Desde hace unos días vivimos el revuelo que ha provocado la publicación de un libro sobre lactancia materna por parte de un pediatra en ejercicio, en el que flaco favor se le hace a la divulgación de los beneficios de ésta.
El revuelo lo causó el hecho de que en el libro se esgriman falacias como que la lactancia materna prolongada en países desarrollados provoque carencias nutricionales, fallo de medro, dependencia psicológica, Síndrome de Edipo, excitación sexual en la madre (entre otras perlas) y que su recomendación para evitar estos grandes males sea el destete a los 4 meses para introducir los cereales y papillas. Así, en resumen.
No quiero darle bombo ni al libro ni al autor, porque no lo merecen, sinceramente. Tampoco me voy a molestar en leer el libro, ya que si esto es lo que ofrece la contraportada, no quiero saber lo que hay en su interior. Y, básicamente, porque se dónde encontrar información fiel, veraz y basada en la evidencia científica y no en la opinología, por lo que no quiero perder mi valioso tiempo en comprobar si lo que opina este señor me convence o no, porque tras más de 6 años amamantando a mis hijos y todo lo que he leído al respecto, creo que tengo un amplio conocimiento de la lactancia materna. Y tampoco voy a perder el tiempo en rebatirlo porque la información está ahí, al alcance de todos.
Entonces, ¿qué vengo a contaros?. Pues, como siempre, mi experiencia. Porque parece que los pediatras y médicos en general son enemigos de la lactancia, no están suficientemente formados ni parece que tengan el mínimo interés en hacerlo. Desgraciadamente los hay, pero os aseguro que también hay profesionales comprometidos con la lactancia materna.
A lo largo de estos años de lactancia, por mis hijos o por mi, he interactuado con muchos médicos. Y puedo decir que encontrarme con un pediatra o médico especialista "anti-lactancia" -entiéndase por anti-lactancia el recomendar destete antes de los 4 meses, denostar la lactancia tras los 6 meses por el motivo que sea, recomendar destete por por enfermedad, tratamiento médico, cirugía...- ha sido algo muy puntual.
Hablando de mi
Cuando he ido a algún médico por cuestiones de mi salud, el único que me ha puesto pegas es mi propio médico de cabecera. Pero es que él pone pegas por todo, como persona es desagradable y basta con decir que, en general, acudo a él solo cuando es estrictamente necesario. Tampoco es que me haya soltado un discurso anti lactancia sino que es de los típicos de "¿pero aún le das? si eso no alimenta ná, tu verás...". Como una es perra vieja y ya sabe un poco de estos temas, cuando acudo a su consulta no aludo que doy lactancia materna porque lo considero un dato irrelevante. Si me va a medicar se dónde tengo que consultar para saber si la medicación es compatible, y nunca he acudido por una razón en la que la lactancia materna pueda influir o verse afectada de alguna manera.
Cuando he ido a especialistas o a urgencias, he tenido suerte de encontrarme con personal receptivo.
A los 15 meses de dar a luz al mayor me operé de las hemorroides, informé al digestivo y al cirujano de que daba lactancia materna y ninguno me puso problemas al respecto; ni la anestesia (intradural) afectaría, ni la medicación post-cirugía, que no eran más que antibiótico y nolotil para el dolor. De hecho el cirujano hasta me ofreció que me llevaran al niño al hospital para mamar, y como está justo al lado de mi casa, eso hicimos.
En una ocasión acudí a urgencias no recuerdo por qué, y cuando el médico que me atendió fue a pautarme el tratamiento y le dije que estaba dando el pecho a mi bebé, acudió al Vademecum. Me permití, con cierto miedo, informarle de la existencia de la web e-lactancia como fuente de información fiable, se tomó la molestia en ver la web, buscar el medicamento y me agradeció la información.
En abril del pasado año acudí a mi médico de cabecera porque expulsé un coágulo extraño que no parecía que fuera de la menstruación. No estaba mi querido médico - entiéndase la ironía - sino una sustituta, una chica joven y muy agradable que me había encontrado alguna vez en la consulta de pediatría.
Al preguntarme por mis ciclos le comenté que desde el parto casi no había menstruado, solo algún sangrado puntual y esporádico, y que estaba dando lactancia materna. Ahí sí debía darle esa información, pero con esa chica me sentía cómoda y en confianza. Me preguntó la fecha del parto mientras escribía en su ordenador, se la dije, dejó de teclear y me miró con cara de sorprendida... Porque claro, que a 2014 le diga que mi parto fue en 2011... Tuve unos segundos para pensar "¡verás tú la que me va a soltar!" y de repente me dice, "¡¡¡Hala, qué guay!!!", con total espontaneidad. Flipé en colores.
Básicamente, la médico estaba alucinada de saber que tenía frente a ella a una mamá dando teta a su hija de casi 3 años. Y nada, siguió sonriendo y tras preguntarme sobre mi lactancia, más por curiosidad que otra cosa, me mandó al ginecólogo de urgencias para valorarme. En ningún momento se le ocurrió sugerirme el destete como solución a mi falta de menstruación ni que no menstruar a causa de la lactancia fuera un problema.
Hablando de mis hijos
Solo recuerdo una mala experiencia de un pediatra al que acudí desesperada por la dermatitis atópica de Iván. Me tachó de loca directamente porque a los 10 meses seguía dándole el pecho y no le daba ese famoso yogurt de iniciación que se paga a precio de sangre de unicornio desde los 4 meses. Salí de su consulta indignada por el trato recibido, apenada por la de lactancias que debió cargarse con sus consejos, y con el firme propósito de no volver.
En una ocasión acudí con la peque a urgencias del hospital por varios días de vómitos y diarreas que no remitían. Es de sobra conocido que en mi hospital de zona no hay pediatra de urgencias sino el médico de turno.
Recuerdo que me tocó un hombre de mediana edad, no se su especialidad, y al preguntarme si la niña toleraba algo yo le dije que solo la leche materna, que le estaba dando en dosis de tolerancia (pequeños traguitos poco a poco para evitar ingerir mucha cantidad en poco tiempo y que vomite) como recomienda la AEPED en estos casos. Se quedó pensativo, me pidió disculpas, salió de la consulta y volvió a los pocos minutos diciéndome que sí, que siguiera dándole lactancia materna hasta que tolerase y pudiera meterle otros alimentos (la niña tenía cerca de 2 años ya).
Vamos, que tuvo el detalle de ir a verificar si lo que yo le comentaba de la AEPED era cierto y se lo agradezco, otro no hubiera dudado de su criterio y me habría impuesto un protocolo.
En otra visita a urgencias con la niña, esta vez por una neumonía, tras 8 horas esperando resultados ya que la neumonía no daba la cara, tuvimos la suerte de que a última hora estaba por allí la neumóloga pediátrica, que fue la que nos confirmó el diagnóstico. Cuando le comenté que le daba el pecho a la niña (ya tenía más de 2 años) me felicitó y me dijo que se alegraba muchísimo de encontrar mamás como yo, que ojalá todas las madres tuvieran conciencia de los beneficios reales de la lactancia materna, que los bebés enfermarían mucho menos... Vamos, que era una acérrima defensora de la lactancia materna, no había dudas.
Mis hijos han tenido muchos pediatras a lo largo de estos años porque en nuestro centro de salud, salvo uno que tiene el cupo cerrado, en las demás consultas van y vienen. De hecho muchas veces quien nos asignan no es ni pediatra, como es el caso de la médico que nos ve desde hace un tiempo (lo poco que nos ve, porque por suerte vamos lo justo y preciso). Es médico de familia, una chica joven, muy agradable, que cuando voy con la peque me pregunta si seguimos con la lactancia materna, se alegra por ello y me anima a continuar.
Las cosas están cambiando
O eso quiero creer. Quiero creer que los médicos que parecen ver un problema en la lactancia materna son cada vez menos.
Solo os he puesto algunos ejemplos, pero en realidad son muchos más los médicos con los que me he encontrado y que he tenido buena experiencia en lo que a lactancia materna se refiere, bien porque son defensores de ella, bien porque no le han dado mayor importancia en relación al problema médico a plantear.
Quizás yo he sido afortunada al no encontrarme a médicosaurios que ponen el grito en el cielo al escuchar "lactancia materna". Quizás ha influído que siempre me he sentido muy segura en este aspecto y no me he dejado apabullar. O que el hecho de "ocultar" cuando lo he creído oportuno que doy lactancia materna a mi hij@ me ha ahorrado situaciones incómodas en este aspecto. Y cuando digo "ocultar"me refiero a no dar una información que creo que no es relevante en ese momento y que darla solo pueda conllevar juicios de valor y no médicos.
Quiero creer que la promoción que de ésta se está haciendo, el trabajo de organizaciones médico-científicas que divulgan sus beneficios, asociaciones de lactancia y las madres (y padres) concienciados con ello cada vez es más patente y efectivo y que cada vez son más las madres que saben qué es la lactancia materna y qué supone para nuestros bebés, para nosotras.
No se trata de obligar a que todas las madres del mundo mundial den a sus bebés lactancia materna. Se trata de ofrecer la información necesaria para tomar una decisión consecuente -en consecuencia con tus ideas, tu vida y tus circunstancias- y contar con el apoyo de los profesionales sanitarios para abordar los problemas que puedan surgir. Y si surgen problemas al comienzo o durante la lactancia como los que este pediatra clama al cielo, buscar el origen del problema y abordarlo desde ahí, y no aplicar de manera drástica el destete como única solución.
Por eso yo sigo confiando en los profesionales médicos a los que acudo, porque se que estoy informada y porque creo que cada vez son más los que respetan y defienden la lactancia materna. Y a los que no lo hacen, simplemente los ignoro.