Cuando una pareja sufre una pérdida como la de su bebé (haya nacido o no), pasa por un momento muy duro. El momento de contar lo ocurrido es también un momento crítico ya que la pareja se enfrenta muchas veces a "hacerlo realidad". No significa que hasta ese momento creyésemos que no había ocurrido pero decir las cosas en voz alta, incluso para uno mismo, les da otra dimensión. A veces, explicar algo a alguien puede ayudar y mejorar nuestros sentimientos pero en otros casos, puede empeorar mucho las cosas. Os pongo un ejemplo, si le cuentas a una amiga una discusión con tu pareja y esta te apoya pero desde la tranquilidad, dejando que te desahogues y aportando un punto de vista alternativo o incluso tomándoselo con humor, te vas a casa más tranquila y te alegras de ver a tu pareja. Si por el contrario tu amiga no hace más que ponerse cada vez más furiosa y recordarte todas las cosas malas que tiene tu pareja (nadie es perfecto), llegarás a casa con ganas de dejarlo todo. No intento comparar una discusión típica de pareja con una pérdida pero era por poner un ejemplo que todo el mundo entendiese sobre la importancia del interlocutor al explicar algo.
Mi experiencia al explicar la noticia tuvo sus momentos buenos y otros no tan buenos. Había mucha gente (la mayoría de hecho) que ni siquiera sabían que estaba embarazada por lo que tuvimos que dar dos noticias a la vez y además, el contexto no fue fácil ya que pocos días después del diagnóstico del aborto espontáneo, murió mi abuelo y poco después, el padre de una amiga muy cercana. Aún recuerdo que hubo un grupo de amigos que vinieron al tanatorio para estar con nosotros cuando murió mi abuelo a los que tuvimos que insistir para ir a cenar y así poderles explicar la situación.
quizá penséis que me lo podía haber callado ya que muy poca gente sabía de mi embarazo pero no me parecía bien. Creo que nadie puede entender cómo te sientes si no le explicas lo que te pasa y tampoco quería callarme lo que me había ocurrido porque consideraba que era una forma de faltar a la memoria del que habría sido un bebé haciendo como si nunca hubiese existido. En mi caso lo único malo es que las circunstancias hicieron que las explicaciones se precipitaran y quizá en algunos casos dimos a noticia sin estar 100% preparados y sin haber podido asumir nosotros aún todo lo ocurrido.
Esta fue nuestra decisión que no tiene porque ser la de todas las parejas que pasan por esta experiencia pero en general, contar la cosas (no hace falta proclamarlas a viento y popa tampoco) ayuda a gestionar los sentimientos.
Dicho todo esto, vamos al lío y voy a explicaros el tipo de reacciones que me he encontrado al explicar la experiencia no solo al poco de ocurrir si no en general siempre que lo he explicado y lo he clasificado un poco en los tipos de personas aunque me voy a abstener de decir quien representa a cada cual en mi caso:
El/La Incomodo/a
Es esa persona que intenta evitar el tema a toda costa: si tu sacas el tema intentan cambiarlo y si no tienen más opción que hablar de la perdida, lo hacen con un "cuando paso aquello".
Creo que en España estas son la mayoría de personas ya que en nuestra tradición se suele tratar la muerte como un tabú y si encima hablamos de un bebé que no había nacido aún, todavía es más fácil pasarlo por alto.
Estas personas pueden hacer daño pero suelen hacerlo desde su ignorancia y sus deseos de que superes ese dolor que les hace sentir tan incómodos.
El/La Comprensivo/a
Son aquellas personas que simplemente te entienden. Te permiten desahogarte, te dan la razón y te dicen que es normal que estés triste, que tengas miedos y que puedes llorar lo que necesites. En muchos casos son personas cercanas que comparten nuestro dolor pero ayuda mucho que te permitan estar de luto.
La Sorpresa...mala
Para mí, estas son las personas que más duelen porque son aquellas de las que esperabas apoyo y con las que no estabas en guardia de modo que aunque los comentarios sean los mismos que los de otras personas, duelen bastante más.
Son aquellas personas que han pasado por lo mismo, que tienen hijos o que son cercanas a tí por lo que crees que entenderán tu dolor pero que en cambio te piden que lo olvides rápido, que pases página o que lleves tu dolor en silencio. Teniendo en cuenta que suelen ser personas de las que esperas mucho, el dolor incluso se acrecienta con el contacto con ellas.
Seguramente en muchos casos son producto de sus propias vivencias y con el tiempo empiezo a verlo de esta manera pero el dolor no disminuye en absoluto y el recuerdo de este dolor tampoco. creo que también está en nuestra mano que se empiecen a ver las cosas de otra manera.
El/La Natural
Este es un personaje muy curioso y con la perspectiva del tiempo me parece incluso gracioso y no suele abundar. Hace preguntas que pueden resultar incomodas como si volverás a intentarlo pero el caso es que no lo hace con ánimo de que olvides ni para que pases página sino porque realmente entiende la muerte como una fase normal de la vida. Entiende que estés triste y no tiene problema con ello y simplemente pregunta por curiosidad.
He de decir que lejos de que pueda parecer molesto, en mi caso al menos, no lo vi así porque no me pareció que hubiese rastro alguno de maldad, impaciencia o incomodidad. Ante la muerte es normal sentir dolor y es normal tener un duelo pero eso no implica que no pensemos mínimamente en el futuro y alguien que trata la muerte como algo normal que esta presente en nuestra vida, es normal que se haga esas preguntas. Para mí esta sería la reacción que deberíamos tener todos ante la muerte aunque se que es difícil de conseguir sobre todo si nos hemos criado entre el miedo y la incomodidad a nombrarla si quiera.
El/La Impaciente
Creo que esta es de las que más abunda. Cuando explicas lo que ha ocurrido se apiadan de tí, sienten lástima y te dan apoyo pero por desgracia no les suele durar mucho y al cabo de poco, ya te están pidiendo que pases página y sigas adelante. Creo que este tipo de persona te la encuentras tanto en estas situaciones como en casos de fallecimientos de otras personas que no fuesen bebés. Parece que nos incomoda ver a las personas tristes por una pérdida del tipo que sea.
El/La que quita importancia
Si habéis sufrido un aborto espontáneo, una pérdida al poco de nacer o un nacimiento de un bebé muerto, ya sabéis a que tipo de personas me refiero. Son aquellas que dicen frases del estilo: "Eso es que venía mal, mejor así", "Bueno pero puedes tener más hijos así que no pasa nada" o "A mi vecina/prima/compañera se le murió el niño con 5 años, eso sí que es una pena".
Esta es la clase de gente que hace que te sientas fatal porque claro, llegas a creer que tu no tienes derecho a sentirte mal de modo que al final te guardas lo que sientes y acabas petando por otro lado o en el peor momento.
La Sorpresa...buena
No quería acabar este post de esta manera así que prefiero acabar con buen sabor de boca. Hay un último tipo de personas que me he encontrado y son aquellas que te sorprenden gratamente. Son esas personas de las que por su condición (su opción de vida, su distancia emocional de tí o cualquier otro factor) crees que pasarán como uno más cuando reciban la noticia. Quizá, como muchos, te digan que puedes tener más hijos, o puede que se muestren más comprensivos y te digan que lo sienten pero te encuentras con que te dan toda la razón para sentir dolor. De personas que no esperabas nada, resulta que se convierten en grandes pilares porque te permiten y entienden que estés dolido y además, te permiten estarlo el tiempo que necesites.
He escrito todo esto no con la idea de criticar a nadie sino para que quienes han pasado por esta experiencia sepan que pueden encontrarse a muchas personas, algunas os ayudarán y otras no pero todas estarán ahí. Por otro lado, me gustaría que sirviese de reflexión a todo el mundo para pensar cómo podemos actuar si alguien cercano sufre una pérdida de este tipo ya que muchas veces el problema es que no nos planteamos realmente cómo se siente la persona que esta en esta situación.
La comprensión de nuestro entorno en muchos casos puede marcar la diferencia entre la desesperación y la esperanza que nos permite seguir adelante ya no solo en la búsqueda de un nuevo embarazo (que en algunos casos es algo complicado) si no que nos puede dar fuerzas para seguir adelante.