Ser mamá es sin duda la experiencia más extraordinaria que he vivido, pero también es la experiencia que más veces me hace estar al borde del ataque de nervios. Será por que en casa tengo niños/monos.... (que me los quiero mucho a mis niños pero cuando los veo subirse a los árboles me confirman aquello de que "el hombre viene del mono"), que me hacen sufrir con sus saltos, escaladas, carreras a toda velocidad, intenciones de asomarse a lugares donde no deben (y contra más alto mejor). Así que me surge la duda de si la palabra "mejor" es la más acertada.Cuando te quedas embarazada todo el mundo te dice: "Ya verás, es lo más bonito del mundo", "Será lo mejor que te pasará en la vida".... y tu, primeriza e ingenua te imaginas algo así como estar en un estado de felicidad sostenida, en unas vacaciones continuas, en una segunda infancia pero con tu experiencia actual. ¡Lo que entendemos por mejor, vaya! Creo que tendríamos que cambiar esta definición para que ninguna mamá más piense que va a entrar en un cuento de hadas en cuanto nazca su bebé...
Tener hijos es la experiencia con la que más estoy aprendiendo en la vida. Estoy aprendiendo muchísimo de mis hijos, sobre mi y mis emociones, pero también es la experiencia más dura que he vivido y que más me está doliendo. A veces, "lo mejor" que a uno le pasa no es lo que menos duele, sino todo lo contrario. Lo que ocurre es que asociamos lo mejor con lo más placentero. Es como cuando eras pequeña y te dolían las rodillas o tenías fiebre: "Eso es que estás creciendo", decían.
Crecer interiormente también duele. El lunes leía en "La carta de los lunes" de Eva, de mamaconvergente que si no duele, es que no te estás esforzando"...."ese dolor son como las agujetas de después de hacer deporte" ..... pues yo debo de estar esforzándome mucho... (el artículo no tiene nada que ver con la maternidad, pero me hizo reflexionar).
Y es que la maternidad tiene cosas muy bonitas y recompensantes, pero también cosas no tan bonitas y algo menos recompensantes, tanto físicas como psicológicas. Me encanta leer post y comentarios en las redes sociales sobre lo bonito de la maternidad, el amor incondicional hacia los hijos, lo felices que son desde que son mamás. Lo admiro y lo envidio a la vez. Tengo una amiga que derrocha amor por su hijo allá donde va. Nunca está cansada, no le pesan las noches sin dormir, siempre tiene palabras bonitas. Las fotos que hace son increíbles y cuando las cuelga en el facebook sus comentarios derrochan amor por todas las esquinas. A mi eso no mes sale, no sé, soy más basta, oye.
Y supongo que hay muchos factores que influyen en el modo en que vivimos la maternidad :
El carácter del bebé: Por ejemplo, los bebés de alta demanda absorben muchísimo y pueden llegar a anular tu vida personal por completo si no te organizas para cuidarte. (¿Sabes que es un bebé de alta demanda? Aquí puedes leer un artículo que "Un papá en prácticas" ha escrito sobre los bebés de alta demanda). Sobretodo el cómo duerman y coman son dos temas que nos pueden llevar por la calle de la amargura.
Tu propio carácter: Si eres positiva es obvio que llevarás mejor los aspectos menos bonitos de la maternidad que si eres más bien "gruñona".
El carácter del papá, su implicación en el cuidado del peque, su trabajo y las horas que pase fuera de casa....No será lo mismo disponer del papi de la criatura todas las tardes de la semana y que no tengas problemas para quedar con una amiga a tomar un café, a que te pases el día sola atendiendo a tu peque.
El apoyo familiar. Tampoco es lo mismo disponer de abuelas, abuelos, titos, titas y demás familiares hiperpredispuestos para cuidar a tu bebé para que tu puedas salir a cenar con tu pareja, a no tener ayuda para estos casos.
El trabajo y el dinero. No es lo mismo tener trabajo que no tenerlo. No es mejor tenerlo o no tenerlo, eso dependerá de tu personalidad y tus necesidades económicas, puede ser una gran suerte poder estar en casa todos los días o una enorme presión si el dinero no llega a fin de mes teniendo que alimentar a una criatura. Ir holgados económicamente también te permitirá algunas cosas que pueden facilitarte la existencia (irte de finde, contratar a alguien que planche, que sé yo....). No es lo más importante, pero ayuda también.
Los primeros meses y las rachas "malas". Creo que también es fundamental como empieces con tu bebé y lo que duren las "malas rachas", me refiero a los cólicos del lactante, las noches largas de los primeros meses, las malas noches cuando empiezan a salir los dientes, bronquitis y otras -itis.
Lo movidos que sean los niños una vez que empiezan a andar. Cuando son algo más mayores y empiezan a explorar el mundo por sí mismos, lo temerarios y curiosos que sean puede llegar a darte unos buenos sustos, tanto en casa como en la calle, que te generan un estado continuo de alerta y vigilancia bastante estresante.
A pesar de todos estos factores, que influyen, por supuesto, porque si mis hijos no fueran tan saltarines y escaladores yo no estaría al borde del infarto unas tres veces al día creyendo que se van a romper la crisma (el otro día habían movido la cómoda de su habitación para conseguir un trampolín de saltos para su cama)..... anécdotas a parte, que me despisto, creo que el ingrediente principal para que la experiencia como mamá sea lo más gratificante, divertida y de la que aprender lo máximo posible es la actitud.Y para terminar, retomo el reclamo que hacía al principio de este post a favor de cambiar la frase "celebre" que les decimos a los primerizos: "Ser madre es lo mejor que te pasará en la vida" por otra frase que refleje más la realidad, que no lo pinte todo tan bonito y haga intuir que el camino va a ser duro y que vas a tener que esforzarte.
Yo propongo esta frase (por ser la que más define mi maternidad) : "Ser madre será la experiencia con la que más aprenderás en la vida".
¿Y tu, cual es la frase que define tu maternidad y que le dirías a alguien que estuviese a punto de ser mamá?