Por eso, hoy te traigo las señales que podrían indicar que quizás tenemos un hijo superdotado. Sin embargo no todos las cumplen al 100% pero son rasgos comunes que suelen ser de personas superdotadas. Por eso, ante estos casos lo mejor es llevarlo ante un experto para que lo dictamine. Desde bebés pueden indicarnos algunas señales como las siguientes:
1. Son capaces de levantar la cabeza y fijar la mirada antes del mes de vida
2. Comienzan con un gateo prematuro (antes de los 6 meses) y suelen aprender a caminar antes de los 11 meses.
3. También se refleja muy bien en el lenguaje: Mientras que a los 6 meses los otros niños según la Tabla de desarrollo Haizea-Llevant comienzan a balbucear, ellos dicen su primera palabra. Y a los 12 cuando deberían ya distinguir perfectamente entre mamá y papá, ya son capaces de crear alguna oración y entre los 18-24 meses, podrán mantener una conversación.
4. Son capaces de aprenderse el abecedario siendo aún bebés y contar hasta 10 antes de los 30 meses.
5. Tienen curiosidad por todo lo desconocido, sobretodo palabras que escuchan y no comprenden. También desean explorar y conocer mundo desde muy temprano.
6. Comienzan a aprender a leer antes de lo normal. E incluso son capaces de hacerlo por ellos mismos, sin ayuda.
7. Son personas ansiosas por tratar de desarrollar todo su potencial.
8. Antes de un año son capaces de discernir entre diferentes situaciones. Saben cuándo están ante una situación cómica y cuando no.
9. Suelen ser extremadamente desobedientes. Cuestionan y desafían la autoridad.
10. Son personas con muchísimo miedo pero también muy intensos emocionalmente.
11. Se caracterizan por poseer una memoria prodigiosa y una mente con pensamientos más productivos como la construcción de cosas.
Cuando comienzan a crecer y dejan de ser bebés, las señales comienzan a potenciarse más. Muchos sabremos que una de las señales que más predomina son las de no atender en clase, pero os dejamos otras más:
12. Suelen tener muchísima dificultad a la hora de dormir. Duermen muy poco.
13. Con tres años son capaces de resolver problemas de suma y resta hasta 10 mentalmente.
14. Comienzan a preocuparse por temas más trascendentales como son la moralidad, la justicia o la muerte y la existencia. Tienen inclinación por la matemática o el arte.
15. Dejan de lado los miedos de la infancia y comienzan a confiar en sí mismos.
16. Son muy críticos con los demás.
17. Aunque parezcan que son muy distraídos, tienen una gran capacidad de atención y concentración. Sin embargo, tienden a aburrirse en las clases porque sus capacidades superan el programa de estudio convencional.
18. Tienden a relacionarse con niños más mayores que ellos.
19. Son muy independientes y llegan a ser extrovertidos.
20. Se sienten diferentes al resto, incomprendidos e incluso raros.
¿Qué hacemos si nuestro hijo tiene estos síntomas? Lo recomendable es ir a visitar a un experto. Muchas veces estos niños extraordinarios se suelen confundir con niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Esto se debe a que, en muchas ocasiones se cree que los superdotados son aquellos que sacan notas excelentes, que no tienen dificultades de aprendizaje, que aprenden todo a la perfección y a la primera. Nunca necesitan apoyo ni ayuda. Sin embargo, no es así, se aburren en clases porque van a mayor velocidad de aprendizaje que el resto. Se ausentan, se inquietan e incluso llegan a molestar. No tienen motivación por atender. Por ello, se debe tener en cuenta las señales y descubrir cuánto antes si posee alguna de las dos.
Si es superdotado, como padres lo mejor que podemos hacer es estimularle. Podemos realizar algunas actividades con él, como enseñarle a jugar al ajedrez, llevarle al museo e incluso tener charlas más allá de lo meramente terrenal. Procurarle un ambiente ideal para que pueda leer y estudiar e incluso hacerlo con él. Y por supuesto, una de las acciones que más se recomienda es inscribirlos en alguna actividad extraescolar.
¿Qué os ha parecido el post? Esperemos que os haya gustado. No dudéis en comentárnoslo en las redes.