Un hermano para Mini Thor
capitulo 2
El duelo por la muerte de un hijo es un camino aciago, oscuro y doloroso que sólo el tiempo es capaz de sanar pero la cicatriz permanece dentro, latente.
Pasaron los meses desde la pérdida, de hecho creo que aún no estoy preparada para relatar con detalle ese suceso traumático, porque un año después todavía estoy afligida, porque sigue siendo tabú, sigue ahogando. Llegó el verano, seco, caluroso, melancólico, apesadumbrado, largo, sin ilusión, sin vida, sinsentido, que languideció para dar paso de forma inexorable al otoño y me marché de viaje.
Ese viaje que había aplazado tantas veces porque no me atrevía por ser madre, fíjate tú qué absurda excusa, una de tantas tonterías con las que nos queremos autoconvencer las madres, sin llegar a entender cuál es ese mecanismo nuestro interno tan retorcido que desarrollamos las madres para el autocastigo. Lo organicé como escapada con mis amigas 4 días, despejar la cabeza y regresar…
Bueno pues al final el viaje fue ligeramente distinto a lo planeado inicialmente porque en mi maleta terminaron mi marido y mi hijo que se negaron a quedarse en tierra solos. El periplo fue maravilloso, más caro de lo deseado ya que no es lo mismo billete de avión para 1 que para 3, y pasar de compartir vivienda con amigas a reservar habitación de hotel con piscina para el niño…. Lo cierto es que disfrutamos muchísimo juntos. Los hombres de mi hogar, mis amigas, comidas, cenas, visitas turísticas y multitud de anécdotas.
Lo mejor de todo, en ese viaje le dije a mi marido: segunda falta.
Gini, mi amiga y ginecóloga, se puso como loca de contenta cuando le conté que estaba embarazada y que iba a pedirle cita en consulta oficial, PERO también se enfadó porque había hecho un viaje muy largo estando embarazada con mis antecedentes. La tranquilicé con mi abstracto y retórico razonamiento subversivo: “Si lo tengo que perder, no habrá nada que yo pueda hacer para evitarlo como pasó con el segundo embarazo. Si éste prospera le va a tocar movimiento porque ¡soy autónoma!”
De modo que, empezamos con el protocolo gestacional, ecografías, analíticas, revisiones y todo bien. Ni diabetes gestacional, ni colesterol, ni patologías raras. Las náuseas nocturnas de primer trimestre que se alargaron hasta entrado el segundo trimestre las sobrellevaba acostándome pronto y durmiendo mucho. Curiosidad, con éste embarazo a diferencia del de Mini Thor, no perdí el olfato, mientras que con el otro sólo olía a gato muerto con éste lo único que tuve fueron patadas de futbolista a todas horas.
Estuve engordando una media de 2 kilos al mes, desde el primer mes, es decir, la mitad que con Mini Thor. Quizás fuera porque me movía más por tener que ir y venir con el pequeño gran hombre al colegio, a las extraescolares, al parque, porque no comía a todas horas del día ni tenía esa ansiedad desaforada…
Estaba contenta con mi contención de peso hasta que llegado el final del embarazo la báscula me sacudió con un montón de kilos extra, tantos como 22. ¡Qué desastre! Pues menos mal que estuve a dieta todo el embarazo y sin antojos. He de decir que es frustrante engordar 22 kilos comiendo de dieta, porque si por lo menos me hubiera puesto fina comiendo bollería de chocolate…. Diría me lo merezco por golosa. Ni macarrones podía comer con lo que me gustan….
Parece ser que la naturaleza me ha dado un molde para niños grandes, en el acuerdo van 22 kilos por embarazo y movilidad reducida no importa lo que coma o el ejercicio que haga. Si llego a tener 12 niños… los 12 iguales. No es hipótesis, es un hecho científico demostrable, si no que se lo pregunten a mi marido que no quiere apostar por el tercero, jajajajaja.
El trabajo me absorbe, quiero dejar varios temas zanjados antes de la baja por maternidad, mi hijo mayor me ocupa el resto del tiempo, y mi hogar está manga por hombro pero a quién le importa, no tengo invitados y cuestión solucionada. Total que lo llevo bastante bien a pesar del calor a todas horas… Aunque estemos a 10 grados, yo voy en manga corta. Parece que llevo la estufa encendida todo el día. Y la cabeza me castiga menos porque no tengo tiempo, caigo rendida MUY temprano por la noche.
Para no alargarme en demasía, ¿¿qué nombre le pongo al hermano de Mini Thor?? Siendo que va a ser otro miembro poderoso y destacado de mi familia… Mini Thor 2 está descartado. Hay quien opina que Hércules o cualquier súper-héroe de la factoría Marvel, aunque por las patadas que me atiza la criatura desde dentro de mi ser no sé si ponerle nombre de futbolista laureado.
Pronto seguiremos con nuevos capítulos de las experiencias de Sil en el embarazo del hermano de Mini Thor, de la llegada, no te las pierdas