¿Pero de qué depende que riñamos o permitamos?
Hay mil circunstancias a lo largo del día que nos ponen a prueba, afortunadamente no todo los días, pero si eres madre o padre de niños entre entre los 4 y 10 años sabrás bien de lo que te hablo. También lo sabrás si tus hijos ya han sobrepasado esta franja de edad y se encuentran en plena adolescencia. Pero hoy me dedico a los padres de los peques, a esos padres de niños que nos lo discuten todo buscando el límite para ver hasta dónde somos capaces de llegar. Si eres uno de estos padres o madres quiero que sepas que te entiendo y sé lo cansado que es y hasta qué punto agota esta situación.
Hay mil circunstancias en las que te debates entre reñir y permitir, entre sermonear o dejar pasar. Como por ejemplo cuando tus hijos se pelean y discuten por cuál de los dos ve su serie de dibujos primero o cuando uno de ellos te reta por el motivo que sea ese día. ¿Qué heces reñir o permitir que sigan peleando o buscando el límite? Depende ¿verdad?
¿Quizás de nuestro estado emocional?
¿De la gravedad del asunto?
¿Del lugar donde nos encontramos?
o ¿De las personas con las que estamos? Quizás si nos debatimos entre reñir y permitir es que el asunto no es tan grave por lo que reñir tampoco va a servir de mucho. Si ya de por sí las regañinas son poco efectivas imagínate si las utilizamos de forma habitual ¡aún lo serán menos!
Cuando permitir es ignorar
Hay ocasiones en las que permitir es simplemente ignorar un determinado comportamiento. Por ejemplo ante determinados tipos de rabietas o cuando tus hijos se empeñan en sacar uno tras otro todos sus juguetes y esparcirlos por toda la habitación. De nada servirá reñir a un niño en plena pataleta ni a otros que quieren jugar y al hacerlo lo desordenan todo.
En este tipo de casos si te debates entre reñir y permitir, permite y deja que tu peque recupere la calma o que aprendan a recoger todo eses desorden. En ninguno de estos dos casos reñir va a ser útil, como tampoco lo va a ser cuando tu hijo se niegue a comer .
Cuando permitir es evitar educar
Pero … y qué pasa si es algo grave o intolerable ¿permitimos que nuestro hijo siga con lo que hace o dice porque estamos en compañía de otras personas y en un lugar público?
Mi respuesta es un rotundo no. Una mala conducta es una mala conducta se produzca donde se produzca y se realice ante quien se realice.
No deberíamos dejarnos manipular por el entorno y querer aparentar ser ese tipo de padres hipertolerantes y maravillosos que no riñen ni castigan nunca pase lo que pase! No vaya a ser que sus hijos se frustren y pierdan para siempre su autoestima. Actuando así no hacemos otra cosa que evitar educar a nuestros hijos. Quienes se llevarán la idea que en los lugares públicos o ante determinadas personas se pueden portar como les venga en gana porque ni mamá ni papá les dirá nada ni pondrá fin a sus salidas de tono.
Sí señores y señoras. Educar es difícil y nadie nos dijo lo contrario. Educar es un gran reto y en muchas ocasiones no sabremos cómo actuar. Debatirse entre reñir o permitir solo es una de esas muchas controversias con las que tendremos que lidiar en este camino tan extraordinario que emprendimos al convertirnos en padres.
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