La palabra Sacrificio tiene dos definiciones de acuerdo a Google: 1) Ofrenda hecha a una divinidad en señal de reconocimiento u obediencia, o para pedir un favor. Y 2) Esfuerzo, pena, acción o trabajo que una persona se impone a sí misma por conseguir o merecer algo o para beneficiar a alguien. Entiendo que nada, fuera de quien es Dios, merece sacrificio. Y no creo que Dios esté de acuerdo en que te sacrifiques tanto que llegue a ser doloroso para ti. Por tanto, sacrificio no debe ser una palabra que uses constantemente. No estoy de acuerdo en que para conseguir lo que deseas debes sacrificarte. Elijo mejor esforzarme.
Esfuerzo, aunque en la definición anterior de sacrificio se encuentre esta palabra, Google la define como: 1) Acción de emplear gran fuerza física o moral con algún fin determinado. Y 2) Actitud de la persona que se esfuerza física o moralmente por algo.
Insisto: prefiero el esfuerzo constante.
Volviendo a la palabra Sacrificio, me opongo rotundamente a sacrificar todo por cuanto he luchado, simplemente por estar acorde al qué dirán, a la complacencia de los demás, perdiendo mi propia esencia, mi norte y las prioridades que tracé para mi futuro, a costa de quedar bien con quien (cuando un día me desaparezca de su mapa) olvidará pronto quien soy, lo que hice o lo que fui.
Dicen que nadie es indispensable para vivir, ni siquiera los gemelos que llegan juntos a este mundo son indispensables el uno para el otro.
Indispensable es vivir, y vivir bien. No vivir a medias, ni pasarse la vida intentando vivir. Ya en otro artículo de este blog había escrito sobre la palabra “intento”. Intentar no es conseguir.
Dicen que habemos personas idealistas, soñadoras, que creemos que el mundo es nuestro y que todo es posible. ¡Pues si! A mi déjeme del lado de los soñadores, de los que no se conforman, de los que se niegan a vivir en crisis permanente de cualquier tipo. A mi, déjeme con mis sueños e ideales, porque con eso me mantengo viva.
No voy a descansar hasta encontrar ese punto de equilibrio en mi vida. Si, usted está en todo su derecho de pensar que es un “sueño” vivir la vida mis sueños, valga la redundancia. Sin embargo, prefiero no desmayar mientras persigo la vida que quiero tener, y no quedarme en el extremo de los que dicen “esta es la vida que me tocó”.
Si usted no está de acuerdo en lo que digo, quédese del lado de los que se conforman con tener los resultados de una “vida a medias”.
Espero que mi pasión por vivir, haya tocado alguna fibra suya y se mueva a caminar conmigo de este lado, del lado de los que creen que las cosas sí son posibles.
¡Hasta la próxima!