Un poco de historia Hoy en día resulta casi una obviedad, pero no hace mucho tiempo atrás, sólo los más adeptos a leer sobre Psicología clínica e infantil, sabían a qué se referían estas dos palabras: refuerzo positivo. Especialmente, si eran aplicadas a algo más que al mundo animal. Y es que, Pavlov, científico ruso al que debemos que el refuerzo positivo se conozca en todo el mundo, diseñó el tándem E-R- (estímulo-respuesta) para domesticar y entender mejor a su perro. De ése momento, de esos minutos, nació toda una teoría o método psicológico: el conductual, que se aplica también a los niños en su educación.
Si los padres, tutores o adultos, en general, sospechan que los niños pueden no obedecer una orden o demostración de autoridad, tienen que pensar en otra vía diferente al castigo.El castigo es paliativo y ocurre cuando el niño ya ha obrado mal. Sin embargo, diseñar un plan para que el niño eligiera 'lo correcto' resultaba mucho más atrayente. ¿Parece lógico, no? ¡Y práctico!
Según el Servicio de Orientación Educativa del Ministerio de Educación es algo constatable, que ''la conducta se va modificando por la aparición de los reforzadores externos''. ¿Qué quiere decir esto? Que, si a un niño, le prometes una consecuencia favorable, con gran probabilidad se esmerará más en portarse bien y hacer lo que ''un mayor le diga''.
Los expertos diferencial entre una promesa ética o moral y una física. Es cierto que siempre es mejor premiar al niño con, por ejemplo, una actividad física al aire libre, con una rica y sana merienda que les guste, o con un día en el Parque de atracciones, que siempre acudir al socorrido momento 'mamá te compra un regalo'. Ahí está el sentido común de los papás, que deberán discriminar lo que es mejor para sus hijos, dependiendo del momento.
Desde la década de los 90 hasta la actualidad, se han sucedido numerosos estudios sociológicos con peques de distintas edades con la intención de afianzar aún más la idea de que reforzar conductas es positivo. Trabajando siempre en ésa linea, haremos niños más seguros, más autónomos y confiados.
Pero, ¿Hasta dónde llega la paciencia y el tesón de un niño por conseguir 'su recompensa'?
Hay límites: Los bebés y niños, más receptivos Como ocurre con otros métodos y teorías psicológicas, no todos los menores responden igual, mucho menos dependiendo de su edad. Por ejemplo, sostiene el famoso divulgador, Eduardo Punset que ''los bebés y los niños responden muy favorablemente a este tipo de estímulos que ofrecen recompensa moral o física, mientras que los adolescentes, por ejemplo, se muestran algo más reacios''
Decía un aforismo latino, que si no reflejas algo por escrito, por mucho que hables sobre ello, no siempre se entiende. El avance de la psicología moderna, unido a las redes sociales, consiguen ir un paso más allá: como complemento a la lectura podemos asistir desde nuestra propia casa a vídeos explicativos que reflejan de maravilla estas teorías.
No podemos resistirnos a lanzaros una pregunta y una reflexión: ¿imagináis a vuestros peques en esta situación? ¿Cómo creéis que reaccionarían? ¿Creéis que con una buena motivación o estímulo se logra que los niños sean más pacientes?