más. Dos años para hacernos mayores, para ser preadolescentes en el colegio, donde todos los profesores nos conocían, donde conocíamos a todos los compañeros…. Pero llegaron las reformas educativas, una, otra y otra más, cambios para “mejorar” supuestamente la educación en España. Aunque para mí que tanta reforma deja mucho que desear y la educación sigue siendo una asignatura pendiente…. Pero bueno, no voy a entrar en detalles de tanto cambio de educación, pues hasta yo me he perdido por el camino y he tenido que ir aprendiendo según nos tocaban los cambios.
Ahora salen del colegio dos años antes, con solo 12 años. Pretenden hacernos creer que el cambio es para mejor, puesto que antes la educación era obligatoria hasta los 14 años y ahora hasta los 16. Vale, hasta ahí de acuerdo, pero ¿por qué tienen que salir los peques del cole para entrar en el instituto con 12 años, con todos los cambios que eso conlleva?
Recuerdo cuando yo empecé el instituto. Tenía 14 años y me creía mayor. Cuando llegué el primer día, de pronto me sentí pequeña. Estaba rodeada de verdaderos chicos mayores, de 17,18, 19…. ¡¡¡Madre mía, que diferencia de edad!!! Pues imaginad ahora, cuando mi peque de 12 se ve al lado de uno de 18. Quieren hacerlos grandes antes de tiempo. El primer día, un chico mayor le dio una colleja. ¡¡Casi me da algo cuando me enteré!! Lucas me explicó que no había sido nada, que había sido de broma, que no le habían dado fuerte….pero yo atacada de los nervios, ya quería ir a hablar con el director del instituto. Y parece que ahí no acabó la cosa, a un amigo suyo le pusieron la zancadilla, se rieron de otros por ser pequeños…. Y eso que en el instituto nos aseguraron que estaban muy pendientes de los pequeños y que no pasaba nada. Pues yo, como madre de un niño de 12 años al que han soltado en un instituto lleno de chicos mayores que fuman en la valla en los recreos y de chicas que van enseñando más piel de la que yo considero adecuada para ir a clase, estoy un poco preocupada. Por lo menos, parece que después de una semana ya se han acostumbrado a verlos por allí y Lucas asegura que no ha vuelto a pasar nada.
Los horarios del instituto no tienen nada que ver con los del colegio, con los de la guardería ni con los de mi trabajo. Entra a las 8:25, vaya madrugón. Y sale a las 14:30 tres días a la semana y los dos restantes ¡¡¡sale a las 15:30!!! Evidentemente, con esos horarios que no son compatibles con los míos ni con los de su hermana, tiene que ir y volver solo, ¡como para no hacerle mayor! Vale que yo confío en él, que el curso pasado venía solo del cole (le llevaba yo cuando iba a trabajar y era sólo la vuelta), pero estaba más cerca. Este año tiene que cruzar dos calles-carretera de dos carriles en cada sentido, donde no hay semáforos, sólo paso de peatones que la mayoría de los coches se salta a la torera.
También cambia de aula en cada clase. Que digo yo, ¿no es más fácil que se muevan los profesores que tener que mover a una clase entera de alumnos? No digamos a las 5 clases de primero a la vez (y todas las demás). Si alguien tiene una explicación razonable para esto, me gustaría escucharla. Mogollón de niños andando por los pasillos con la mochila a cuestas hora tras hora. Los pobres van todo el rato cargados. Y en el patio, también con la mochila a cuestas. Supuestamente hay taquillas, digo supuestamente porque aún no sabemos nada. Así que en cada cambio de clase y en el recreo, carga con todos los libros, no puede dejar la mochila en clase porque luego tiene que ir a un aula diferente. Yo, en mi instituto, no me movía de clase, quizás en alguna asignatura suelta, pero eran los profesores los que se cambiaban. La verdad, no entiendo el motivo.
También me ha sorprendido MAE, Medidas de Atención al Estudio, es decir, la alternativa a religión. No voy a entrar en que sigo sin entender el motivo de que religión sea una “asignatura”, que quita horas lectivas reales de materias de verdad importantes. Pues en educación secundaria nos encontramos con esto, que en el colegio llamaban “alternativa”. MAE se supone que sirve para proporcionar técnicas de estudio y aprendizaje a los alumnos. En las dos semanas que lleva de clase, en la hora semanal de MAE no han hecho nada provechoso. Ponerse a hacer deberes, si les apetece. Hay un profesor, que parece que va cambiando según el día, que se sienta en clase a "vigilar" a los alumnos. Durante esa hora, Lucas me cuenta que estuvieron riéndose, haciendo bromas e incluso charlando amistosamente con el profesor sobre su vida marital y su pelo? L Pues sí, ya veo yo como ayudan a los alumnos a estudiar. Evidentemente, en una hora sin sentido, en la que no van a puntuarles nada, que no tiene peso académico?entiendo que los niños pasen de ponerse a hacer deberes o a estudiar y prefieran relajarse con juegos y risas. Y hay que decir que la clase de MAE está llena, creo que la clase de religión debe estar bastante vacía. ¡Vaya pérdida de tiempo! Ya podían usar esa hora para otras asignaturas importantes, profundizar en el inglés, repasar matemáticas, hacer ejercicio físico, o por qué no, para salir antes del instituto, total, para que pierdan el tiempo en clase, que se vengan a casa que ya lo aprovecharemos mejor.
No me gusta el cambio, ya lo he dicho. Le encuentro un poco perdido entre tanto cambio y tanta dejadez. Aún no hemos tenido ni una sola reunión de padres, para explicarnos algo, todo lo que sé, lo sé por Lucas, los padres, de momento, estamos excluidos de la educación de nuestros hijos. Yo quiero una enseñanza pública y de calidad, y esto no empieza por dejar a unos niños de 12 años solos ante tanta responsabilidad.