Reforzar y castigar a nuestros hijos es el tema del que nos ocupamos hoy, en el que trataremos cuáles son las mejores formas de premiar o qué conductas deberíamos castigar. Veremos también por qué es mejor incentivar la repetición de una conducta que castigar o de qué modo es posible hacer desaparecer aquellos comportamientos que nos disgustan sin necesidad de castigar.
Éste es el tema principal de este post, porque sé, como madre que soy, que estas cuestiones te preocupan y que en ocasiones no sabes bien cómo actuar.
Cuál es la mejor manera de proceder
¿Elogiar, premiar, castigar, reprender o dejar hacer …? ¿Cuál es la menor forma de proceder con nuestros hijos para mejorar su conducta?
Ciertamente, ésta es una de las eternas preguntas que todo padre o madre se acaba formulando en un momento u otro. Debo decir que todo dependerá de muchos factores pero primero de todo deberíamos plantearnos varias cuestiones como padres:
¿Qué causa una mala conducta o una conducta inadecuada de nuestros hijos?
¿Qué significa para nosotros portarse mal?
¿Qué queremos conseguir premiando, elogiando o castigando?
¿De qué modo premiamos o castigamos?
¿Reprendemos más que elogiamos?
…
La respuesta a algunas de estas preguntas es propia de cada familia, pero lo que todos tenemos en común es que queremos que nuestros hijos se comporten de la mejor manera posible.
Para ello recurrimos a nuestro cajón de herramientas educativas: premios, elogios, castigos o consecuencias educativas. Pero vemos que no siempre funcionan ni a todos los niños responden de igual modo. Aquellas que sirvieron a otros no sirve para el nuestro ¿Por qué?
Vamos a dar algunas claves para responder a esta cuestión, empezando por saber por qué suelen comportarse mal nuestros hijos.
Causas de las conductas inadecuadas de nuestros hijos
Las conductas inadecuadas de nuestros hijos son debidas a infinidad de causas, entre ellas el cansancio, el sueño, los celos, … o por verdaderos trastornos de conducta u otras problemáticas que requieren intervención de un profesional.
En este último caso deberíamos consultar con un especialista como el que te recomiendo a continuación si te resides en las Palmas de Gran Canaria. Un centro de Psicología infantil en Vecindario que cuenta con más de 10 años de experiencia.
Sin embargo, la verdad es que por lo general, lo único que les pasa a nuestros hijos es que son niños y que como tal se comportan como niños.
Y tu dirás y esto .. qué significa?
Significa que a veces ponen a prueba sus límites y nuestras normas. Nos desobedecen o intentan hacerlo porque para crecer hay que aprender a convivir, a ser autónomo, a ser uno mismo, a reafirmar la propia identidad, pero también deben aprender a equivocarse, saber lo que está bien y lo que no, … y para todo ello estamos los padres a su lado.
Tipos de premios y castigos.
Formas de recompensar y de castigar hay muchas pero no todas son efectivas. Veamos uno por uno qué podemos hacer y cuáles son más recomendables.
Empezamos con los castigos, quizás porque es a lo que más recurrimos los padres cuando ya no sabemos qué hacer. En algunos casos es la única técnica que poseen y lamentablemente es la que menos funciona
Tipos de castigos
1. Castigo físico.
En esta categoría encontramos: un azote en el culo, una bofetada, …
Nada recomendable y absolutamente contraproducente. Y aunque pensemos que una bofetada a tiempo es adecuada, el tiempo nos quita la razón ya que este tipo de castigo acaba generando resentimiento agresividad y, en el fondo, no es útil porque su aplicación no le enseña al niño cómo mejorar.
2. Castigos sancionadores
Aquí podemos incluir las reprimendas verbales, la retirada de algo que les gusta, es decir de beneficios como la paga o el quedarse sin ir al parque, ver la tele o sin jugar con el móvil.
Otro tipo de castigo que genera malestar y con el que tampoco enseñamos a comportarse del modo que deben. Además provoca que los niños mientan para evitar estas consecuencias, dañan la autoestima, generan estrés, y acabamos todos enfadados sin haber resuelto el problema.
3. Castigos humillantes
Otro tipo de castigo contraproducente muy habitual. Aquí englobamos el antiguo poner al niño de cara a la pared, obligar a hacer tareas extra, censurarlo en público, …
4. El rincón de pensar
Es una de las técnicas más empleadas y consiste en retirar al niño durante un breve instante del lugar o de la situación donde se está produciendo la conducta que pretendemos eliminar, castigando no al niño sino a la conducta inadecuada.
Razones para evitar los castigos
Como hemos visto y bien podrás entender, los castigos deben evitarse como método educativo por varias razones entre ellas porque pueden acabar :
generando miedo o resentimiento hacia los padres;
provocando conductas de huida y evitación;
enseñando al niño a mentir para escapar del castigo;
fomentando conductas agresivas por imitación, el niño aprende a resolver los conflictos gritando o pegando si sus padres usan estos métodos “educativos”.
Cuándo usar los castigos
En algunas ocasiones y de forma puntual podemos usar los castigos para intentar eliminar conductas indeseables, por ejemplo cuando la conducta del niño pone en peligro su propia seguridad o la de terceros.
Cómo aplicar los castigos
Para que los castigos sean eficaces deben cumplir unas normas:
aplicarse inmediatamente;
proporcional a la conducta que ha realizado el niño;
ha de ser justo;
coherente;
realizable:
el niño debe tener la oportunidad de realizar la conducta correcta;
los padres deben estar de acuerdo y no contradecirse.
A veces para erradicar una conducta inadecuada lo mejor es ignorarla.
Tipos de refuerzos positivos
Los refuerzos positivos nos van a ayudar a que el niño o niña aprenda una conducta apropiada, la mantenga en el tiempo y la repita con la frecuencia que se espera.
Son refuerzos positivos:
la atención que les prestamos,
los elogios,
las recompensas inmateriales como jugar a ese juego que tanto le gusta,
leer un cuento más antes de acostarles,
un beso,
un guiño,
una pegatina en la agenda
…
De por sí, los refuerzos positivos, si son inmateriales mucho mejor, son el método más recomendable para que nuestros hijos se comporten menjor.
Seguiremos hablando sobre los refuerzos positivos en un próximo post para que aprendas a aplicarlos correctamente. Mientras tanto puedes seguir leyendo mis artículos relacionados o consultar el blog de psicologia Aquiles en Vecindario donde encontrarás diversos post que te pueden ayudar a mejorar como padre y como persona. Naira León Acosta psicóloga en Vecindario escribe en este blog y es la directora del centro que te he recomendado en esta ocasión.
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