Con la llegada de la menopausia nuestro cuerpo, queramos o no, va a sufrir una serie de cambios que pueden llegar a afectar a nuestro ámbito personal y a nuestra autoestima. Así que es bueno que los conozcamos y lo afrontemos lo mejor posible. Así que voy a detallar alguno de los cambios que estoy sufriendo, y otros que no tanto, y algunos remedios para combatirlos. Sofocos, piel, pelo, aumento de peso, cambios en el aparato reproductor, suelo pélvico son algunos de los cambios físicos y esta semana hablaré de Sofocos y sudoración.
Yo era una persona que no solía sudar, ni cuando hacía ejercicio, y ahora soy lo más parecido a la fuentes de los jardines de la Granja. ¡Qué barbaridad! Si no sabes de lo que hablo te lo resumo: una explosión brusca de calor que llega con un exceso de sudoración y, como es mi caso, irritación y en algunos casos, ansiedad o pánico y que suelen durar entre 2 y 4 minutos. Yo, particularmente, soy como un Ferrari, que paso de 0 a 100 en 3 segundos. No está muy claro el origen aunque muchas voces se inclinan por señalar a un desequilibrio del centro termorregulador del hipotálamo, provocado por la disminución de los niveles de estrógenos, como el causante. Lo que digo yo, que se te rompe el termostato.
Los sofocos suelen aparecer más a menudo por la noche, sobre todo en la primera parte del sueño, y te pueden llegar a despertar provocando problemas de insomnio. También son frecuentes en momentos de estrés y de alta carga emocional.
Remedio: Los estrógenos disminuyen los sofocos en un 80% a 90% por eso las terapias hormonales sustitutivas son los tratamientos más comunes. Sin embargo, son contraindicados para las mujeres con antecedentes de cáncer de ovario, mama o útero, trombosis venosa o dolencias coronarias. También deben evitarlas aquellas mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama.
Ante estas limitaciones existen otras terapias alternativas como algunos antidepresivos (escitalopran) pero tanto en este caso como en el anterior debe ser un médico el que evalúe la prescripción. También hay otras terapias alternativas naturales que carecen de evidencia científica por lo que no las nombraré (#nosinevidencia)
Y si no te convencen ninguna de estas tres terapias, te voy a dar la que nunca falla: el clásico ventilador y/o abanico. Además, te doy algún que otro consejo:
Dieta saludable rica en frutas, verduras y calcio, que además ayudará al control del peso del que ya te hablaré
Una vez más, di adiós al tabaco
El alcohol y la cafeína tampoco ayuda
Ahora en verano trata de llevar ropa que ayude a la transpiración
Evita las comidas calientes y calórica
Procura estar en lugares con ventilación y temperatura no demasiado elevada. Efectos secundarios de los sofocos: Salvo el cerco de sudor en la ropa, no dejan más secuelas.
Y en cuanto a la duración, no hay mal que 100 años dure (y cuerpo que lo resista) y en este caso tenemos que hablar de un periodo de entre 2 y 4 años. Así que mucha paciencia y un buen abanico. No te puedo decir más.
¡¡FELIZ LUNES!!