Parece mentira que estemos ya en el mes de septiembre inmersos en plena operación “vuelta al cole”. Nosotros hace apenas unos días que hemos vuelto de la playa y lo primero que hicimos al llegar a Alemania fue encender la calefacción y poner los nórdicos en la cama. Pasopalabra
Esta semana han empezado las clases de primaria y secundaria en Alemania y llevar a los niños a la guarde resulta bastante divertido. Se ven infinidad de niños con sus Schultüte rebosantes de golosinas y material escolar pero también llenas de ilusión, de nuevos retos, también de miedos e inseguridades por dejar atrás la etapa del Kindergarten y empezar una nueva aventura en el colegio “de los mayores”.
Recientemente leí una noticia donde se hablaba de la idea que ha tenido un colegio inglés de modificar el uniforme escolar, de forma que niños y niñas lleven las mismas prendas dejando atrás el lema “falda para ellas y pantalón para ellos”. Me hizo pensar en mis años mozos y en por qué llevar uniforme al colegio no es algo habitual en Alemania.
He pasado mis años escolares en colegios concertados/privados religiosos en España y la mayoría de años he llevado uniforme escolar. En mi primer colegio inicialmente se llevaba uniforme en los meses de invierno y hasta los 12 años. Los alumnos de los dos últimos cursos llevaban su ropa todo el año y en verano todos los alumnos vestíamos como seres libres y coloridos
¿Qué pasó? Según las monjas las niñas “mayores” una vez alcanzados los 12 años sufrían una especie de transformación al más puro estilo Britney Spears en su etapa colegiala y no cumplían las reglas básicas de vestimenta apropiadas para las monjas. Es decir; faldas por debajo de la rodilla, nada de tirantes para que no asomara la tira del sujetador, nada de ropa ajustada, nada de tacones, ni bolsos, ni joyas, ni….Al final se impuso uniforme para todo el mundo, uno de invierno y uno de verano. Además, natürlich, del uniforme específico para las clases de deporte.
Recuerdo “quejarme” en casa por tener que vestirme todos los días igual, con ese pichi tristón de cuadros gris y blanco y que me dejaba siempre con las piernas al aire tiritando de frío. Tengo muchos recuerdos del día que íbamos a comprar el uniforme. Ese momento marcaba el pistoletazo de salida del curso y nos pasábamos media tarde en la tienda probándome todo el pack, comprando dos prendas de cada, las etiquetas para marcar la ropa y la cara de susto de mi madre cuando abría el monedero para pagar la cuenta. Su voz de fondo “amenazando” también era un clásico de todas las temporadas: “¡Como pierdas la bata/chaqueta/jersey….!”
Siempre he pensado que para los padres era (y siegue siendo) más cómodo el uniforme. No había disputas matutinas sobre el modelito a elegir, se hacía el gasto una vez al año para toda la temporada (o para dos si te compraban la ropa algo grandecita), y sobre todo, el argumento más repetido de los defensores del uniforme era el de la igualdad.
El uniforme conseguía “unificar” a todos los niños. No había distinción de clases sociales, nadie era discriminado por no llevar la prenda de moda y la vestimenta dejaba de ser un “arma” para mostrar un status socio-económico determinado.
Pues ya os digo yo que de eso nada de nada y que era un rollo que se inventaban los adultos para defender su causa. En mi clase estaba claro clarinete quien venía de familia “bien” y quien no. Los niños no son tontos y era evidente quien llevaba las deportivas último modelo, la cartera más molona, el abrigo de marca, el coche con el que lo recogían sus padres, dónde veraneaban, como era su casa cuando te invitaban a su cumpleaños…
En definitiva, un sinfín de detalles que eran importantes para los padres pero que no lo no eran tanto para los niños (por suerte). Desde que vivo en Alemania he podido comprobar que aquí el uniforme no es algo habitual. De hecho en todos estos años no he visto a ningún niño que lo llevara puesto.
¿Por qué? Pues resulta que la mayoría de escuelas en Alemania son públicas. Existen por supuesto centros privados pero muchos menos que es España. Lo habitual aquí es llevar a los niños al colegio del barrio. Desde que empiezan la primaria con 6-7 años la costumbre alemana es que los alumnos vayan solos al colegio (de esto tengo que hablaros un día) y suelen ir en grupitos con los vecinos del barrio de su edad.
Los colegios privados suelen ser las escuelas internacionales donde van los hijos de expatriados que pasan estancias cortas en el país y, aun así, no suelen llevar uniforme. También existen los colegios de niños y de niñas pero el uniforme tampoco es algo habitual en estos centros.
No podemos olvidar que los uniformes “evocan” cierta imagen militar y no es necesario que recordemos a estas alturas la historia de Alemania. Si para la mayoría de gente mayor en Alemania hablar de la guerra sigue siendo un tema tabú, no creo a la sociedad alemana le resulte muy agradable ver “pequeños ejércitos de niños andantes“. Puede sonar exagerado para nosotros, pero quizá no lo sea para ellos.
Además, en Alemania se suele educar a los niños bajo una filosofía bastante liberal. El niño es un ser independiente que es capaz (o no) de poner sus propios límites. Ya os conté aquí como suelen vestirse los niños en Alemania y se me hace muy difícil encajar el uniforme escolar en esta mentalidad.
Ahora que soy madre veo este tema desde otra perspectiva. Soy partidaria de que mis hijos no lleven uniforme al colegio. Para mi la ropa también es una forma de expresión y creo que la diversidad y la singularidad son importantes. En mi opinión cada alumno es diferente al compañero que tiene al lado, no aprenden igual, ni al mismo ritmo, tienen inquietudes y aptitudes distintas y por ello no es necesario que sean “clones” en cuanto a vestimenta se refiere.
Entiendo que de cara a los padres es una opción muy práctica (que no más económica) que me ahorraría algunas discusiones sobre moda a las 7:30 de la mañana pero de momento seguimos todos vivos. Quizá cambie de opinión en unos años, cuando las hormonas de la pubertad empiecen a florecer y aspiren a tener un fondo de armario propio de las hermanas Kardashian
¿Cómo suele ser en vuestros países de origen/acogida? Estáis familiarizados con el uso del uniforme o por el contrario no os gusta nada la idea?
¡Hasta pronto!