No sé si a muchos os pase, pero muchas veces cuando hemos alcanzado objetivos y nos mantenemos en el tiempo, el comentario fácil y común es "claro, para ti ha sido tan fácil", o "es como a ti se te dió tan bien", pero no siempre es así, de hecho, el dicho reza que lo que no cuesta no causa satisfacción, y en mi vida, casi todo está siempre colocado cuesta arriba, me toca sudar y esforzarme al máximo como a muchos otros para poder lograr mis objetivos, y nuestra lactancia, no ha sido la excepción.
#MiniMoi nació prematuro, en la semana 35 a través de un parto inducido. Tras 10 horas de inducción y 12 de parto, nació un bebé hermoso y sano, y como siempre hay un pero, hacia un "ruidito raro" y no quería llorar. Vino a vernos la pediatra dos veces, mientras, la matrona me convencía de que lo hiciese llorar, a la vez que se esforzaba porque mi bebé se enganchara al pecho. Nos estábamos conociendo, ambos estábamos exhaustos por el esfuerzo del parto, y solo hacíamos lo que hacen dos individuos que experimentan el amor a primera vista, nos contemplábamos, nos amábamos, incluso su padre no podía evitar contemplar a ese maravilloso resultado de nuestro amor, era imposible que le hiciese llorar.
Pero, así como no lloró, tampoco se enganchó al pecho, en algún momento lo intentó, pero levantaba la cabecita para observarme y era como si su instinto en ese momento le pedía reconocer a mamá y no mamar. Esto duró una hora mientras, suturaban la episiotomía y el terrible desgarro ocasionado por el fórceps. Vino la pediatra, la obstetra la convenció de que algo no iba bien. Se llevaron a #MiniMoi, eran las 8 am, apenas salió del paritorio en brazos de su padre comenzó a llorar, y a mi a dolerme todo, el efecto mágico y análgesico de tener a mi bebé en brazos había desaparecido, tal vez por mi estado de alerta, verlo alejarse en brazos de su padre era como poco desolador. Sin embargo mi campeón no paró de llorar hasta que le dieron el alta al día siguiente a las 9 de la mañana, es decir todo estaba muy bien
Durante esas 24 horas en la incubadora, pude ir 3 veces a "tratar" de amamantarle, digo tratar, porque hasta las 4 de la tarde del dia en que nació no me dejaron salir de la habitación por mi estado después del parto, no me permitían levantarme de la cama. Después de ponerme muy pesada y la enfermera viendo que la tensión no me bajaba (sufrí preeclampsia en el parto), habló con la doctora quien me permitió ir en silla de ruedas a ver a mi bebé, y claro, pasó lo que se repitió en cada visita a neonatos, el bebé ya había sido alimentado, y como lloraba tanto, le habían suministrado muchas veces glucosa para calmarlo, procedimiento que nunca entenderé con la información que corre hoy en día, aún así cada vez que fui le ofrecí mi pecho, inexperta, sin idea de como. Las enfermeras me ayudaron fueron muy amables, pero era la unidad de neonatos y aun falta mucho para que se humanicen estos sitios que con tanto trabajo siempre van contra reloj cumpliendo pautas, las madres somos despedidas en máximo media hora del lugar para "que el bebé descanse", aunque se quede llorando y desolado cuando lo dejas de nuevo en la incubadora, y tu como madre te vas con el corazón partido.
#PapáGenial había hecho piel con piel, le había dado el biberón suministrado por las enfermeras, era obvio que el bebé debía comer, pero claro, estas circunstancias dificultan el inicio y futuro establecimiento de la lactancia de cualquier bebé, el bebé debe engancharse al pecho durante la primera hora seguida al parto, incluso en las cesáreas humanizadas se practican de esa forma, pero esta vez, no había otra opción ¿o sí?. Afortunadamente los ruiditos no eran nada, y al día siguiente por la mañana me permitieron estar con mi niño en la habitación, y esa mañana fue gloriosa, solos mi bebé y yo, #papaGenial se había marchado a atender al perro solo tuve dos visitas de 10 minutos cada una, fue allí finalmente donde al fin pude conectar con mi bebé.
Nos costó coger el ritmo, el bebé se enganchaba a la perfección del pecho izquierdo, que era donde la enfermera que fue un ángel durante mi estadía en el hospital, me había enseñado a colocarlo, pero del lado derecho, fue otra historia. Me llevé tips y recomendaciones y un teléfono de un grupo de lactancia que probablemente ya no estaba activo en Alcobendas, pero era lo mas cercano a mi casa. Nunca les pude contactar. Recurrí a la matrona, pero el grupo de lactancia hubiese sido un apoyo ideal.
Al igual que en la habitación del hospital, nuestros primeros días en casa estuvieron marcados por un transito constante de gente, algunos iban y venían, varias veces al día, nosotros sin ayuda y sin saber que hacer, no supimos controlar la situación. Mis padres no llegaron hasta dos semanas después del parto, y allí se normalizó un poco la cosa, porque mi madre me hizo entender que para amamantar necesitaba paz y tranquilidad, y que yo necesitaba lo que en dos semanas no había tenido: descanso. Las dos semanas siguientes al nacimiento de #MiniMoi, sin mis padres, nos cogieron sin preparación, no habíamos hecho la compra, no había comida hecha en casa, así que debimos salir a comer en restaurantes casi todos los días, era como un ritmo frenético con un bebé incluido, yo tenia ese boost de energía que te da el parir, pero cuando llegaron mis padres, estaba hecha polvo, pese a que ya mi esposo hacia días que había hecho la compra y preparado comida para un regimiento ya ya estaba comiendo de forma saludable en casa.
Las visitas en este tiempo no terminaban de disminuir y la duración de las mismas incluso, en días de semana duraban hasta altas horas de la noche. Con tanta gente incordiando en casa es fácil que el bebé no duerma, y lo mas común es que estas personas crean que el bebé es una atracción de circo, que pueden coger a su antojo y alienar a la madre con sus consejos de "así me criaron a mi y no pasó nada", "yo crié a mis hijas así y allí estan", "dale el bibe", "déjale llorar", "dale un chupete", "ya ha mamado ponla en el moisés", "que aprenda a dormirse solo", "no dejes que se duerma en la teta". Yo tenía claro que mi hijo no necesitaba nada de eso, el sólo necesitaba los brazos y la seguridad de mamá.
El patrón era claro, llegaban las visitas, me quitaban al niño, lo ponían nervioso, lo hacían llorar, pasaba mucho rato sin que me lo dieran, el pobre bebé que era prematuro y comía cada hora o menos a demanda, se le pasaba constantemente el momento de comer, con lo que llegaba a la siguiente toma agotado, nervioso, y no podía calmarse. Evidentemente a esto hay que sumarle la típica mujer que insiste en saber calmar a tu bebé y tienes que arrancárselo iracunda de los brazos porque se aleja de tu campo de visión con tu hijo "para calmarle" y no entiende que el bebé llora porque necesita a su mamá, y si, el 99% de las veces lo que quiere y necesita es la teta.
Una vez tuve aplomo y empecé a poner las cosas en su lugar, evidentemente ganándome el trofeo a la borde del siglo, loca, y otras bellezas, las cosas fueron mejorando para mi bebé y para mi, pero aún teníamos problemas de enganche en el pecho izquierdo.
Como había atendido bien las recomendaciones de la matrona, nunca tuve rotura del pezón, pero si hubo ocasiones con mal enganche, pezón con forma de pintalabios, dolor terrible por las horas y horas que el bebé pasaba enganchado. Mas de una vez di el pecho a mi bebé llorando, porque el bebe me apretaba con las encías, me dolían los pezones, estaba agotada y me sentía adolorida, sola, débil e incomprendida. Establecer la lactancia y comenzar a disfrutarla, a nosotros nos tomó mas de tres meses.
No nos salvamos de la famosa ayudita de biberón, debido al tema visitas, a que mi bebé era prematuro, darle de mamar era una odisea, la primera toma en casa la vomitó porque su papá lo cogió como si tuviese dos años, y lloré amargamente porque sabia lo que le había costado llenar su tripita. Mi esposo sigue manteniendo que soy una exagerada, yo sigo recordando ese instante con un dolor en la boca de mi estómago.
El lunes nos dieron el alta y en la revisión del viernes aún no había recuperado los 200 grs que perdió desde que nació. La pediatra nos recomendó darle 30ml de leche de formula, "siempre después de darle el pecho y si veía que se quedaba con hambre". La siguiente revisión era el lunes, y honestamente la ayudita era necesaria, porque mi bebé estaba débil y no tenia energía para comer bien, bastó la ayudita del viernes por la noche y sabado por la mañana y ya #MiniMoi mamaba como un campeón. Así que retiré la ayudita de la mañana y dejé la de la noche, antes de "irnos a dormir". Igual se despertó cada tres horas, lo que me tranquilizaba porque me indicaba que ya tenia mas fuerzas y estaba comiendo bien. En la revisión del lunes, habia recuperado el peso, iba estupendamente y me sugirió que mantuviese la ayudita nocturna para que yo que parecia salida de The Walking death, pudiese descansar.
Esa noche volvimos a la ayudita, y esa misma noche decidimos no darsela mas, estuvimos dando el pecho y bibe durante 5 horas seguidas, el bebé mamó de los dos pechos, pidió la ayudita, y luego pidió los pechos nuevamente, como no sabiamos que pasaba, su padre preparó un segundo bibe de 30ml que se tomó en 15ml, teta, 15ml y teta, y allí dije "basta". La noche sigiente no hubo ayudita, y dormimos mucho mejor, y nunca mas fue necesario darle un biberón, con mis tetas pequeñas que todos apostaban que no tenian leche, hoy con dos 25 meses, #MiniMoi y yo seguimos disfrutando de nuestra lactancia.
El apoyo en la lactancia no solo consiste en decir que te apoyan en dar solo el pecho, sino en entender que la lactancia es a demanda, que la madre está dedicada a la crianza del bebé, que las visitas sobran, que se aceptan visitas de médico (cortitas), que todo lo demás pasa a ser secundario, no serás la perfecta anfitriona, de hecho, no serás anfitriona de nadie, estas para que te atiendan, que eres una revolución de hormonas y sentimientos, que la pareja sigue siendo de dos, pero que la familia ha crecido, y ahora incluye a los hijos, el resto sobra y los comentarios y opiniones sobre el tipo de crianza y vida en pareja no son bienvenidos salvo que sean constructivos, y aun así no es el mejor momento para recibir consejos salvo que tu como madre los esté pidiendo.
Tuve suerte, mi esposo siempre me ha apoyado, y aunque tenia días en que él perdía la paciencia y me decía que le diéramos un biberón para que "yo pudiera descansar", aunque ya sabíamos que con el bibe lo menos que haríamos era descansar, porque #MiniMoi tras un bibe pedía inmediatamente la teta. Poco a poco lo entendió, le pasé información, leímos bésame mucho y un regalo para toda la vida de Carlos Gonzalez, vimos sus ponencias. Él ha sido el testigo y actor principal del esfuerzo y la constancia que hemos dedicado para salir adelante con la lactancia de nuestro bebé. Mi esposo ha sido pieza clave y fundamental en establecer una lactancia exitosa, no fue fácil, no ha sido un lecho de rosas, dolor, ardor, cansancio, agotamiento, noches enteras sin dormir, discusiones de pareja totalmente normales en quienes tratan de adaptar su vida a la de un nuevo miembro frágil y desvalido, que consume el 90% del tiempo de la mamá, podría decirse que el 100%, pero si decimos eso siempre la sociedad apuntará a que las mujeres abandonamos a nuestros maridos, porque el desconocimiento es general y cuando amamantas la gente no solo opina sobre lactancia, aprovechan para hacerlo sobre la crianza y la vida en pareja y da igual que los conozcas de toda la vida o que te los acabes de cruzar en el centro de salud o en el parque, siempre te harán el odioso comentario de que "las mujeres cuando paren echan a un lado a sus maridos".
@laveradonna
Estoy convencida de que las madres que amamantan, no son mejores que las que no lo hacen, sencillamente son mujeres mas fuertes, mas decididas y mas determinadas a darle a su bebé lo que mejor es para él, siempre que estén sanas y no haya ninguna circunstancia o recomendación medica que lo impida. La lactancia es una etapa hermosa, una vez se ha establecido, pero llegar a establecerla puede hacerse muy cuesta arriba, y una vez establecida, el gran reto será mantenerla durante el tiempo que hayas decidido, sin dejarte alienar por comentarios de terceros, sin convencerte con las excusas comunes que todos usan, sin decir que necesitas que el padre te ayude, porque los papas de hoy no son como la mayoría de los padres de ayer que eran o se hacían los inútiles y no participaban en nada. Los padres de hoy comparten responsabilidades, casa, hijos, comida, educación, limpieza, y lo harán con la alimentación siempre y cuando esto no incluya la teta, porque esto es un privilegio exclusivo de la madre, y tal vez por cansancio quieras tener tener tetas extraibles, una opción es sacarte la leche y compartir la labor, sin dejar de darle lo mejor de ti, pero cuando comienzas a disfrutarlo, es un placer único que no quieres compartir, es tu momento mamá-bebé.
La lactancia materna coexiste con un periodo muy dificil para muchas mujeres que es el puerperio, para algunas, el puerperio es fabuloso, y la lactancia se establece de forma casi inmediata. Para otras la lactancia puede ser dura y cuesta arriba y sin la asesoría apropiada, comienzan a surgir problemas comunes, y si encima el puerperio no está siendo de lo mas agradable, pues son muchas cosas con las que una madre debe luchar, ademas que esto puede hacer que estés mas sensible, y si adicionalmente la pareja no es consecuente o de repente pareciera que ha involucionado y no te entiende, y comienza a cuestionar mas de 200 mil años de evolución humana (homo sapiens) y no te ayuda o interviene cuando todo el mundo opina, te verás constantemente en el paredón de fusilamiento, y convertida en una heroína moderna, porque amamantar en estos tiempos es casi tarea de super héroes.