¿Cómo lograr esto?, ¿Cómo puedo despertar en mi pequeño sentimientos de compromiso, dentro del ámbito familiar y social, frente a las desventajas de los más vulnerables?
Aquí algunas ideas:
1. Desarrollando la empatía
La empatía es la capacidad de ponernos en los zapatos del otro y mirar desde su perspectiva, no es otra cosa que una habilidad social, probablemente la más importante de todas porque sirve como base para el desarrollo de todas las demás habilidades de vida, sin embargo...¿Cómo enseñarle empatía a mi hijo?
La empatía la empezamos a enseñar (sin sospecharlo) a nuestros hijos desde que nacen. Cuando cubrimos las necesidades primarias de nuestros hijos, cuando reaccionamos ante el llanto de nuestro bebé y cuando intentamos comprender sus distintas formas de expresión, estamos enviando un mensaje que luego el niño replicará: "Me importa lo que te sucede, trataré de entenderte, quiero ayudarte"
2. Somos el modelo de los niños
Esto lo sabemos todos los padres y lo comprobamos día a día, sin embargo no siempre entendemos el impacto de nuestro ejemplo en la vida de nuestros niños. Los niños son expertos observadores (mucho más que oidores) y están prestos a copiar toda conducta que proviene de sus figuras significativas.
Cuando pensamos en transmitir cualquier tipo de valor debemos antes preguntarnos a nosotros mismos si lo poseemos. Por ejemplo, la solidaridad, es un valor que debería ser observado por los niños dentro del ámbito familiar antes que en la comunidad. Nuestra actitud frente a los problemas de un miembro de la familia y nuestra entrega al ayudarle darán un ejemplo al niño de como actuar con solidaridad. Las experiencias vividas como familia impactan mucho más en el niño que aquello que pueda observar en nuestro trato con otras personas. Empecemos por enseñar valores poniéndolos en práctica dentro de casa.
3. Hagamos actividades que involucren servicio en el hogar
El desprendimiento y servicio son esenciales para el desarrollo de un cálido clima familiar. Los miembros de la familia que acostumbran brindarse ayuda mutuamente aprenden a demostrar afecto de forma eficaz y desinteresada dentro y fuera del hogar. Comencemos por promover situaciones donde los niños puedan brindar servicio a otros miembros de la familia.
4. Programemos juntos actividades de ayuda a la comunidad
Las actividades de ayuda a la comunidad no siempre demandan un gasto significativo, pueden ser sencillas y de poco presupuesto.
En una ocasión vi a una madre con sus dos pequeños llevar bolsas con dulces a un albergue, cada bolsa contenía unos cuantos dulces que los niños repartieron entre un grupo de jóvenes internas. Lo interesante de la actividad es el tiempo que demandó a los niños y a su madre preparar las bolsas, y la plática que probablemente se suscitó alrededor de esta actividad. Podemos hacer que las actividades que parecen más sencillas puedan llegar a transformarse en una fuente de aprendizaje para nuestros pequeños.
Transmitir valores a nuestros niños es un trabajo del día a día, y requiere que nosotros como padres desarrollemos y pongamos en práctica aquello que queremos ver en nuestros hijos.
Lucía