Hoy es San Juan, 23 de junio, fecha de fiesta, brujas, hogueras, hechizos, e ilusión. Os reconozco que es una fecha que me gusta mucho, porque es mágica.
Para las personas que vivimos pegadas al mar, se convierte en el día interminable de playa, terminando con un baño en las aguas, a veces, congeladas del mar. Desde que tengo uso de razón, recuerdo ir de pequeña con mis padres y hermano (mis hermanas aún ni habían llegado) sobre las 23:30h a la playa, para mojarnos los pies como la tradición manda.
Mis padres nunca han sido de montar fiesta en la playa y encender hogueras, para mi madre lo importante y lo impepinable era mojarse los pies, sí o sí. Y así lo hemos aprendido mis hermanos y yo.
Recuerdo un año que el padredelasfieras me recogió tarde y me mojé los pies a las 00:15h , me pillé tal enfado que estuve días sin hablarle; los pies hay que mojarlos con la ola que llegue a las 00:00 clavadas y punto.
Pero hay que ser realistas, cuando toca San Juan y se es madre ¿ahora qué?, reconozco que me "fastidió" el hecho de no poder bajar a la playa como siempre a pedir mi deseo, sentía que me faltaba algo sin sentir esa ola "limpiando" años que habían sido para olvidar; pero es que con un bebé ¡ya me diréis!
El primer año que estaba Minimonster, opté por ir a las 9 de la noche, sí, allí me teníais que ver con una amiga y un paquete de pringles, me mojé mis pies, fui directa a recoger a minimonster de casa de mis padres y a mi casa me fui. Me supo tan poco.
Así que en años posteriores, dije que no iba a hacer tal chorrada porque además me sentía idiota entrando a las 9 de la noche de espalda en el mar. Por lo que en los años posteriores, usé mi piscina, claro, pensé: - mi piscina tiene agua salada y tiene una corriente continua, no es agua estancada, ¡me sirve y es lo que hay!
Solo el año que yo estaba de 8 meses con Babymonster, pude ir a la playa a mojarme mis pies, recuerdo que jugaba España, pero no recuerdo que competición era, imagino que era la última Eurocopa que ganó. Me costó sangre que Minimonster aguantase hasta las 12 despierta, le expliqué toda la tradición, todo lo que tenía que hacer: ponerse al lado mía y del resto de las personas, esperar a que hagan sonar un silbato, entrar de espaldas, y pedir un deseo. Se ve que le gustó la idea, pero el sueño le podía, aunque aguantó y se mojó sus pies.
Fotografía tomada en una playa de Fuengirola, esperando la gente oír el silbato para bañarse (fotografía de Daniel Marzetti Flickr)
Soy de esas madres que disfrutan enseñando a sus hijas tradiciones de mi familia, para que de alguna forma, estas, continúen. Creo que hoy podría bajar temprano a la playa, cenar con ellas en algún sitio y hacer tiempo hasta que sea la hora de mojarse los pies, pero tengo aún a Babymonster en fase de: - mamá playa no.
Así que paso de sufrir el suplicio de una niña llorando a mares por ver las olas llegar, mientras entro de espaldas, dando la mano a mi otra hija, y recordando cual era el deseo que quería pedir. Va a ser que no! Y la opción de empezar desde temprano la fiesta en la playa con ellas me niego, seamos realistas, a eso de las 10 de la noche cae una humedad, que las sudaderas y pantalones largos son necesarios, y yo con la "suerte" que tengo me veo al día siguiente a las dos niñas con fiebre porque se han resfriado ¡Pasando! ¡Viva el agua salada de mi piscina porque es lo hay!
Es una tradición que me encanta, pero antes soy madre. Este año me tocará de nuevo meter mis pies en mi piscina a las 12 en punto, y pedir mi deseo, mientras no dejo de sentirme un poco lerda de estar con los pies a esa hora en una piscina y no en el mar.
Los que celebráis esta fiesta
¿cómo os organizáis?
¿os pasa como a mí que lo dais por imposible? o por el contrario
¿vuestros hijos aguantan y disfrutan de ella con vosotros?