Un primer trimestre que se me ha pasado muy rápido, quizás más rápido que los anteriores, o quizás no, mi memoria a largo plazo comienza a fallarme. Pero sí, se me ha pasado rápido, en breve sabremos el sexo de Polvoroncill@ y para mi es un punto de inflexión en la marcha de mi embarazo.
La verdad es que poco puedo contar de estas últimas semanas porque han sido muy tranquilas, afortunadamente. Lo más destacable es que el embarazo cada vez es más evidente, la gente ya se atreve a preguntarme porque mi barriga es muy sospechosa, salvo que lleve alguna prenda muy suelta ya me cuesta disimularla. Tampoco lo pretendo, sigo usando mi ropa habitual excepto algunos pantalones y faldas premamá, por lo que si una camiseta o blusa me marca la barriga, ahí está, y yo bien orgullosa de ella.
A las 12 semanas comencé a sospechar que notaba los movimientos de Polvoroncill@, y así fue. Esos movimientos eran muy leves y esporádicos pero claramente identificables, al menos para mi. No tenía lugar a dudas. Al principio los sentía muy de vez en cuando pero a partir de las 14 semanas, aún leves, comenzaron a ser más frecuentes. A las 16 semanas sus movimientos son habituales y cada vez más perceptibles, ya no hay lugar a dudas.
Normalmente los siento más cuando estoy sentada y tranquila, incluso a veces puedo sentirlos en mi mano, pero son las menos, aún no es tan grande para meterle un gol a mi palma. Pero es una sensación maravillosa, como decía hace unos días, estar embarazada, sobre todo llegado este momento, es sinónimo de no sentirte sola nunca, cuando esa cosilla que llevas dentro te recuerda con sus movimientos que está ahí, siempre contigo. Mis manos se van a mi abdomen inconscientemente, cuando me doy cuenta estoy acariciando mi barriga o con mis manos sobre ella, intuyendo el lugar donde puede estar mi cosilla.
Estas últimas semanas han sido muy tranquilas con respecto a síntomas y molestias. Ya quedaron atrás las nauseas y el malestar, no me siento tan cansanda ni soñolienta, aunque continuo teniendo poco apetito. La ventaja de esto último es que aún no he puesto ni un gramo de peso, así que casi mejor, me alimento bien que es lo importante, sin abusar, y mi cuerpo, salvo mi barriga, no parece estar cambiando con el embarazo.
Lo que sí me viene molestando desde hace un par de semanas es una dolencia que suele aparecer en el tercer timestre, la disfunción de la sínfisis del pubis. Es una lesión de sus ligamentos, que dado el peso que recae sobre ellos y la acción de la relaxina -hormona que relaja dichos ligamentos para facilitar el parto- se produce su distensión que causa malestar y dolor al movimiento.
Aunque es temprano para que mi pelvis se vea afectada por el peso de la barriga -útero-líquidoamniótico-bebé- debe estar lo suficientemente tocada tras los anteriores embarazos que en éste se ha manifestado de manera temprana. De momento no es un dolor agudo pero sí ligeramente punzante en movimientos tan habituales como incorporarme, levantar la pierna, caminar, cargar peso... Vamos, movimientos que difícilmente puedo evitar.
La matrona me ha recomendado usar una faja para aligerar el peso sobre la pelvis y el médico de cabecera me ha recomendado reposo relativo. Reposo relativo, hay qué gracia, como si fuera fácil, en mi caso -y en el de la mayoría de embarazadas, más si ya sois mamás- lo relativo es poder reposar.
La puñeta es que como no es algo visible ni afecta al feto, falta empatía. Vamos, que mi embarazo aún no está avanzado y parece que es más cuento o exageración que otra cosa, por lo que la falta de ayuda en general no me ayuda, valga la redundancia. Físicamente se me ve bien, no tengo una barriga tremenda como para dar pena, entonces, "no será para tanto". Así que me toca seguir bregando con el día a día y el reposo relativo se convierte en un ideal que intento alcanzar pero rara vez consigo.
En estas semanas no he realizado más pruebas, sí he recibido los resultados de triple screening, podemos estar tranquilos ya que tango el pliegue nucal como en análisis de sangre no arrojan riesgo de que el bebé presente alguna altaración cromosomática. No obstante, en las 20 semanas nos quedaremos más tranquilos al respecto cuando me hagan la ecografía morforlógica.
Así que casi sin enterarme le digo adiós al primer trimestre y me preparo para entrar en el segundo, ansiosa por saber el sexo de mi bebé -más por mis niños que por mi, pues a ellos les hace mucha ilusión-, deseando que ellos puedan sentirl@ como le siento yo, deseando que este embarazo sea de toda la familia, mi familia.
Y poco más, sigo engordando, sigo disfrutando, sigo creyéndome cada vez más esto que me está pasando y Polvoroncill@ comienza a hacerse un hueco en esta familia, ya no la concibo sin él.