Una de las curiosidades en el embarazo que se suelen producir normalmente es la de tener sueños extraños o pesadillas entorno a él: el embarazo en sí, la salud y bienestar del bebé, el parto... Y es que es una experiencia que nos remueve tanto por dentro que muchos de nuestros miedos, incertidumbres, expectativas, se ven reflejadas en nuestros sueños.
Yo soy muy soñadora, sueño habitualmente e incluso puedo tener más de un sueño en la misma noche o, si me despierto y me vuelvo a dormir, continuar con el sueño, sobre todo si es agradable. En ocasiones pienso que tengo bastante control sobre mis sueños ya que soy capaz de despertarme si lo paso mal o, como decía, continuar un sueño a pesar de haberme despertado si éste era agradable -lo que suele suceder cuando sueño que tengo un affair con algún buenorro-, pero eso no quita que tenga sueños desagradables en los que sufro.
En mi primer embarazo recuerdo varios sueños recurrentes y ninguno agradable.
En una ocasión soñé que estaba dando a luz, atendía mi parto una compañera de trabajo y su marido, que era enfermero -hasta dónde llega la imaginación-, y mi bebé nacía muerto. Yo sobre la marcha decía que eso no podía ser, que yo ya lo tenía todo preparado y debía tener un bebé, que necesitaba volver a quedarme embarazada ya porque no podía volver a casa sin mi bebé.
No se interpretar sueños y tampoco intento buscarle lógica, pienso que nuestro subconsciente es tan profundo y almacena tanta información que es normal que se entremezcle sin orden ni concierto. Creo que el parto estaba cerca y que para mi la presencia del bebé en casa era ya un hecho, con lo que mi cabeza no concebía la idea de no ser madre, bajo ningún concepto.
En otra ocasión soñé que era yo la embarazada pero mi marido el que paría. Lo recuerdo sobre la mesa de quirófano, como si se tratase de una cirugía, el ginecólogo atendiéndolo, mi marido gritaba, se esforzaba, daba a luz al bebé, entraba en parada cardio respiratoria por el esfuerzo realizado e ipso facto fallecía. El bebé no, mi marido. Y a mi no se me ocurría otra cosa que decir "claro, si es que los hombres no están hechos para parir, tenía que haber parido yo y así él estaría vivo"... Surrealista total.
Si lo pienso, ahí el tema estaba claro, cuántas veces no habré comentado eso de que si los hombres tuvieran que parir la humanidad se hubiera extinguido antes que los dinosaurios, dicho desde el humor, por supuesto. Parir es cosa de mujeres y los hombres no están hechos para ello. Y se reflejó en mi sueño, sin duda.
Se que en mi segundo embarazo tuve sueños de este tipo pero no los recuerdo, y tampoco dejé testimonio de ellos. A veces confío demasiado en mi
En este embarazo he tenido un sueño poco agradable con respecto a mi embarazo. Fue hace unas relativamente poco, estaría de unas 15-16 semanas aproximadamente. Soñé que estaba embarazada de ese tiempo, se me notaba la barriga y comenzaba a sentir los movimientos del bebé. Y de repente, del medio de mi abdomen, como si de un alien se tratase, salía un brazo de mi bebé, un brazo en formación, pequeño, delgado y sanguinolento. Y yo lo empujaba hacia adentro. Pero era como si tuviera un pequeño agujero en la barriga porque se volvía a escapar, y yo venga a meterlo de nuevo. Un poco asqueroso y repelente, la verdad.
Y claro, el agujero se iba haciendo más grande y ya se me escurría el bebé entero, quedaba colgado por el cordón, y yo tiraba del cordón como su fuera una cuerda hacia arriba y lo volvía a meter hacia adentro. Iba a la consulta del ginecólogo y le decía "mire usté, algo me tendrá que hacer porque yo no puedo ir por ahí con la barriga abierta y el crío escurriéndose", como quien no quiere la cosa.
Muy muy raro, muy muy surrealista y muy muy asqueroso. No se qué narices me ha llevado a tener un sueño así, creo que el hecho de que últimamente he visto de rebote imágenes de fetos nacidos de manera prematura, antes de las 25 semanas y de alguna manera mi temor a enfrentarme a un parto prematuro se ha quedado en mi subconsciente.
Por suerte, no me dejo impresionar por los sueños, los sueños sueños son y, aunque puedan manifestar ciertos temores, la realidad es la que es y no debemos vivir con miedo a todo lo que pueda pasar. O al menos yo me niego, porque no es vida. Los sueños no dejan de ser meras anécdotas y no hay que darles más importancia de la que tienen, aunque en un momento tan sensible como el embarazo es difícil.
Y tú, ¿has tenido sueños extraños durante tu embarazo?, ¿han sido surrealistas o auténticas pesadillas?, ¿influyeron en tí y en tus temores?, me encantará conocer tu experiencia.