¿qué pasa cuando la lactancia se termina? ¿se puede mantener el vínculo?
En el caso de mi segunda hija, el primer momento de piel con piel con ella fue a los segundos de nacer, al segundo diría. Fue un momento que siento nos marcó a ambas. Nació de un pujo y enseguida la dejaron sobre mi abdomen, lo más arriba que permitía el cordón. De ahí pasó a mis brazos. Los días de hospital dormía conmigo ya, y así siguió.
Y aunque ha sido criada en brazos mientras ella ha querido, y por ello se ha ganado el apodo de pequeña koala; desde ese momento siempre ha preferido estar estirada sobre mi, siempre sobre mi piel. No le bastaban los brazos, necesitaba la piel.
Cuando era un bebé crecía pero seguía durmiendo sobre mi:
Y lo sigue haciendo muchas veces. Fue creciendo y pasó de dormir sobre mi, a apoyar la cabeza sobre mi barriga, después escondía las manos bajo mi camiseta. Y así se dormía. Piel con Piel.
Este vinculo nos ayudó después de la lactancia. De hecho, ese gesto que hacía a veces de esconder su mano bajo la camiseta se hizo habitual, constante, se hizo costumbre. Ahora mi hija si tiene sueño, frío, hambre, miedo, pena, dolor, vendrá a buscarme y ya muchas veces ni me pedirá que la tome en brazos, pero pondrá su mano debajo de mi camiseta. Si está en brazos, buscará como esconder su mano, piel con piel.
Quienes la conocen se lo han visto hacer millones de veces. saben que cuando está cansada, se ha hecho daño, tiene miedo o sencillamente pasa del entorno y quiere sentirse protegida, se acerca a mi y esconde su mano bajo mi camiseta, se relaja. Es para ella un alivio instantáneo. Hay días que nos pasa que el padre de las criaturas intenta dormirla y pasa 1 hora, y se ve que tiene sueño pero no logra dormirse. Voy yo y, solo con colocar su mano en mi barriga, en menos de 5 minutos está roncando (de hecho, en sueños incluso apoya su pie ahí para tranquilizarse). A mi me parece algo impresionante. Un gesto tan simple, y que estoy completamente segura que tiene que ver con el momento del parto y sus primeros minutos de vida, que 4 años después sigue calmándola y dándole seguridad. Y no le sirve cualquier parte del cuerpo, es esa zona, la primera zona donde estuvo en contacto conmigo, la que ella prefiere. Ya hablaba hace tiempo de la comunicación silenciosa, que siempre me sorprende, pero es que el vínculo con la pequeña es algo que aun sigue maravillándome.
Sé que va a crecer, que poco a poco dejará de hacerlo y tendremos que buscar nuevos vínculos. Pero este gesto que ya es característico de ella nos ayudó mucho tras el destete, así no sentíamos que nos faltaba nuestro momento, porque cada noche (y en bastantes momentos durante el día) yo podía ver y sentir que ella se calmaba, relajaba, y acomodaba con su mano en mi barriga para sentirse segura.
¿qué pasa si tu bebé no es tan de piel, no le gustan los brazos o no existe un vínculo de nacimiento?
El vínculo se crea, se puede crear. Siempre he dicho que el parto de la mayor fue distinto, que no estuvo piel con piel conmigo, que sus primeras horas las pasó en una cuna en neonatología. De hecho, mirando las fotos, mi hija mayor aparece los primeros días siempre en la cuna, en el hospital o en casa. La pequeña, en brazos. Y eso se nota. La diferencia se nota y cada vez me doy más cuenta de ellos. Crear un vínculo con terremoto mayor ha costado, ha requerido darse cuenta de las diferencias que ha habido entre ellas, ha requerido cambiar hábitos y enmendar algunas cosas que querría haber hecho diferente. Pero así lo hemos ido haciendo, buscando un espacio para las dos que es muy difícil en el día a día. Seguimos en búsqueda pero, hoy por hoy, prácticamente cada noche el momento justo antes de dormirse, cuando pide que le leamos un cuento, lo quiere conmigo. A veces apenas leo el título y ya está dormida, pero siempre quiere venir a que se los lea yo. Tiene permiso hasta para despertarme si me he quedado dormida, porque sé que es importante para ella. Siempre aprovecha para contarme algo, del día o de lo que quiere hacer al día siguiente. Puede llevar 3 horas con su papá, viendo la tele, jugando, conversando. Pero llega ese momento, y quiere que yo se los lea. Tiempo atrás se los leía el padre de las criaturas y ella así lo pedía; de hecho desde que nació la pequeña, pero poco a poco ha sido este espacio que ha ido buscando y hemos ido reservando para nosotras. Y llevamos ya varios meses así. Así que los vínculos se puede crear de nuevo aunque parezca perdido, por mucho esfuerzo que esto conlleve, además que son buenos para la autoestima, de la que hablamos el otro día.
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