Cuando eres un niño no se te pasa por la cabeza querer a alguien más que a tus padres. Pero luego llega el amor de tu vida y descubres que le quieres igual, o incluso más que a tus propios padres. Pero todo cambia cuando eres madre. Desde que te enteras de que hay una vida dentro de ti, empiezas a sentir el amor más intenso que hayas experimentado nunca, que se vuelve inconmensurable cuando ves por primera vez la carita de esa criatura. Y ese amor va en aumento según van pasando los segundos, minutos, horas, días...
Ante este planteamiento, vivido en mis propias carnes, no logro entender qué le lleva a una madre o a padre, porque estamos dando por hecho que ha sido ella y no él, a abandonar a su pequeño en un cubo de basura, sabiendo que solo un milagro puede evitar la tragedia. Y ayer, en el municipio madrileño de Mejorada del Campo, se obró el milagro cuando un vecino dio la voz de alarma al escuchar un llanto procedente de un contenedor. El niño pudo ser rescatado y se recupera en el hospital. Ayer ese bebé volvió a nacer gracias a los tres ángeles de la guarda (el chico que le escuchó y los dos guardias civiles que le rescataron) con los que se topó y, como quien dice, está en el cielo. Sin embargo para una madre ayer comenzó un infierno del que no saldrá nunca, ya que de por vida vivirá con la cruz a cuestas de haber abandonado a su hijo, de casi haberle quitado la vida y haberlo perdido para siempre.Y ante este panorama me pregunto, ¿qué le lleva a una madre a actuar de esa manera? ¿Por qué no habrá recurrido a asuntos sociales antes de cometer tal tropelía? Desde hace más de cinco años, la Comunidad de Madrid facilita toda la información para que las madres que decidan renunciar a sus hijos, lo hagan de una forma responsable y con las máximas garantías de seguridad para los menores, y de protección y anonimato para la madre.
Cuando te enteras de noticias como estas, lo primero que haces es maldecir a esa madre. Ya en frío lo único que puedo sentir hacia esa pobre mujer es pena, lástima y compasión porque en el pecado lleva su penitencia.
Y una vez más tengo que pedir al mundo que se pare para bajarme. Porque algo estamos haciendo mal en la sociedad cuando todavía hay maltrato, abandono y tan poco respeto por la vida. En fin...¡¡FELIZ JUEVES!!
(pese a todo)