Por eso me cuesta mucho aprovechar mi ropa, aunque en este segundo embarazo lo estoy llevando mejor: ya me había hecho con muchas prendas anchas (jerseys, camisetas, vestidos) y también ha ayudado el hecho de que sea invierno y lleve abrigos y fulares que lo disimulan. De momento, me siguen valiendo mis pantalones y no he tenido que aumentar de talla (toco madera). En el primer embarazo me compré unos de premamá desde el tercer mes, pero en éste me estoy resistiendo para seguir viéndome como siempre.
Las primeras semanas tiré del truco de la goma de pelo en el ojal para sentirme más cómoda, pero ya me he profesionalizado (la experiencia es un grado) y ahora uso un alargador de cintura profesional, que me sienta mucho mejor y cubre mucho más. Me costó un poco cogerle el tranquillo, pero ahora lo uso a diario y me parece un inventazo.
Del truco casero al adaptador profesional:
El mío es éste de Tutete, y me gusta porque viene con todo tipo de adaptadores (para botones de los pantalones y enganches de las faldas, por ejemplo, aunque éste no lo he probado) y pedazos de tela vaquera, negra y blanca. Como se puede usar con distintas prendas y tiene varias posiciones de ajuste para adaptarse al tamaño de la barriga, tiene mucha vida.
Eso sí, requiere tener un poco de cuidado en disimular la cremallera de los vaqueros y llevar partes de arriba largas que cubran esa zona, pero eso de sentirte en tus pantalones y que no se vea la braga, no tiene precio (al menos, al principio).
Ahora bien, no negaré que estoy deseando que llegue la primavera para quitarme algo de ropa e ir más ligera con vestidos.
¿Cuánto tiempo os duraron los pantalones de siempre?
La entrada Aprovechando los pantalones durante el embarazo aparece primero en Y, además, mamá.